Todo fueron malas noticias para el Alavés en Vallecas. Además de la dolorosa derrota sobre la bocina tras el tanto de Alemao como consecuencia de un monumental despiste defensivo, el conjunto vitoriano vio cómo uno de los puntales de su debilitada zaga quedó fuera de combate en el descanso.

Jon Pacheco, uno de los futbolistas que había ayudado al Glorioso a levantar un muro en el eje en compañía de Nahuel Tenaglia, fue el primer cambio por obligación de Eduardo Coudet ante el Rayo.

El central navarro, indispensable en los últimos tiempos desde la sanción de la FIFA a Facundo Garcés, sufrió un fortísimo encontronazo con Antonio Sivera tras un envío al área del Rayo por el que se lastimó la zona del hombro izquierdo.

Tras seguir a duras penas sobre el césped aguantando el dolor hasta que llegara el tiempo para el intermedio, el técnico argentino se vio obligado a retirarle del terreno de juego. En su lugar entró un Víctor Parada que acumulaba varias jornadas sin disponer de minutos y que fue uno de los señalados en el tanto final del Rayo que dejó al equipo con la miel en los labios.

Un despiste monumental

El eje de la zaga que tan buenos dividendos había dado hasta la fecha al Alavés quedó roto en el peor momento y la escuadra vitoriana terminó acusándolo de mala manera en el descuento. Una grave desatención defensiva entre los centrales y Yusi se tradujo en un jarro de agua fría con el gol de Alemao.

El brasileño estaba completamente solo dentro del área y nadie le encimó, algo sorprendente teniendo en cuenta que la del Glorioso sigue siendo la defensa menos goleada de la competición pese al postrero tanto encajado este domingo en Vallecas.

Lo único claro es que la defensa albiazul sigue cogida con alfileres tras el golpe sufrido con la sanción a Garcés y cualquier revés en mitad de un partido como el sufrido por Pacheco termina acusándose de lo lindo. Habrá que cruzar los dedos para que el percance no le aparte del equipo durante mucho tiempo.