En prácticamente todas las empresas, ya sean de entretenimiento o no, siempre hay miembros que realizan una ardua labor que no siempre se ve reflejada en primera instancia, pero que sin ellos no sería posible obtener resultados.
En el mundo del deporte, es decir, en el del espectáculo siempre hay cabezas visibles, tanto para bien como para mal si acompañan o no los resultados, y muy pocas veces se tiende a resaltar la gran labor de los que están detrás de las primeras espadas.
Esa labor en la sombra siempre ha sido crucial y de vital importancia, pero en el Kutxabank Araski todavía adquiere más relevancia y valor, ya que como bien se ha indicado desde el propio club en varias ocasiones, la gran mayoría, además de estar trabajando para el equipo, también tienen sus vidas personales con sus respectivos trabajos.
Es más, Made Urieta sostiene que el club necesita seguir dando pasos en la profesionalización, y eso pasa por tener más gente trabajando por y para el Araski.
Por esta misma razón, la labor de todos estos miembros que trabajan a destajo en la sombra adquiere tanto valor, porque además sacan el tiempo de donde no lo hay para dedicarse en cuerpo y alma a su pasión: el baloncesto en Mendizorroza.
“Estamos dando pasos en la dirección correcta tanto en el primer equipo como en la estructura de la cantera”
Además, algunos de ellos llevan ya muchos años como Álex Suso, quien tiene a sus espaldas 12 años en el club. “La verdad es que soy bastante ambicioso, pero no soñaba en llegar tan lejos dentro del Araski. Es más, cuando empecé aquí, el club no estaba en la Liga Femenina. Me acuerdo que en mi segundo año entrené con Made en el cadete y tengo muy buenos recuerdos de todos estos cursos. Es un lujo y un sueño hecho realidad lo que estoy viviendo estas últimas temporadas aquí”, valora.
Por su parte, Julén Vázquez, ahora delegado y responsable de cantera, también lleva en el club la friolera de 10 años. “No me imaginaba llegar hasta aquí. Al final, yo creía que mi sitio era la cantera que es lo que me gustaba cuando empecé, pero una vez que Made me dijo de estar en el primer equipo no podía perder la oportunidad”, destaca.
Respecto de dónde sacan el tiempo para poder llegar a todo en su rutina habitual, ambos coinciden en que “la clave es la organización y la buena planificación”.
El Araski, una familia
Eso sí, Suso también destaca la pasión por el baloncesto y su fervor por los colores verdes. “El hecho de estar entrenando en la Liga Femenina, además de ser un trabajo profesional, tiene ese punto de que es divertido y que es lo que nos gusta. Y por encima de todo nos debemos a las jugadoras y debemos dedicarles todo el tiempo que se merecen”, subraya.
Julén enfatiza en que la clave para sobrellevar el día a día es que “el Araski es una familia y siempre nos apoyamos entre nosotros y cuando tengo un problema lo comunico y nos ayudamos entre todos; eso facilita la gestión y la organización del club”.
“El Araski es una familia y siempre nos apoyamos entre nosotros, lo que facilita la gestión y la organización del club”
En ese sentido, el objetivo de los miembros del cuerpo técnico es que “no se nos tiene que notar si hemos tenido un mal día en el trabajo porque tenemos que ser lo más profesionales posible”.
Todo esto que mencionan, tanto el delegado como el segundo entrenador, ya se lo han inculcado a la perfección al recién llegado, Iker Vicente, quien viene desde el Lucentum Alicante para ejercer como tercer técnico.
“El año pasado estuve como entrenador en la cantera e incluso como tutor de la academia que tiene Lucentum, pero decidí buscar una experiencia nueva y algo que me hiciera crecer como entrenador y surgió la posibilidad de entrenar en la cantera del Araski. A partir de ahí vieron cómo trabajaba y surgió también la oportunidad de aportar en la Liga Femenina”, explica el bilbaíno.
Aunque a sus 26 años no lleve mucho tiempo todavía en el club, Iker ratifica toda y cada una de las afirmaciones de sus compañeros. “Me he encontrado un ambiente muy familiar y a la vez muy profesional, y todo el mundo quiere aportar su granito de arena al club”.
“Hay días complicados”
En ese sentido, Vicente confiesa “estar preparado para todo, en especial, para absorber y aprender todo lo que pueda y ser como una esponja, ya que este año estoy por y para Araski, y quiero invertir esta temporada para seguir desarrollándome como entrenador y en un futuro poder dedicarme a esto”.
“Quiero invertir esta temporada para seguir desarrollándome como técnico y en un futuro poder dedicarme a esto”
Si bien trabajar en un buen ambiente siempre facilita las cosas, los integrantes del cuerpo técnico también admiten tener días malos, como todo el mundo.
“Siempre hay altibajos, pero por suerte estoy muy bien rodeado tanto por mi mujer como por mis amigos y puedo compatibilizar muy bien tanto mi vida profesional como deportiva y personal. Además, creo que el truco está en hacer un buen balance de todo y el tener tus ratos para desconectar en otras cosas”, señala Suso.
A juicio de Julen, “evidentemente hay días que son complicados porque tienes tus problemas en tu trabajo o en tu casa y tienes la cabeza puesta en otro lado y suele costar llevarlo, pero como siempre destaco, la clave es estar unidos entre todos”.
Respecto a la posibilidad de que el club continúe avanzando hacia la profesionalización, Suso asegura que “estamos dando pasos en la dirección correcta tanto en el primer equipo como en la estructura de la cantera, ya que también nos está ayudando la profesionalización de la liga y estamos en el camino correcto y poco a poco vamos avanzando en ello”.
El delegado también se muestra esperanzado de que algún día puedan estar por y para el Araski. “Ojalá suceda algún día, pero eso depende mucho de la economía y del dinero que llegue tanto del sector público como del privado. Está claro que estamos los justos y que necesitamos el apoyo de todo el mundo para seguir creciendo. Este paso sería el salto que nos faltaría por dar”.
Por último, Suso echa la vista atrás a la hora de poner en valor su trayectoria en el Araski. “Me invade la felicidad cuando pienso que he podido influir positivamente en las jugadoras que han pasado por el club. He tenido la suerte de entrenar a niñas que ahora están jugando en el Nacional senior y el haberlas visto crecer desde que llegaron jóvenes al Araski hasta alcanzar la cima es lo más bonito”, finaliza.