vitoria. Es mencionar el Gran Canaria y unos sudores fríos recorren a todo el baskonismo tras lo sucedido en el play off de cuartos de final correspondiente a la pasada temporada. El combinado insular no trae precisamente buenos recuerdos en el Buesa Arena. No en vano, certificó -con todo merecimiento, por cierto- el prematuro adiós del conjunto dirigido en aquel momento por Zan Tabak tras sonrojarle en el tercer partido de una eliminatoria que siempre bailó al son amarillo y premió el excelente trabajo táctico de los pupilos adiestrados por Pedro Martínez.

Ahora, el azar ha querido que el último verdugo liguero del Laboral Kutxa sea el primer visitante del nuevo curso que arrancará este domingo. Para un colectivo como el de Scariolo inmerso todavía en la búsqueda de una identidad y con los lógicos desajustes derivados de su corta preparación, se trata de una auténtica reválida que pondrá a prueba la solidez de un proyecto presidido por la incertidumbre.

Lo peor del asunto es que, pese a los numerosos cambios durante el mercado estival, el Gran Canaria mantiene intactas todas las señas de identidad que le convirtieron hace unos meses en la revelación de la ACB. Así lo acaba de evidenciar en la pretemporada, donde ha sido capaz de ganar a dos conjuntos de Euroliga -el pujante Lokomotiv Kuban ruso (83-74) y el Partizan serbio (75-60)-, al Cajasol (78-83) y, más recientemente, la Copa Toyota ante el CB Canarias, a quien atropelló en la vuelta (96-81) tras sucumbir en Tenerife por un ajustado 67-65.

Con el fin de compensar las sensibles bajas de Spencer Nelson y Ryan Toolson, que han recalado en el Montepaschi y el Unicaja respectivamente, el técnico catalán dispone de cuatro caras nuevas para afrontar una campaña donde el club ha renunciado a disputar la Eurocup. El veterano base Albert Oliver, el escolta Ben Hansbrough, el ala-pívot Ian O'Leary y el codiciado Nacho Martín intentarán mantener la competitividad de la plantilla.