Quienes realmente sienten el Deportivo Alavés, ven sus partidos y acuden a Mendizorroza siempre que pueden, independientemente de la situación del equipo, el rival o lo entretenido o no que sea el encuentro, han celebrado numerosos goles del equipo. Sin embargo, la memoria del ser humano es limitada y al final solo perduran en la retina los instantes más memorables, sean positivos o negativos. Los ascensos, los descensos, la final de la UEFA o la de la Copa del Rey son algunos de esos momentos que difícilmente podrán olvidar quienes los vivieron, por los nervios y los sentimientos que provocan.

Si se habla de emoción, los goles son sin duda el punto álgido del fútbol, el momento de máximo éxtasis, por lo que también son susceptibles de quedarse grabados eternamente en la memoria, tanto de los aficionados como de los futbolistas que los ejecutan. Cada persona es un mundo y seguro que cada seguidor albiazul tiene un gol que, por motivos personales, no olvidará. Sin embargo, hay algunos tantos que, por su relevancia para la historia del club y la manera en la que se dieron, perduran en la memoria de los aficionados y, sobre todo, de los protagonistas. Goles con los que todo futbolista sueña y que aseguran la eternidad.

Uno de ellos es el de Guzmán Casaseca contra el Real Jaén el siete de junio de 2014, que marcó un antes y un después en la historia reciente del Glorioso. El Alavés, recién ascendido a Segunda División desde el infierno de Segunda B, llegó a la última jornada de liga en puestos de descenso y sin depender de sí mismo para conseguir la permanencia. El combinado babazorro necesitaba imponerse al Jaén, que también se estaba jugando la permanencia, a domicilio y esperar a que el Mirandés cayera derrotado contra el Lugo.

El objetivo se complicó mucho en el minuto 53 del encuentro, cuando el Jaén se adelantó en el marcador gracias a un gol de Jona. En el minuto 71, el Lugo marcó y ello dio alas al Alavés, que le dio la vuelta al marcador con dos goles en el minuto 82 y 83 de Stevanovic y Quiroga, que llevaron la locura a la grada donde se situaron los seguidores albiazules. Sin embargo, justo después, Machado empató el encuentro, devolviendo al Glorioso al pozo. Cuando todo parecía perdido, en el minuto 93 Jarosik evitó que un balón colgado al área saliera por línea de fondo y Guzmán Casaseca lo empujó al fondo de las mallas de cabeza en el segundo palo. El Alavés estaba salvado.

Al extremeño nunca se le olvidará ese día. "Es un gol que recordaré toda mi vida. Fue un partido muy especial por la tensión y por todo lo que nos jugábamos y la verdad es que no pudo salir mejor. La alegría de marcar y de consumar la permanencia fue algo único", asegura Guzmán. Quizás no fue el tanto más estético de su carrera deportiva, pero sí el más especial. "Fue un gol sin más, pero muy importante. Veníamos de una temporada muy dura, cuando estás peleando por descender lo pasas mal en el día a día y ese año fueron 42 jornadas de sufrimiento. Por suerte lo sacamos adelante gracias a mantenernos unidos y a pelear hasta el último segundo", relata el ahora futbolista del Badajoz.

Al final, tanto sufrimiento mereció la pena: "Los tres siguientes días fueron de una liberación increíble". Guzmán y su familia siempre tendrán "un hueco en el corazón para el Alavés y la ciudad", al igual que los aficionados albiazules lo tienen para él. "Siempre que he vuelto a Vitoria con otros equipos he sentido el cariño de la gente. Llegué en uno de mis mejores momentos como profesional y crecí mucho futbolísticamente y personalmente", asegura el exalbiazul.

OTRA PERMANENCIA AL LÍMITE Aquel día en Jaén se vivió una auténtica fiesta, similar a la que se montó en Mendizorroza seis años atrás, el seis de junio de 2008. En la penúltima jornada de Segunda División, un Alavés en puestos de descenso recibió a la Real Sociedad, que peleaba por regresar a la máxima categoría. La tensión que se vivía en Mendizorroza era enorme por todo lo que había en juego y aumentó cuando a los 10 minutos de partido Díaz de Cerio adelantó a los guipuzcoanos. Al arranque de la segunda mitad, Adrián López igualó el electrónico, dando todavía alguna esperanza a los gasteiztarras, pero en el 70 Delibasic volvió a adelantar a la Real, que se colocaba en puestos de ascenso directo a Primera. Las lágrimas comenzaban a brotar de los rostros de los aficionados locales, ya que el Alavés estaba matemáticamente descendido a Segunda B, cuando el colegiado añadió cuatro minutos de descuento. Mientras tanto, los seguidores de la Real celebraban.

Sin embargo, el cuadro babazorro no se rindió y con un gol de Jairo igualó el marcador. Quedaban dos minutos para el final, pero los entrenador por Salmerón no cesaron en su empeño y, tras una trabada jugada de rechaces, Toni Moral remató de volea un centro de Miguel Pérez. El misil se coló en la portería de Riesgo y la bulliciosa hinchada local invadió el terreno de juego antes de que el árbitro decretara el final del encuentro.

"A partir de ese momento no me acuerdo de nada, solo un montón de aficionados abalanzándose sobre mí, no sabía muy bien lo que estaba pasando", asegura Toni Moral. Lo que sí recuerda a la perfección son los instantes anteriores a la explosión de alegría. "Había pasado ya el minuto 80 cuando miré el marcador y vi el 1-2 que nos mandaba a Segunda B. Siempre se me quedará grabado en la mente ese momento, esa angustia. Eso nos dio fuerzas para hacer el último esfuerzo y todos nos pusimos a correr como locos, luego ya todo fue un barullo", recuerda el atacante catalán.

Para él, es "un recuerdo muy especial" por lo importante que fue para el club: "Nos hubiera gustado conseguir la salvación antes o tener un partido más tranquilo, pero entonces no habría tenido la misma repercusión. Es un orgullo formar parte de la historia del Alavés". Al igual que Guzmán, continúa "recibiendo mucho cariño por parte de la afición", que siempre le trató muy bien. "Muchos me siguen diciendo que ese gol les cambió la vida. No creo que me merezca tanto reconocimiento. Es verdad que lo peleamos hasta el final, pero el gol es algo muy puntual, si el balón llega a dar en el palo o irse fuera nadie se acordaría. El club estaba pasando por un momento muy delicado económicamente y es un orgullo haber podido ayudar", argumenta Toni Moral, que asegura que el Alavés es el equipo en el que más valorado se ha sentido.

LA EMOCIÓN DE SERRANO Una de las imágenes míticas de la historia del Alavés es la de Manolo Serrano llevándose las manos a la cabeza, emocionado, tras haber marcado el 3 de mayo de 1998 el primer gol del encuentro contra el Rayo Vallecano, que encarrilaba la victoria albiazul y el regreso matemático a Primera División. Él mismo marcó el segundo, desatando la locura en la grada, y Sivori puso el 3-0 definitivo que alzaba al Alavés a Primera.

El idilio de Serrano con el gol no termina ahí, ya que esa misma temporada anotó otro tanto histórico. El Glorioso alcanzó los octavos de final de Copa del Rey, ronda en la que le tocó el todopoderoso Real Madrid. El objetivo no era otro que pelear y disfrutar de la eliminatoria, pero un gol de Serrano en el partido de ida en Mendizorroza, controlando en el área y definiendo a la perfección con el interior al palo largo, dio la victoria al Alavés por 1-0, todo un hito y una fiesta. Riesco terminaría certificando la eliminación del glamuroso gigante blanco en el Santiago Bernabéu (2-1).

Con 67 goles como futbolista albiazul a sus espaldas, a Serrano se le hace difícil decantarse por uno de ellos: "El que tuvo más repercusión sin duda fue el de la Copa contra el Real Madrid porque llegó a todos los rincones de España, pero para mí los más importantes son los del ascenso a Primera, por lo que significaron para el club". El delantero afirma que celebró con "mucha rabia e ilusión" el primer gol contra el Rayo Vallecano, ya que tenía muchos nervios acumulados de los días anteriores.

"Conservo la foto de la celebración en casa, en el móvil, en redes sociales...", asegura el exfutbolista, que recuerda con mucho cariño su estancia en el club. "Con el centenario, he echado la mirada atrás y me he dado cuenta de que es verdad lo de que el Glorioso nunca se rinde. Los más jóvenes no han vivido esos partidos en Segunda B con 5.000 personas en Mendizorroza, hay que poner en valor todo lo que se consiguió partiendo desde ahí", enfatiza. "La temporada del ascenso fue muy especial, lo que conseguimos fue gracias al grupo que había, no al talonario, como otros", explica.

En ese vestuario estaba el madrileño Pedro Riesco, protagonista de la eliminación al Real Madrid al marcar el 0-1 en el Bernabéu, en un balón suelto en el área que empujó de cabeza a puerta vacía y terminó siendo decisivo, ya que el 2-1 final clasificó a los gasteiztarras para cuartos. "Fue un gol fácil, pero tuvo una repercusión enorme por lo que supone tumbar al Madrid", destaca Riesco.

Difícilmente podrá olvidar aquel día: "Sabíamos que era un campo muy complicado, pero la mentalidad que había esa temporada era que podíamos ganar a cualquiera. Sufrimos los últimos minutos, pero lo conseguimos. La vuelta en el autobús fue una fiesta". Al cabo de ese curso, Riesco tuvo que dejar el equipo, ya que Mané no contaba con él. "Me habría gustado seguir, pero son cosas del fútbol. Tengo muy buen recuerdo de mi etapa en Vitoria, se apostó por mezclar juventud con veteranía en la 97-98 y fue un éxito", rememora.

Algunos aficionados se quedarán con aquel gol de Salinas con la mano que valió una permanencia, otros preferirán el de Azkoitia para ganar en el Bernabéu, en la que hasta esta temporada era la única victoria a domicilio contra el Real Madrid. También habrá quien recuerde alguno de los legendarios tantos de las noches europeas, pero el que vivió alguno de los míticos goles de Serrano, Riesco, Guzmán o Toni Moral difícilmente podrá olvidarlo.

Un ascenso y una sorpresa

De los 67 goles que Serrano marcó con la camiseta del Alavés, dos se quedaron clavados en la retina del alavesismo. Un tanto suyo sirvió para derrotar al Madrid en Mendizorroza en Copa del Rey, pero el que recuerda con más cariño es el que anotó contra el Rayo y significó el regreso a Primera División.

Una remontada inolvidable

Toni Moral pasó a formar parte de las páginas doradas del Alavés en junio de 2008. El Glorioso necesitaba ganar para mantenerse con opciones de seguir en Segunda, pero en el minuto 90 perdía por 1-2 contra la Real Sociedad. Jairo igualó el choque y Moral hizo enloquecer Mendizorroza en el último instante.

El Bernabéu enmudece

La victoria por 1-0 en el partido de ida de octavos de Copa contra el Real Madrid brindaba esperanzas al Alavés. Los merengues salieron con todo en el partido de vuelta, pero Pedro Riesco marcó el 0-1 al poco de comenzar, encarrilando la eliminatoria. El 2-1 definitivo confirmaba la eliminación del gigante blanco.

Salvación de infarto en Jaén

Sin el gol de Guzmán Casaseca contra el Real Jaén en 2014, la historia del Alavés en los últimos siete años habría sido muy diferente. El 2-2 que reinaba en el marcador en el minuto 92 devolvía al club a Segunda División B, pero un peleado gol de Guzmán hizo estallar la grada visitante, logrando así la permanencia.

"Con el centenario he echado la vista atrás y es verdad que el 'Glorioso' nunca se rinde"

Exjugador del Alavés

"Muchos me siguen diciendo que ese gol les cambió la vida, es un orgullo haber ayudado"

Exjugador del Alavés

"Lo que conseguimos fue gracias al grupo que había, no al talonario como otros equipos"

Exjugador del Alavés

"Es un gol que recordaré toda mi vida por la tensión y lo que nos jugábamos ese día"

Exjugador del Alavés