No podía acabar de peor manera el año el Deportivo Alavés. En su visita a El Sadar, donde esperaba un Osasuna muy necesitado de puntos, el mejor de los babazorros fue Antonio Sivera, como evidencia de lo insuficiente que fue la actuación del equipo en tierras navarras. Ante Budimir, en dos ocasiones, y Raúl García dejaron sin opciones a un club gasteiztarra que cerrará 2025 más cerca del descenso de lo esperado.

Una única novedad introdujo Eduardo Coudet en su once para medirse a Osasuna: Toni Martínez. El delantero murciano reemplazó al lesionado Lucas Boyé y, finalmente, Jonny puede salir de inicio en el lateral diestro pese a salir tocado del duelo copero ante el Sevilla. Sivera, Tenaglia, Pacheco, Parada; Blanco, Denis Suárez, Ibáñez; Calebe y Abde fueron el resto de elegidos por el entrenador argentino.

Osasuna saltó más fuerte al verde, o al menos con más intención de dominar los primeros minutos del encuentro. Algo lógico jugando en El Sadar. Pero el Alavés aguantó bien ese arreón, que tuvo a Víctor Muñoz como protagonista. El extremo exigió bastante a Jonny con su velocidad, en parte porque el lateral gallego salió frío: un mal despeje suyo de cabeza acabó en un disparo de Oroz que despejó Sivera.

Superado ese exigente tramo, los babazorros lograron igualar la contienda a través de su posesión de balón. Lo que les faltó, como casi siempre, es transformar esto último en ocasiones. No hubo ninguna clara en toda la primera mitad para los hombres de Coudet. Como mucho, hubo que reseñar un derechazo de Ibáñez, casi sin ángulo y centrado, que sacó el exalbiazul Sergio Herrera sin muchos apuros.

El mayor mérito del Alavés fue desactivar a futbolistas rojillos clave como Budimir, que ha sido su gran verdugo en los últimos partidos, Aimar Oroz o Rubén García. Ninguno de ellos brilló hasta ese momento tanto como en anteriores derbis. En cambio, no conectar con Toni en el área local o la poca incidencia de Calebe y Abde por las bandas fueron las notas negativas antes del ecuador en Iruñea.

PESADILLA EN LA SEGUNDA MITAD

De vuelta de los vestuarios, el Chacho dejó claro que iba a por los tres puntos al dar entrada como revulsivos a Carlos Vicente (Calebe) y Aleñá (Abde), hombre por hombre. Una decisión que, eso sí, tardó en dar sus frutos. Osasuna volvió a saltar al césped mejor que el Glorioso y volvió a poner a prueba a Sivera en dos ocasiones, primero con un latigazo de Rubén García y luego en un cabezazo de Budimir.

Ahora bien, la oportunidad más clara para romper el empate la tuvo Toni. Sobre la hora de juego, Denis filtró un muy buen pase al murciano y este, con todo a favor, solo ante Herrera y con el portero rojillo mal colocado, disparó al muñeco. Su posición era mejor que un lanzamiento de penalti, inentendible un fallo así en un punta como él. No le sería fácil al Alavés generar otra jugada así para marcar.

Y, como siempre le ocurre a los babazorros, ese error de Toni lo pagaron muy caro. Budimir, con sangre en los ojos ante su rival favorito, cazó una pelota cerca de la frontal y la envió al fondo de la red. Muy difícil para Sivera (1-0, min. 72) y cuando los rojillos no lo estaban pasando bien. Para tratar de remontar, ya con los locales motivados, Coudet introdujo a Mañas (Ibáñez), dibujando el conocido 4-4-2.

Aunque de poco le sirvió al técnico argentino ese cambio. Osasuna continuó confiando en sus opciones y logró ampliar su ventaja. Fue desde los once metros, consecuencia de una mano de Parada que castigó el colegiado con penalti. El propio Budimir asumió la responsabilidad y engañó a Sivera. A partir de ahí, los babazorros se fueron del encuentro y Raúl García de Haro pudo marcar el tercero (3-0).