Zalduondo rendirá el próximo domingo un sentido homenaje a las mujeres lavanderas de la localidad. Vecinos y vecinas se reunirán a partir de las doce del mediodía en el lavadero de Txaroste para "reconocer el trabajo solidario, sacrificado y silencioso que a lo largo del tiempo han desarrollado las mujeres de la localidad lavando la ropa".

Según explicaron desde la organización del acto, "en el lavadero se lavaban, torcían y tendían mantas, camisas, pañuelos y pañales, en duras condiciones, con agua helada, frío y malas posturas que dañaban sus espaldas" al tiempo que apuntan que se trataba de "un trabajo esencial para las familias, la comunidad y la economía, que históricamente se ha relegado a un papel secundario. Se entendía que era un trabajo propio de las mujeres y como todos los trabajos que hacían ellas no era valorado".

Los lavaderos también fueron espacios de sororidad, de confidencias y desahogos personales, de apoyo moral y casi psicológico entre ellas. "Lo que se decía en el lavadero, se quedaba en el lavadero. En el lavadero no había hombres recuerdan estas mujeres", recuerdan.

Según explicó a este diario Gustavo Fernández Villate, alcalde de Zalduondo, "se reconocerá esa labor fundamental de todas ellas en las figuras de varias vecinas, Mercedes Duran, Isabel Martínez de Maturana, Maribel Arakama, Clara Mújica y Eli Arakama, que recordarán sus días de lavandera".

En el acto de homenaje también se colocará una placa en el lavadero municipal en recuerdo de Rosario Apaolaza Lopetegi, la última mujer que todavía a principios de este siglo acudía a lavar al modo tradicional. "Un ejemplo de todas las mujeres que durante siglos han limpiado y cuidado el mundo", reconocen. "El lavado de la ropa, como el de todos los cuidados, históricamente ha sido una tarea tradicional de las mujeres, un trabajo esencial para la vida y para el desarrollo y la salud de las personas y la sociedad, pero en la mayoría de los casos no pagado, y no reconocido socialmente como una tarea esencial. Sin embargo, en estos tiempos de pandemia que estamos viviendo se está visibilizando más la importancia que tiene la limpieza para la salud no sólo familiar sino también comunitaria", apuntan.

De esta manera el Ayuntamiento y el pueblo de Zalduondo quieren "reconocer el trabajo de tantas y tantas mujeres y su aportación a la historia del municipio y del mundo", concluyen.

XXI

Hasta principios del presente siglo no era complicado ver cómo Rosario Apaolaza acudía al lavadero de la localidad para blanquear su colada. Una tradición ahora reconocida por el Ayuntamiento.