vitoria. En derrotas como la de ayer, cuesta destacar cosas positivas. El Baskonia firmó otra actuación desangelada que se tradujo en numerosos suspensos a nivel individual. Entre lo poco salvable, hubo que rescatar los fogonazos interiores de un Maciej Lampe que volvió a presenciar desde el banquillo los minutos de la verdad, algo que se ha convertido en una costumbre ante la terca insistencia de Ivanovic por apostar por dos cuatros abiertos como Teletovic y Nemanja Bjelica que traten de abrir el campo. El polaco, con más o menos desacierto, es el único pívot del plantel capaz de dotar de equilibrio al juego y fijar a las defensas, pero el técnico montenegrino se empeña en prescindir de sus servicios cuando toca asestar el golpe de gracia al rival de turno. Lejos del sideral nivel que dio en su día y pendiente todavía de alcanzar su mejor tono físico, un batallador Nocioni exhibió una garra estéril que no pudo ser contagiado a sus compañeros. El alero argentino no se mostró demasiado atinado ante el aro rival, pero al menos compensó esa falta de punch con un excelente despliegue reboteador que le permitió lograr las diez capturas.