En el primer momento comprometido de la temporada el Deportivo Alavés naufragó. La solidez que había caracterizado al equipo de Coudet a lo largo de la primera parte del campeonato hizo aguas, sobre todo en la segunda parte. El primer gol de Budimir hundió a los albiazules, que apenas mostraron capacidad de reacción y con el segundo gol del ariete osasunista terminaron por sacar la bandera blanca. Impotencia total con el tercer gol, obra de Raúl y gestos de desaprobación entre algunos futbolistas.  

La de hoy ante Osasuna es la derrota más abultada en lo que va de curso. Anteriormente el Barcelona también le había hecho tres goles al cuadro vitoriano, pero al menos pudo celebrar uno ante la portería de Joan García. Hoy ni eso. Herrera salvó el 0-1 en el mano a mano con Toni Martínez y poco más tuvo que aparecer el cancerbero de Miranda de Ebro desde ese momento. 

Cierto que en la primera parte desbarató en una buena estirada un disparo de Pablo Ibáñez, pero en líneas generales el Deportivo Alavés apenas mostró colmillo ante un rival directo. La ausencia de Boyé se notó demasiado, no precisamente por la faceta realizadora del argentino, sino por los pocos duelos que los jugadores más ofensivos hoy ganaron y las pocas ocasiones que generaron ante la portería local.

Pero en ausencia de pegada arriba al menos debes exigirte el rigor defensivo y los albiazules lo olvidaron en el vestuario en el intermedio. Irreconocibles en la presión de anteriores jornadas, tampoco pudieron aguantar el empuje navarro de la segunda parte. 

Cuatro puntos fuera 

El caso es que la escuadra vitoriana no logra tan siquiera puntuar lejos de Mendizorroza desde el pasado 24 de septiembre, cuando obtuvo un punto ante el Getafe (1-1). Desde ese día ha encajado cinco derrotas de manera seguida lejos de Mendizorroza. Cuatro puntos como foráneo son un escaso bagaje, aunque más allá de los números muchas veces están las sensaciones y las de hoy fueron altamente preocupantes, más si cabe con el parón navideño por delante y con lo que a la vuelta de las vacaciones se le viene encima al bando vitoriano.  

Segundo tropiezo consecutivo en el que se reciben tres goles y primera vez en lo que va de campaña en la que se pierde por tres goles de diferencia. Esa misma cantidad de dianas es la que tiene a su favor como visitante el conjunto de Eduardo Coudet, siendo junto al propio Osasuna, la escuadra que menos anota lejos de su campo.

Reflexión profunda la que tiene por delante el preparador argentino junto a sus pupilos para revertir la situación y cortar la racha de dos derrota seguidas que acumula. La ocasión es propicia en el siguiente duelo, el que abrirá el 2026 ante su gente midiéndose al Real Oviedo. Otro rival directo y para muchos desahuciado al que sí o sí el Deportivo Alavés debe superar. 

Más que nada por poner cierta tierra de por medio con el descenso y porque posteriormente el equipo alavés deberá viajar de manera consecutiva a Villarreal y Madrid, en este caso para enfrentarse al Atlético en el Metropolitano. Y con la trayectoria que hasta ahora ha ofrecido como foráneo los compromisos como local se antojan más fundamentales que nunca. Aunque para ello deberá esmerarse en defensa.