El día del Orgullo combina todos los 28-J su habitual carácter reivindicativo con el festivo, pero la comunidad LGTBIQ+ local se enfrenta este 2021 a varios focos de creciente preocupación que estarán muy presentes, en el centro, en la manifestación que se celebrará mañana en Gasteiz. El auge de los discursos de odio y de las agresiones contra el colectivo, que han tenido su último ejemplo esta misma semana con las pintadas homófobas y tránsfobas sobre un mural de la ikastola Umandi, o la polémica tramitación de la ley trans en el Congreso de los Diputados son solamente dos de ellos.

Pol Cordovez y Shu Otero, integrantes de la Coordinadora del 28-J, avanzan en un encuentro con este periódico las principales claves de la movilización, que partirá este lunes a las 19.00 horas desde la Virgen Blanca y recorrerá después otros espacios "bastante constantes en las luchas del colectivo" mediante sucesivas paradas y denuncias: "Contra el poder jurídico y represivo, que tiene que ver con toda la parte legal y policial; contra los poderes comerciales y ese concepto de pinkwashing, porque nos enfrentamos a una situación de mercantilización muy fuerte; y también por la cuestión médica, sobre todo desde las perspectivas trans", enumera Otero.

La histórica batalla del colectivo LGTBIQ+ local contra la patologización de las personas trans se ha unido en los últimos tiempos a un repunte de las agresiones contra esta comunidad, constatado también en el último informe del Observatorio local contra la LGTBI-fobia (Ikusgune), así como a la gran controversia que ha generado la norma impulsada desde el Ministerio de Igualdad, rechazada por un sector del feminismo.

Empezando por los ataques al colectivo, que no son nuevos pero preocupan y mucho por lo recurrente, Cordovez asegura que la transfobia es "un movimiento que va creciendo" a la par que lo hacen los discursos de odio.

"Yo no he sufrido personalmente nunca una agresión, pero me asusta que haya tantas personas que piensen así, porque además no son solo mayores. Es preocupante que tengamos una sociedad que está evolucionando cada vez más con muchos temas, pero que justo haga lo contrario con algo que ya no es tan tabú como lo era antes", reflexiona este joven, mirando precisamente al reciente episodio de las pintadas en la ikastola Umandi.

Otero, en este punto, pide "tener cuidado" con esa creencia tan extendida como irreal de que "el progreso va para delante y ya está todo bien", con esa "idealización" de la realidad que distorsiona "la profundidad con que esos discursos de odio están poniendo en peligro a la gente". "Tenemos un aumento de agresiones al colectivo, de agresiones contra las mujeres, de manifestaciones abiertamente fascistas y racistas. Y nunca hay que despistarse con esto", advierte la integrante de la Coordinadora, quien matiza que en realidad la lucha debe ser doble: "Contra ese fascismo abierto y explícito y sus agresiones y contra el pinkwashing, su mercantilización y la asimilación que pretende de la comunidad" LGTBIQ+.

"A veces casi da más miedo quién se pone de tu lado por los intereses que hay detrás", apunta de nuevo la activista. "Que la gente no se crea que por que estamos en el siglo XXI ya estamos muy abiertos", replica, entretanto su compañero. "Y no hay que perder de vista además que cuando se extienden y aumentan estos discursos de odio hay grupos que se están beneficiando. No es algo casual", apostilla de nuevo Otero.

Con todo, si hay un asunto candente y que este lunes sobresaldrá entre las reivindicaciones de la Coordinadora ese no será otro que la necesidad de que se apruebe una ley que, como mínimo, recoja demandas históricas del colectivo como la despatologización de la transexualidad y la libre autodeterminación del género, dos aspectos recogidos en el proyecto impulsado a nivel estatal y que sigue atascado en los despachos.

La oposición del ala socialista del Ejecutivo central a dar luz verde a parte del articulado de la ley y, sobre todo, el rechazo a la norma de algunos movimientos feministas que consideran que la libre decisión del propio género supone una suerte de borrado de mujeres han generado un peligroso calvo de cultivo que, según Otero, ha tenido "un efecto muy profundo en las vidas y la seguridad de muchas personas".

"Por una amenaza imaginaria hacia las mujeres cis -las nacidas con genitales femeninos e identificadas con ese género- se está poniendo en un peligro muy fuerte a toda una comunidad de personas trans, que es uno de los grupos más vulnerables de la sociedad", apunta de nuevo la joven, que considera que para "legitimar" los derechos de cierto grupo "se está buscando" desde ese sector del feminismo -muy minoritario aun en Euskal Herria- "volcar toda la negatividad, el estigma y todo el desprecio social hacia otro grupo aún más minorizado".

"Es muy fuerte que haya personas que pueden ser tus aliadas y no te traten como tal. Que piensen que las mujeres trans son hombres que tienen un problema o un capricho y se les pasará luego", critica, por su parte Cordovez, que conoce de primera mano el tortuoso camino que para una persona trans supone aún hoy enfrentarse a trámites administrativos o sanitarios de todo tipo.

El joven considera además "insultante" la exclusión añadida a la que se ven sometidas las personas migrantes trans que todavía no han obtenido la nacionalidad y, en consecuencia, no pueden modificar su documentación. "Parece que nos quejamos por capricho, pero esa ley solo viene a disminuir una violencia que imponen las mismas instituciones. Existe todo un sistema legal que provoca un montón de violencias", añade, de nuevo Otero.

La de mañana será la segunda manifestación del Orgullo que tiene lugar en plena pandemia, con todas las dificultades que ello conlleva, pero Otero y Cordovez destacan la relevancia que tiene salir a la calle en el contexto actual, en pleno rearme de los discursos más reaccionarios.

"Ha sido bastante difícil compaginar esta cuestión, la de cuidarnos mutuamente, pero nos parece muy importante tener esa presencia en la calle, porque hemos vivido un aumento de las agresiones de distintos tipos hacia nuestras comunidades", resume en este punto Otero. "Hay unas limitaciones que tenemos que cumplir, pero espero que va a quedar bastante bien todo lo que tenemos planeado", confía, mientras tanto, Cordovez.