- La feria Lan Ta Lan, que cada Navidad y desde hace 24 años es una de las citas ineludibles de las navidades gasteiztarras, no podrá celebrarse este año debido a la pandemia del covid-19. Las condiciones de seguridad sanitaria que exigen las instituciones para poder montar los expositores y la posibilidad de perder el dinero que los artesanos han de abonar por el alquiler de las casetas llevó hace un par de semanas a sus participantes a renunciar a celebrar esta XXIV edición.

Lo explica a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA Gaizka Olarte, presidente de Artisau, la Asociación de Artesanía de Álava, promotora y organizadora del evento. "Hemos decidido suspender la feria por la situación en la que nos encontramos, por los impedimentos que nos ponían y por la falta de dinero", señala.

Los artesanos participantes han de adelantar el alquiler de las casetas, una cantidad que perderían si se produjera un positivo en el entorno de la plaza de La Provincia, pues todas deberían echar la persiana.

Además, los participantes no iban a poder disponer este año de la tradicional carpa en la que se celebra Lan Ta Lan y que invita al consumo en un entorno aislado de la fría intemperie vitoriana en esta época del año. Tampoco iban a poder montar el número habitual de casetas, en torno a una treintena, pues el límite estaba en una docena, lo que unido a las restricciones generalizadas en el ámbito del ocio y la circulación, la incertidumbre económica y la propia pandemia en sí misma ha llevado a Artisau a posponer su feria para la próxima Navidad.

"Se consultó con los artesanos y se decidió que no se celebraría", señala Olarte, y ello a pesar de que Lan Ta Lan es uno de los pilares del ejercicio para un sector que cuando más trabaja es en esta época del año. "Para nosotros la Navidad es importantísima, depende de cada caso, pero puede suponer el 50% de los ingresos del año", apunta el presidente de Artisau.

En su caso particular, Gaizka Olarte ha sido relativamente afortunado. "Yo he tenido trabajo porque hago mucho mueble y la gente quiere hacer cambios en casa, pero la mayor parte de los artesanos lo lleva mal porque no hay ferias, y es ahí donde hacen las ventas", afirma.

De hecho, la pandemia les golpeó económicamente desde el primer día, pues tuvieron que suspender la feria Lan-berri, que se iba a celebrar entre el 4 y el 13 de abril, en pleno confinamiento, y desde entonces, al igual que otros muchos sectores de actividad, han capeado la situación como han podido en un ambiente de incertidumbre.

Habitualmente, Lan Ta Lan congrega a una treintena de profesionales de la artesanía en la carpa que cada año se instala frente al Palacio de la Provincia, principalmente del territorio alavés, aunque también acuden a Gasteiz talleres del resto de Euskadi y de comunidades como Cantabria, Cataluña, Galicia, Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón o Castilla y León.

Ahora, Artisau trabaja junto con la Diputación Foral de Álava, colaboradora del evento, en buscar fórmulas para visibilizar su trabajo y minimizar el impacto de la suspensión de la feria, que aglutina habitualmente una docena de profesiones relacionadas con la joyería, el cuero, el vidrio, el textil, el bronce, la madera, los jabones y productos cosméticos o la cerámica.

Lan Ta Lan. Hace ya 24 años que la Asociación de Artesanía de Álava, Artisau, celebra en la plaza de La Provincia la feria Lan Ta Lan, en una carpa en la que ofrecen sus productos cerca de una treintena de profesionales.

Suspensión. La obligatoriedad de celebrar la edición de este año a la intemperie, y otras restricciones sanitarias, han llevado la suspensión, junto con la posibilidad de perder el dinero que deben adelantar los artesanos si un caso de covid-19 obligara a clausurar la feria.