Vitoria. Las cosas no han cambiado tanto en estos últimos años. La hegemonía del baloncesto vasco sigue en manos del Baskonia. El cuadro azulgrana, que el miércoles se impuso en Miribilla a un rival en horas bajas, confirmó con esta victoria el tiránico dominio que viene imponiendo en los encarnizados duelos ante un rival que, sin embargo, hace un año y medio le regaló uno de los momentos más amargos de su historia reciente.

El 22 de diciembre de 2011, también en el Bilbao Arena, el equipo de Fotis Katsikaris le propinó un tremendo golpe al baskonismo. La victoria de los hombres de negro en la última jornada de la primera fase de la Euroliga supuso dejar fuera del Top 16, por primera y única vez, del plantel alavés. Pero desde aquel momento las aguas han vuelto a su cauce. La tiranía alavesa en el deporte de la canasta se mantiene intacta con victorias de todos los colores que, más o menos, han servido como venganza.

El Baskonia se ha impuesto en las seis últimas citas en las que se han visto las caras ambos equipos. Tanto a un lado como a otro de Altube, en liga regular y en play off, los jugadores del cuadro azulgrana han sido superiores y han sabido mantener las jerarquías. Incluso este miércoles, en un partido con trampa al que Zan Tabak acudía con el miedo a que sus pupilos no hallaran la motivación necesaria, se ha visto a un Baskonia superior. Y eso, por la rivalidad vecinal existente, se celebra con gusto en Vitoria.

La pasada campaña, tras el fiasco de la Euroliga, se produjeron cuatro enfrentamientos entre ambos equipos. Sólo una semana después de la eliminación continental, en plenas vacaciones navideñas, el Baskonia asaltó Miribilla con un triple decisivo e hiriente (79-80). En la última jornada de la fase regular, en el Buesa Arena, el cuadro baskonista le propinó una paliza al vecino (100-70) que servía de anticipo de lo que vendría poco después, en las eliminatorias por el título. En cuartos de final la cosa fue rápida: dos partidos y dos victorias azulgranas (77-73 y 88-90). Y este año, con la amenaza de que vuelvan a verse las caras en el play off, la tendencia se repite. Las dos victorias en fase regular han sido por ahora para el Laboral Kutxa: un ajustado 81-80 en el Buesa y el 75-93 del miércoles. La vida sigue igual. El status quo se mantiene. Al menos por ahora.