El baloncesto es un deporte más sencillo cuando compartes vestuario con un jugador de sangre caliente en el que puedes confiar cuando el balón quema como el fuego. Un killer que, si pierdes por un punto y te tiemblan las piernas, sabes que no rehusará el tiro si tiene ocasión de hacerlo. En los últimos dos años, desde que Igor Rakocevic abandonara el Buesa rumbo a Estambul, el Baskonia ha llorado la ausencia de un hombre de sus características mientras contemplaba cómo ese rol de tirador nato quedaba reducido al siempre incandescente Teletovic. Ni David Logan el pasado curso, ni Carl English el anterior lograron cubrir la vacante del escolta serbio, como tampoco lo han hecho en sus dos temporadas Brad Oleson o un Pau Ribas al que, por otra parte, tampoco se le fichó para eso.

Durante este tiempo, la figura del francotirador nato se ha diluido poco a poco pese al gusto por el triple que el cuadro vitoriano ha mostrado partido tras partido. Una situación que, desde que acabó la temporada, el Caja Laboral intenta reconducir saliendo a la caza y captura de ese ansiado escolta anotador. La búsqueda no es sencilla. Primero, y más importante, porque los tres hombres que a día de hoy ocupan esa posición tienen aún largos y suculentos contratos en vigor. Pero también lo tenía Esteban Batista. Así las cosas, y a un mes exacto para que el nuevo Caja Laboral arranque la pretemporada, el club azulgrana trabaja a destajo para perfilar su línea exterior con varios puntos sobre la mesa.

El más inmediato, concretar la reducción de salario de Pau Ribas y Brad Oleson. El primero, como informó este periódico, ha presentado al Baskonia una contraoferta con sus propias condiciones para renovar su contrato hasta 2015, rebajando su sueldo los dos primeros cursos a cambio de aumentarlo los dos últimos. Al segundo, que el pasado martes respiró aliviado al conocer que con el nuevo marco de contratación seguirá contando como cupo por derechos adquiridos, también se le instó a reducir sus emolumentos. Pero, aunque su predisposición es buena y parece dispuesto a aceptarlo, su futuro en la capital alavesa está en el aire. El jugador estadounidense espera que en los próximos días el Baskonia se ponga en contacto con él -ayer no lo había hecho- para despejar sus dudas definitivamente y que el conjunto vitoriano le comunica sin margen de duda que cuentan con él para la próxima campaña. Pretendientes no le faltan. Y todo al tiempo que Baskonia y Logan siguen estirando una despedida que, salvo giro de guion radical, se antoja imposible de evitar tras el escuálido rol al que parece abocado con Ivanovic.

Igor Rakocevic Mientras tanto, a la espera de concretar el capítulo de salidas, el club se mueve en el mercado tanteando alternativas y nombres que encajen en su nuevo proyecto. Y puestos a buscar un hombre que cubra el hueco que dejó Rakocevic, quién mejor que el propio escolta serbio. El balcánico, de 33 años, quiere volver a Vitoria tras pasar dos años en Turquía, aunque por el momento el contacto entre ambas partes se ha reducido a un simple tanteo. Por el momento, con dos plazas en la pintura a la espera de dueño, la prioridad del cuadro baskonista pasa por apuntalar el juego interior y hallar dos acompañantes de garantías para Lampe y Teletovic. El verano aún es muy largo.