En la antesala de lo que debiera ser, en situación de normalidad sanitaria, la semana más especial de la ciudad el alcalde de Vitoria-Gasteiz, Gorka Urtaran, analiza para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA unas jornadas alejadas de todo indicio de algarabía y donde debe primar el "cumplimiento estricto de las recomendaciones sanitarias de las autoridades".

A poco más de 72 horas para la tarde de un 4 de agosto de nuevo atípico, ¿qué sensaciones tiene el alcalde de Gasteiz?

-Estamos con esa tristeza de no poder celebrar y honrar las fiestas de la Virgen Blanca como nos gusta, pero también con la necesaria responsabilidad y prudencia con la que debemos actuar en una situación de pandemia como la que vivimos y en unas fechas en las que los contagios están en cifras máximas desde el inicio de esta emergencia.

La situación sanitaria vuelve a imponerse por segundo año y toca limitar la actividad social de los gasteiztarras.

-Desgraciadamente nos encontramos en un escenario que no preveíamos al principio de verano. La variante delta ha demostrado un crecimiento exponencial de los contagios y los rigores de la pandemia nos obligan a ser prudentes, cautelosos y responsables a la hora de observar todas las indicaciones sanitarias. Por lo tanto, eso es incompatible con la interacción social y concentraciones masivas que conllevan una fiestas como las de La Blanca.

¿Va a resultar este año más difícil contener a la población a la hora de que se puedan generar aglomeraciones o botellones?

-En la parte que se refiere a los espacios típicos de las fiestas de La Blanca, va a ser más fácil controlarlos. Luego, es difícil poner puertas al campo y controlar todos los espacios públicos de Gasteiz, como también es imposible poner un agente de la Policía Local o la Ertzaintza detrás de cada vecino. Hay que solicitar a la ciudadanía que nos ayude a llevarlo lo mejor posible atendiendo y respetando las indicaciones sanitarias del uso de mascarilla, respeto de la distancia y celebrando cada uno en su casa y con su gente.

¿Percibe este año un menor miedo al virus que hace doce meses por la sensación de seguridad que ofrece la vacuna?

-Ese proceso de vacunación ha posibilitado que la presión hospitalaria se haya reducido de forma importante, pero no la ha eliminado. Hay jóvenes que también llegan a ingresar en los hospitales e incluso a estar en la UCI. Hay que recordar que estamos ante un virus criminal, que ha matado a muchas personas en Gasteiz y del que no se libra nadie. Parece que la gravedad de la enfermedad es directamente proporcional a la edad de quien la sufre, pero eso no significa que los jóvenes se libren. Toca volver a apelar a la prudencia, la cautela y la responsabilidad.

¿Se hace difícil pedir ese último esfuerzo a la población después de casi 17 meses de restricciones y con cifras de nuevos contagios en máximos desde el inicio de la pandemia?

-Espero que en las próximas semanas o meses veamos ese final del túnel pandémico. Hay una fatiga generada por el covid-19 y todos necesitamos salir del mismo. La prudencia y la esperanza son dos elementos positivos para llegar en las mejores condiciones al final de la pandemia. Estamos cerca, pero aún no hemos llegado. No nos fatiguemos en la orilla e intentemos superar esta situación cuanto antes desde la prudencia, la responsabilidad y la esperanza de que la vacunación va a hacer posible llegar a la inmunidad de grupo en breve.

Se percibe también una mayor irritabilidad entre los jóvenes, sobre todo, con episodios violentos hacia los agentes del orden.

-Se ha detectado que hay un mayor grado de irascibilidad en general entre la población. Eso se convierte en altercados, más o menos violentos, no solo contra Policía Local o Ertzaintza, sino también contra otros ciudadanos. Me preocupa que, además de las consecuencias sanitarias de la pandemia, también están las psicológicas y que eso pueda poner en peligro la integridad de las personas. Por eso vuelvo a pedir a los gasteiztarras que nos ayuden y actuemos con prudencia, responsabilidad, siendo respetuosos los unos con los otros porque queda muy poco ya para salir de este túnel pandémico.

Ese tipo de situaciones no se han dado en Gasteiz. ¿Teme que se puedan generar estos días singulares de La Blanca?

-Afortunadamente no se han dado esos episodios, aunque sí se ha dado algún fenómeno violento o agresión. Tenemos que aguantar como ciudad y sociedad para poder ser flexibles en la organización de eventos e interacción social.

Se vivió el pasado domingo un Día de Santiago con absoluta normalidad y sin ningún sobresalto de orden público, a modo de ensayo para lo que deben ser estas jornadas venideras.

-Fue una buena prueba de fuego. Siempre se comenta que esa jornada es la preparatoria y la de calentar motores para una celebración de La Blanca en condiciones normales. Debemos tener presente este cercano y pasado ejemplo como experiencia de una fiesta que no se pudo celebrar y que transcurrió con normalidad. Esto demuestra que la población sabe comportarse y los jóvenes también. Deseo que ese comportamiento ejemplar que tuvimos tanto la víspera como en Santiago se pueda reproducir en estos días que llegan.

Se vieron trajes de blusa y neska esa jornada pero imperó la mesura entre quienes los vestían y no hubo el más mínimo atisbo de celebración o algarabía.

-Es cierto que el pasado año, en un intento de actuar con prudencia y precaución, planteaba ese riesgo de que pudiéramos imbuirnos del ambiente festivo yendo vestidos de blusa y neska. Ya dije entonces, y se ha demostrado, que hay gente que se viste y sigue siendo igual de responsable que el resto del año. Quienes lucieron esas ropas el Día de Santiago, hace una semana, mostraron un comportamiento adecuado y cumpliendo con la normativa. Espero que también siga así en las jornadas que llegan a partir del miércoles.

Se repite el operativo conjunto entre Policía Local y Ertzaintza. Los puntos de mayor riesgo, en cuanto a la celebración de botellones, ya se sabe cuáles son. ¿Se va a incidir sobre ellos con una vigilancia especial?

-Existen como dos ámbitos. El primero de ellos es el centro, con la Virgen Blanca y sus calles adyacentes. Ahí, el miércoles a partir de las 15.00 horas empezará una vigilancia especial de Ertzaintza y Policía Local y de 16.30 a 19.00 quedará cerrada la plaza. Además de eso, habrá una presencia policial en lugares típicos donde suele haber concentración de personas e interacción, que pueden generar botellones. También se recorrerá la ciudad por parte de patrullas de ambos cuerpos para evitar situaciones de riesgo.

¿La Policía Local va a estar con el despliegue habitual de cada jornada o va a contar con un número adicional de agentes?

-Es reforzar el dispositivo durante estos días como se hace en otros momentos, cuando ha habido fiestas. Hay más presencia de agentes de la Ertzaintza con más agentes de ambos cuerpos patrullando de forma coordinada, controlando los lugares típicos de la fiesta y donde pudieran producirse concentraciones por botellones y las situaciones de riesgo.

En años anteriores se han centralizado en la comisaría de la Ertzaintza de la calle Olaguíbel trámites propios de la Policía Local como interponer denuncias. ¿Se mantiene ese dispositivo también en esta ocasión?

-Ya hay un trabajo conjunto de la oficina de la calle Olaguíbel en el que están trabajando tanto Policía Local como Ertzaintza. Lo que se hace además es dar continuidad a esa labor durante todo el año y no solo en estas fechas.

Se ha caído de la programación de actos culturales el evento de los gigantes y cabezudos. ¿Hay riesgo de suspensión de alguna otra de las actividades programadas?

-Siento en el alma esa cancelación, que deberemos dejar para otro momento. Se trataba de evitar cierta relación que pudiera dar pie a pensar que estábamos celebrando las fiestas o las no fiestas. No podemos celebrar ni las fiestas ni las no fiestas de La Blanca. En cuanto al resto de actos, tendremos que observar la evolución de la pandemia y del número de los contagios en Gasteiz. Quedan pocos días con lo que mucho tiene que cambiar la cosa para que volvamos a retocar el programa. Ya lo dijimos que todo esto es un programa cultural de todo el verano, que observa todas las recomendaciones de los expertos sanitarios. Se mantiene el programa porque son espacios acotados y aforados, con distancia entre personas, todas ellas sentadas y con uso obligatorio de mascarilla.

Con un poco de imaginación y adelantando la vista a dentro de doce meses, ¿cómo se imagina La Blanca 2022?

-Imagino una explosión de alegría colectiva en el que el txupinazo va a batir récords de presencia en la calle. Vamos a tener hasta el parque de La Florida lleno de gente, queriendo ver un comienzo de fiestas de La Blanca histórico después de dos años de pandemia. Me imagino 2022 como el año en el que recuperemos la vida como la teníamos antes de la pandemia y recuperemos unas fiestas con más intensidad por las ganas que nos quedan, después de no celebrarlas ni en 2020 ni en 2021.

"Estamos ante un virus criminal, que ha matado a muchas personas y del que no se libra nadie; los jóvenes también ingresan y llegan a las UCI"

"Los actos de la programación cultural de verano siguen todas

las recomendaciones dictadas

por los expertos sanitarios"

"Me imagino 2022 como el año en el que recuperemos la vida según la teníamos antes y una explosión de alegría en las fiestas de La Blanca"