Con el hartazgo a cuestas después de un año agotador de pandemia, Nerea Sagredo, está dispuesta a probar el nuevo fármaco CureVac. Esta vecina de Deusto, de 41 años, con un niño de tres, Óliver, es la primeriza de este reportaje porque ella todavía no ha recibido ningún pinchazo. Se lo van poner esta misma semana. “Soy impulsiva y me he lanzado un poco a ciegas. Pero tenía mucha ilusión de poder participar en un ensayo de este tipo porque quiero salir de esta situación. Tener más vacunas es la única manera que veo de acabar con esto, y así aporto mi granito de arena a la investigación”.

Tampoco se ha obsesionado buscando información en Google ni siguiendo ninguna masterclass en vacunas. “Me he lanzado a la piscina sin tener demasiada información”, confiesa. “Me enteré que estaban buscando voluntarios por la prensa, entré en la web de BioCruces y me inscribí”, relata, a sabiendas de que apuntarse no significaba una vacunación automática.

“En el formulario, te preguntan si tomas alguna medicación y si has pasado el coronavirus, que yo no lo he pasado”, declara, reconociendo que lleva doce meses adoptando todas las precauciones sanitarias. “En mi grupo familiar nos cuidamos mucho, pero, al final también es un poco suerte. Es como una pequeña lotería. Además, mi hijo Óliver va al colegio, aunque también ha tenido la suerte de no estar en contacto con ningún positivo ni ha tenido que estar en aislamiento en ningún momento. De momento, nos vamos salvando”, indica, cruzando los dedos. Y eso que admite que, en esta tercera ola, ha conocido más casos de afectados de coronavirus que nunca.

El aval alemán de la vacuna no ha sido decisivo para presentarse al ensayo. “Confío mucho en que todos estos preparados y tratamientos experimentales están muy controlados. Creo que no se ponen en humanos a la ligera. Y pienso, que cuando pasan los controles del organismo regulador, es porque son muy solventes. Con lo cual todas las vacunas que están probando me dan confianza”, declara.

Preguntada sobre una hipotética compensación económica, ella ni se lo planteado. “Si te soy sincera, ni lo había pensado, ni lo he preguntado. En la información que nos han facilitado, en ningún momento, se habla de ningún tipo de compensación, y desde luego, el tema económico, en mi caso, no era ninguna motivación. Yo solo quiero contribuir y poder ayudar”, expresa rotunda.