Vitoria. Ningún gran equipo que se jacte de serlo debería venirse abajo por la pérdida de su mejor jugador. No importa que ese hombre, ese buque insignia en el que todos sus compañeros confían, se llame Michael Jordan, Arvydas Sabonis, Julius Erving o Tiago Splitter. El Baskonia no tiene que ser una excepción, y por eso la plantilla azulgrana se ha conjurado para desangrarse si hace falta esta tarde en el pabellón Drazen Petrovic. Con su capitán ya de vuelta de su viaje a Holanda ha llegado la hora de que el resto de pupilos de Dusko Ivanovic demuestre que nadie es imprescindible.

No será fácil, pero a estas alturas, inmersos en pleno Top 16, nada lo es. Ni siquiera verse las caras con una Cibona de Zagreb en la que sus jugadores saltan al parqué casi por amor al arte, pues la mayoría sólo ha cobrado una mensualidad desde que empezó la temporada y tienen las puertas abiertas para salir de la capital croata cuando quieran.

Es cierto que la baja de Splitter, unida a la más prolongada de Stanko Barac, deja al Caja Laboral totalmente huérfano de pívots, con un Teletovic del que poco se puede esperar como referencia interior, mientras Lior Eliyahu bastante tiene con mejorar poco a poco de sus dolencias en el pubis y ganar la confianza que perdió desde que puso pie en la capital alavesa. Por si fuera poco, English aterrizó en Zagreb con un problema estomacal, aunque su presencia en el partido no corre ningún peligro. Pero no es menos cierto que el equipo que dirige Velimir Perasovic no se caracteriza precisamente por su dominio en la pintura. Además, su cinco más veterano, Dalibor Bagaric, aún se encuentra convaleciente de una lesión y será duda hasta última hora.

Con esta tesitura, el conjunto vitoriano se presenta en Zagreb con la imperiosa necesidad de regresar a casa con una victoria en la maleta. Lo contrario sería ponerse la cuerda en el cuello y confiar en enlazar nada menos que cuatro triunfos consecutivos en el resto de Top 16. La Cibona, otrora dominador continental transmutada ahora en cenicienta, consiguió el billete para la siguiente fase con un bagaje de tres triunfos y siete derrotas -al igual que Fenerbahce, Asvel y Zalgiris- y sólo su average favorable le permitió colarse entre los mejores de Europa.

Pero no conviene hacerse ilusiones pues, como bien señaló el propio entrenador baskonista, el jovencísimo cuadro balcánico -apenas 22 años de media- lidera la Liga Adriática y en el primer choque de este Top 16, ante el Khimki ruso, sólo dio su brazo a torcer en el último cuarto. Con el ex madridista Marko Tomas como líder y Gordon como único extracomunitario, los niños de Peras no tienen nada que perder.

Vuelve Oleson Curiosamente, el socavón en la pintura se contrapone hoy con el overbooking en la línea exterior que supone la adelantada recuperación de Brad Oleson, que según sus propias palabras se encuentra mejor que nunca y parece haber olvidado ya su problemática lesión en el tobillo. Sólo Ivanovic sabe si el escolta norteamericano disputará algunos minutos para iniciar su puesta a punto, pues el Baskonia encara el duelo con nada menos que siete jugadores exteriores -ocho si sumamos a un Walter Herrmann que deberá echar más que una mano bajo el aro-. Esta tarde, a partir de las 18.30 horas, alguno de ellos deberá adentrarse en la zona mucho más de lo que le gustaría.