vitoria - Existía algo de temor antes del salto inicial acerca de cómo respondería el Baskonia a la ausencia de su buque insignia. Tal ha sido el nivel alcanzado esta temporada por Bourousis que los más escépticos sospechaban que el equipo podría desmoronarse y malvivir sin la brújula que ha marcado sus evoluciones en estos últimos meses. Pues bien, la respuesta azulgrana no dejó lugar a las dudas. Mejor rival no podía haber visitado el Buesa Arena para que el conjunto vitoriano no echara de menos a su faro en una tarde donde Perasovic innovó con parejas interiores de lo más atípicas, como la que formaron en algunos minutos Hanga y Bertans. El francotirador letón apareció por primera vez en el cinco titular y lideró el tiroteo exterior con el que el Laboral Kutxa despedazó al colista en el primer cuarto.
A falta de su boya interior que brinda equilibrio al juego, adquirieron un sideral protagonismo los exteriores azulgranas. Curiosidades del destino, el día que faltó Bourousis fue aprovechado por el cuadro alavés para conseguir su mejor marca de triples de la temporada. El acierto de los locales fue, por momentos, sobrenatural y prueba de ello es que el equipo hiciese diana en nueve de sus primeros once intentos. Un porcentaje altísimo que hundió en la miseria al Estudiantes, abatido desde la larga distancia y también al contragolpe por un anfitrión con sangre en los ojos a la hora de dejar finiquitado el encuentro por la vía rápida.
Salvo en los minutos de la basura, los pívots quedaron en un segundo plano. El juego del Baskonia viró con claridad hacia los hombres de perímetro, que asumieron una ingente cantidad de tiros. Un dato sintomático resultó ayer que los vitorianos lanzasen 34 veces de dos por 31 desde la línea del 6,75 metros. De lo que no hay duda es que, sin Bourousis, no hay otro hombre alto que genere confianza para darle un balón al poste bajo. Ni Ilimane ni Planinic, predestinados a bloquear y poco más en la ofensiva, suponen una amenaza real para los adversarios.
En cualquier caso, el primer partido de la temporada sin el concurso de Bourousis dejó un reguero de noticias positivas. El Laboral Kutxa fue fiel al patrón de juego con el que se siente más cómodo. Corrió e imprimió un ritmo eléctrico que cercenó cualquier opción a un fantasmagórico Estudiantes, despellejado desde todos los frentes y que puso una alfombra roja desde el primer minuto para otra redentora exhibición azulgrana.