Aunque tanto a su familia como a él mismo les apetecía volver al fútbol español después de tantos años fuera, Jonny no habría regresado si el Deportivo Alavés no hubiera aparecido en su camino. Eran pocos los clubes de LALIGA capaces de convencerlo para cortar su periplo por el extranjero.

En su presentación habló de que el hecho de volver a España, más o menos cerca de casa, fue importante en la decisión.

Tuvo mucho peso, pues la familia es lo primero para mí. Ahora bien, lo hablé con mi mujer y, realmente, había pocos clubes aquí capaces de convencerme para volver. Uno era el Alavés, pero por muchos otros hubiera preferido seguir en el extranjero. Lo que me transmitieron Sergio (Fernández) y el míster fue clave, me gustó mucho lo que me contaron.

Si alguien ha insistido en usted ha sido Sergio.

Sí, sí. Vino, incluso, a desayunar conmigo en Vigo la primera vez. Pero el PAOK no me dejó salir entonces. Afortunadamente, he acabado llegando. 

¿Qué le han enseñado todos estos años fuera?

Si ya de por sí el fútbol te hace madurar antes, viajar acelera ese proceso todavía más. Salir de la zona de confort te permite ver las cosas de otra manera. Y estoy muy contento de haber tenido la oportunidad de hacerlo. Todas esas experiencias me han complementado como profesional y persona. 

Jorge Muñoz

¿Qué le gusta hacer cuando se aleja del fútbol?

Lo que no me gusta es estar parado. Necesito pasear, salir en bici con la familia, jugar con los perros, ir a comer… Una vida que se adapta muy bien a Vitoria, por lo que he podido ver hasta ahora. 

Hablando de gustos, ¿es futbolero? Ya sabe que cada día hay más futbolistas a los que no les atrae el fútbol. 

La verdad es que no demasiado. Ahora un poco más que antes, pero solo porque mi hijo sí que lo es. Le gusta ver los partidos y yo me sumo a él. 

¿Le corrige su hijo en alguna ocasión?

(Ríe). Alguna vez sí que me ha dicho que me levante antes cuando caigo al césped. Disfruta viéndome jugar, de que esté en el Alavés, y eso también es un privilegio para mí.