Ramunas Siskauskas lo advirtió un par de días antes del primer partido de esta eliminatoria, pero nadie le escuchó. "Mi compañero Zoran Planinic se ha visto casi todos los partidos del Caja Laboral que han echado por televisión, y ya nos ha advertido de que ahora están jugando mucho mejor que cuando nos enfrentamos en la fase regular", aseguró el alero lituano. Aunque Planinic se equivocó rotundamente en su apreciación a tenor de las circunstancias, las palabras de Siskauskas demuestran que el mago tenía unas ganas especiales de disputar estos cruces de los cuartos de final ante su antiguo equipo. Ese en el que tantas dudas generaba su juego y que, pese a todo, acabó ganando el título de campeón de la ACB con el posteriormente despedido Neven Spahija en el banquillo.

Ya fuera por ánimo de revancha o por puro orgullo personal, lo cierto que es el base del CSKA de Moscú ha sido uno de los principales responsables de empujar al conjunto azulgrana al borde de un precipicio contra el que puede acabar estrellándose definitivamente el próximo martes en el Buesa Arena. En el partido inaugural de esta eliminatoria, Planinic dejó a un lado su potencial anotador -su escaso potencial anotador, en realidad- para sobresalir en materia reboteadora, convirtiéndose en el máximo reboteador del encuentro, junto a su compañero Andrey Vorontsevich, ambos con siete capturas. Además, dio otras siete asistencias que le permitieron finalizar el encuentro como el jugador más valorado.

Ayer, el antiguo integrante de la plantilla vitoriana prefirió dejar a un lado su compañerismo y el trabajo de equipo para desmelenarse en ataque con doce puntos de casi todos los colores posibles. Jugó veinte minutos en los que, de nuevo sin brillar de forma demasiado ostentosa, lideró a la potente escuadra moscovita con algo de lo que los bases baskonistas han carecido en esta serie: criterio en la dirección de juego.

"No espero un gran cambio en el juego de ambos equipos para el segundo partido", adelantó antes de este duelo. Aunque falló de raíz cuando pensó que el Baskonia había mejorado su baloncesto desde que se vieron las caras durante la Liga regular, al menos el mago Planinic fue mucho más certero con su segundo augurio.