vitoria - Resulta inconfundible por ese peculiar look que no suele cuadrar con la tradicional elegancia italiana. Su larga y abundante coleta, así como esa barba cultivada a lo largo de todos estos años, hacen de él alguien reconocible a las primeras de cambio. Sin embargo, Luigi Datome es mucho más que el clásico jugador mediático por el que podrían pegarse las marcas a nivel publicitario. Su calidad se halla fuera de toda duda.
Para Zeljko Obradovic, el hombre de las nueve Euroligas que acostumbra a ser de lo más selectivo a la hora de escoger los mimbres que anhela para sus equipos, es una mina básicamente por su extraordinaria polivalencia. Consciente de ello, el laureado técnico serbio puso toda la carne en el asador en el verano de 2015 para que recalara en la capital turca tras poner punto y final a un periplo poco productivo en la NBA, donde apenas disputó 55 partidos repartidos en dos años con Detroit Pistons y Boston Celtics.
A la sombra de Bogdanovic y Udoh, Datome se erigió la pasada temporada en un secundario de lujo del Fenerbahce que se apropió de la primera Euroliga en la historia para un combinado turco. La cadencia ganadora de uno de los clubes más adinerados de la competición no se habría entendido, desde luego, sin la versatilidad de este polivalente jugador italiano de 30 años que brinda infinidad de variantes tácticas cada vez que pisa una cancha de baloncesto.
Capaz de amoldarse con éxito a casi todas las posiciones, Datome es fundamental en los dos aros. Atrás porque facilita la defensa de cambios automáticos tan característica de Obradovic al poder defender a cualquier dos, tres o cuatro del contrario. En ataque, el transalpino posee infinidad de recursos para anotar. Ya sea de espaldas al aro o mediante sus célebres tiros abiertos, deja grandes destellos de calidad en cada comparecencia. Su inteligencia constituye un filón para este Fenerbahce convertido de nuevo en uno de los más firmes aspirantes al reinado continental.
En dura competencia con, entre otros, el Barcelona, Datome recaló hace dos veranos a orillas del Bósforo para ocupar la vacante dejada por el exbaskonista Nemanja Bjelica con su aterrizaje en los Timberwolves de la NBA. Al margen de la cuantiosa oferta económica, el exterior nacido en Montebelluna esgrimió otra poderosa razón para justificar aquellas sonadas calabazas al conjunto catalán.
“Al final me decidí por el Fenerbahçe por sus importantes ambiciones en la Euroliga? y por Obradovic. Es el Mourinho del basket. O aún mejor, el Phil Jackson europeo. Es una verdadera leyenda. Propone un baloncesto inteligente, colectivo, con muchas variantes ofensivas y mucho cuidado de los detalles”, alegó en su día Datome, que hace unos meses firmó un nuevo oneroso vínculo en Turquía hasta junio del 2020.
Sus números en la presente Euroliga refrendan la sensación de que es uno de los baloncestistas más importantes y consistentes del próximo adversario del Baskonia. En prácticamente 28 minutos de juego, promedia 11,7 puntos, 4,1 rebotes y 1,2 asistencias para más de 12 de valoración. También cuenta con uno de los mejores porcentajes de acierto en triples de toda la competición con cerca del 48 (29 de 61). Alguien, por tanto, al que no le quema el balón en las manos y un mal cliente para enviarle al tiro libre dada su increíble infalibilidad. La plasticidad de sus suspensiones ya quedó patente en el partido de ida en el Buesa, resuelto con un clara derrota del Baskonia (69-83).