El Obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha apelado este domingo, a través de una carta abierta a toda la sociedad en los días previos de lo que en otras circunstancias serían las fiestas en honor a la Virgen Blanca, a la precaución. En la misiva ha recordado, al fin y al cabo, que “por segundo año consecutivo celebraremos estos días bajo una situación atípica”, por lo que ha pedido “mucha precaución y extremar las medidas sanitarias que frenen la propagación de este virus”.

En la carta ha explicado, además, que, a diferencia del pasado año, en este, “pese a estar aún sin la normalidad que nos gustaría, será diferente pues sí habrá presencialidad en varios actos culturales, sociales y religiosos” organizados desde diversas instituciones civiles y eclesiales como son la novena todas las tardes a las 19.30 horas en la iglesia de San Miguel, las Solemnes Vísperas de la tarde del 4 de agosto a las 19.30 horas y que dan inicio a las fiestas de La Blanca, etc.

En ese sentido, ha apelado también a la "esperanza", ya que “poco a poco vamos viendo un futuro más esperanzador”, y ha subrayado asimismo "la importancia de centrarnos en lo importante y dejar de lado lo secundario y lo que no nos aportaba nada más que división o enfrentamiento”.Responsabilidad colectiva

Para “evitar más situaciones dolorosas y por responsabilidad colectiva”, el Obispo ha advertido que “lo festivo no debe hacernos olvidar el sufrimiento de muchas personas a causa de este virus que aún circula por nuestras calles y plazas, personas que conviven con nosotros en Vitoria”, y anima a que estas fiestas “nos hagan más conscientes de la necesidad de cuidarnos mutuamente”, y que “si algo debemos fortalecer en nuestro interior es nuestra empatía hacia las personas vulnerables, tanto de salud como económicas”.

Finalmente, invita a “seguir adelante, en medio de estas circunstancias, por hacer de nuestra ciudad una ciudad más humana, más respetuosa con todos, que sepa convivir y que sepa disfrutar sin excluir y teniendo en nuestra oración y en nuestra acción al que sufre”, y pide a la Virgen Blanca el final de esta pandemia; "que Ella nos ayude a ser conscientes de nuestra vulnerabilidad y de la fragilidad de un mundo que necesita más que nunca fraternidad, esperanza, misericordia, unidad y compasión”.