VITORIA. La antepenúltima cita de la fase regular amanece hoy plagada de alicientes para un Baskonia obligado a saldar viejas cuentas pendientes. No en vano, le rinde visita el admirable Valladolid, que forma parte del numeroso ramillete de equipos que le ha enrojecido los mofletes lejos del Buesa Arena en la presente temporada. Aquella afrenta, concretada en un contundente 78-64, tuvo lugar el pasado 16 de enero en Pucela en una mañana de infausto recuerdo donde los pupilos de Dusko Ivanovic firmaron un monumental ejercicio de impotencia ante un anfitrión pétreo, rocoso y que, por entonces, ostentaba con todo merecimiento la etiqueta de revelación liguera.
Ahora, sin embargo, la titubeante dinámica visitante se antoja propicia para la revancha. Entre que el choque está programado en Zurbano, donde el Caja Laboral destapa su voracidad ante toda clase de rivales y firma sus actuaciones más descollantes, y el Blancos de Rueda se halla inmerso en la previsible pájara derivada de un cúmulo de contratiempos, el favoritismo local se antoja nítido y evidente. Porfi Fisac, que se quedó hace meses sin el vital concurso de Lamont Barnes debido a su espantada por los continuos impagos del club, no podrá contar, además, con el concurso del anotador Fede van Lacke y mantiene tocados a Isaac López y Stephane Dumas, aquejados de un pinchazo en el bícep+s femoral de la pierna derecha y problemas en el talón respectivamente.
Si bien a efectos clasificatorios el futuro azulgrana parece estar escrito con la consecución de la cuarta plaza al final de la fase regular, el plantel en manos del técnico montenegrino tiene la obligación de quemar los últimos cartuchos para intentar subirse al podio liguero. Mientras las matemáticas no digan lo contrario, como sucede en la actualidad, el Power Valencia se halla todavía al alcance. El tercer lugar constituye una quimera tras la derrota en la Caja Mágica y el Barcelona amenaza la integridad vasca en unas hipotéticas semifinales, pero nadie debe arrojar la toalla de antemano.
Por razones obvias, casi todos los ojos estarán depositados esta mañana en las evoluciones de Vladimir Dragicevic, cuyo reciente fichaje aumentará el limitado abanico de recursos de las últimas jornadas. En espera de la llegada de un nuevo exterior, previsiblemente un base, que deje perfilado el equipo para la pelea por el cuarto entorchado liguero de la historia, el pívot balcánico representa un soplo de aire fresco para la pintura alavesa, donde la terna compuesta por Batista, Barac y Teletovic era insuficiente para plantar cara a los grandes transatlánticos.
Precisamente a partir de su abrumadora superioridad en la zona debe forjarse hoy una nueva victoria ante los pucelanos. Con unos interiores muy limitados en cuanto a envergadura y altura que apenas sobrepasan los dos metros como Slaughter, Martín y Báez, la jornada debería implicar el lucimiento de las torres locales. Igualmente, exteriores como Oleson y Logan -demasiado intermitentes- necesitan elevar su confianza con una ingente producción anotadora para que el Caja Laboral adquiera el equilibrio que tanto se echa de menos desde prácticamente los albores de curso.