Vitoria - Todavía no se ha consumido siquiera el primer mes de competición oficial de la temporada pero si hay un diagnóstico en el que coincide prácticamente todo el mundo de la canasta es en los importantes problemas defensivos que sufre el Baskonia. Durante bastantes fases de los encuentros que ha disputado hasta el momento, el combinado de Sito Alonso ha extendido una inmaculada alfombra roja a su adversario de turno para que llevara el balón al interior del aro azulgrana sin el más mínimo obstáculo. Como consecuencia, los rivales lograban incrementar sus marcadores sin apenas desgaste obligando al plantel vitoriano a un acierto superlativo en ataque para poder conservar cierto equilibrio en el resultado.
Más que déficit de actitud o falta de intensidad en el trabajo, los agujeros en la retaguardia baskonista han tenido que ver, sobre todo, con graves despistes individuales, errores en la aplicación de los conceptos que se están intentando trasladar desde el banquillo o, incluso, el desconocimiento -por falta de adaptación- de la realidad del baloncesto europeo. Un peligroso cóctel que ha dado como resultado que, tras la disputa de las tres primeras jornadas del campeonato liguero, el plantel de Zurbano reciba de media nada menos que 85 puntos por partido. Una cifra elevadísima (aún más para un teórico aspirante a los puestos de privilegio de la clasificación) que le sitúa como la quinta defensa más endeble de la competición.
Con el arranque de la Euroliga -mañana viernes ante el Efes turco- a la vuelta de la esquina y la certeza de que para poder disfrutar de un camino mínimamente tranquilo en este torneo de la máxima exigencia el equipo debe presentar una defensa mucho más consistente para frenar a los ataques inmisericordes que tratarán de derribarla, el combinado azulgrana se ha entregado a un mantra que repite hasta la saciedad. “Tenemos que mejorar en defensa”. Es el discurso que ha interiorizado la plantilla y sobre el que pretende construir la imprescindible progresión que necesita llevar a cabo.
Porque es cierto que, por la propia configuración del equipo y teniendo en cuenta el enorme talento que reúne en el vestuario, este Baskonia tendrá siempre una mayor vocación ofensiva que defensiva pero no lo es menos que únicamente con un importante paso adelante en este apartado se podrá aspirar a repetir éxitos pasados.
Y así lo entienden también los propios protagonistas. En primera persona, uno de los más señalados hasta ahora por su deficiente aportación en la retaguardia, Andrea Bargnani. “Hemos tenido una pretemporada muy atípica, con muchos problemas y prácticamente no hemos podido trabajar ningún día todos juntos. Es evidente que tenemos un gran margen de mejora en todos los aspectos. A nivel defensivo no es que podamos mejorar, es que debemos hacerlo y mucho. Tanto a nivel individual como colectivo”, sostiene el italiano que responde con ácida ironía a las críticas. “Yo he jugado diez años en la NBA, ¿dónde han jugado los que dicen que no defiendo o no reboteo?”.
En parecidos términos se expresa también Shane Larkin. “Todavía estamos tratando de aprender lo que quiere el entrenador del equipo y trabajando duro porque llevamos poco tiempo juntos pero lo que está claro es que este equipo tiene mucho talento y muchos jugadores que pueden anotar y hacer muchas cosas. Debemos progresar aún en defensa porque cuando lo hagamos seremos muy peligrosos y podremos disfrutar de un gran año”, argumenta. El capitán, Adam Hanga, redondea la apuesta del equipo. “Tenemos que mejorar en defensa si queremos tener un buen año en la Euroliga. Es una competición un poco diferente, hay que defender mejor y no podemos recibir tantos puntos. Pero estoy seguro de que vamos a mejorar mucho”, zanja el húngaro.