Dando los últimos coletazos de estas segundas no fiestas consecutivas de Vitoria, son muchos los gasteiztarras que han aprovechado a lo largo de la semana el inusual buen tiempo para sumarse a la celebración de la semana más esperada del año. Aún así, las esperanzas de los ciudadanos de poder homenajear a la patrona como en años anteriores siguen a flor de piel.

Por ello, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA quiso conocer de cerca las impresiones que ha dejado La Blanca en la capital, y sus previsiones para 2022.

"Nos ofrecen la mano y agarramos el brazo"

El buen ambiente siempre ha sido sinónimo de las festividades de la ciudad, pero, ya sea por las restricciones actuales o por la saturación emocional y mental que muchos han querido sosegar marchándose de vacaciones, este año ha sido "mucho menor".

Así lo ha percibido Estíbaliz Baranda, quien quiso remarcar que las medidas en lugares específicos, como en el parque del Prado donde se celebraron los monólogos del Rincón del Humor, se respetaron de forma correcta. Eso sí, también cree que algunos emblemáticos eventos tendrían que haber reaparecido durante estas fiestas.

"Podrían haber colocado algún puesto. En invierno sí se suelen poner, y se podrían cerrar y controlar el aforo", indicó Baranda. Por otro lado, destacó que "lo malo que tenemos es que nos ofrecen la mano y agarramos el brazo", señalándolo de forma no verbal con sus extremidades, así que "siempre habrá gente que lo respete y gente que no".

De todos modos, subrayó su optimismo al hablar sobre 2022. "Yo soy positiva y creo que va a mejorar la situación", pero remarcó que se tendrá que aguardar para comprobar si las medidas se flexibilizarán para las siguientes festividades de La Blanca.

Los mejores años para los jóvenes

De una manera similar, la vitoriana Paquita Aguiar notó que "había mucha gente, aunque no como en otros años". Tanto gasteiztarras como turistas inundaron las calles, especialmente en los días 4, 5 y 6, como viene siendo habitual, y algunas veces se creaba algún que otro descontrol una vez se ponía el sol. Imágenes de grandes multitudes en las calles del Casco Viejo que, para Aguiar, era esperable.

"Me parece normal que los jóvenes quieran salir de fiesta, son sus mejores años de la vida", explica, con la vista puesta en que, con la vacunación, "recuperemos" la normalidad.

Un buen equilibrio

Ese mismo optimismo fue el que el gasteiztarra Ander Ruiz quiso compartir con este medio. "Yo tengo la esperanza de que vuelvan (las fiestas), igual no como antes, con un poco más de cuidado, pero sí que creo que se van a poder disfrutar los paseíllos y de los actos más importantes", señaló.

También compartió el punto de vista con Baranda respecto a los actos "más pequeños", que han sido "bastante controlados", por lo que ha visto un buen equilibrio entre las medidas de seguridad por la actual situación sanitaria y las celebraciones de La Blanca.

Disfrutar pero sin riesgo

Por su parte, Vicky López de Luzuriaga e Iban Askasibar observaron que los vitorianos "ya se van mentalizando un poco" respecto a la realidad que vive la capital, ya que "parecía que se iba a solucionar todo este año pero ya empiezan a salir nuevas cepas o una dosis de refuerzo".

Con todo ello, López de Luzuriaga estimó que las medidas se van a mantener de aquí al año que viene para las siguientes festividades, aunque se deberían revisar para que los jóvenes, que "necesitan fiesta también", puedan "disfrutar pero sin riesgo".

Askasibar apeló al optimismo junto a la precaución: "El año que viene creo que se hará el esfuerzo de que haya más cosas, esperemos que la situación sea mejor", concluyó.

A pesar de que las no fiestas de 2021 han continuado los pasos del año anterior, alejadas de los tradicionales eventos que unen a toda la ciudad durante 5 días, los gasteiztarras no pierden la esperanza de que unas festividades más acordes con el acogedor ambiente de Vitoria, aún con prudencia, son posibles el año que viene.