Ibaia alza el telón competitivo para el segundo y tercer equipo albiazul este fin de semana. El filial arranca un nuevo curso el sábado midiéndose a uno de los favoritos a jugar la fase de ascenso, la UD Logroñés. El duelo arrancará en Ibaia a las 17.00 horas y servirá para calibrar el nivel competitivo que los de Molo Casas pueden ofrecer ante oponentes más expertos y con futbolistas ya cuajados en la Primera RFEF e incluso categorías superiores. Y es que a la escuadra riojana hay que sumar históricos que han descendido el pasado ejercicio de Segunda RFEF como el Sestao, Real Unión o Amorebieta, elevando así la dificultad para entrar entre los cinco primeros de la clasificación.

Más allá de puestos en la tabla, el segundo equipo albiazul debe exigirse al menos de inicio una mejor puesta en escena que la que tuvo el curso anterior y que terminó por lastrarle el resto de campeonato, además de una apuesta por el juego ofensivo y solvencia técnica que muchos de sus jóvenes futbolistas a priori están llamados a ofrecer. En los enfrentamientos de pretemporada se han visto algunas cosas y los resultados ahí están, aunque luego el hecho de pelear por los puntos muchas veces suele cambiar algunas dinámicas.

Nuevas caras

Lo que sí es claro es la profunda remodelación que en cuanto a plantilla ha experimentado el Deportivo Alavés B. Tan sólo continúan de la pasada campaña una docena de jugadores: los porteros Swiderski y Gaizka García, Egoitz Muñoz, Álvaro García, Xanet, Ander Sánchez, Juanma, Morcillo, Arzak, Aser Palacios, Aimar González de Heredia y Fontana. Otros dieciséis son nuevos: diez en forma de fichajes –Ballestero, Paco Sanz, Garrido, Varona, Viso, Pablo Goitia, Aragüés, Flavio Dion, Aitor Mañas y Rufo– y seis que promocionan desde la escuadra de Tercera División: Rubén Montero, Izei, Uría, ‘Legu’, Jon Ander Barriga e Ibon Martínez. Plantel amplio para acometer posibles contingencias que puedan darse; de hecho la primera ya la sufre el preparador andaluz con la grave lesión de rodilla de Flavio Dion, una de las caras nuevas precisamente y que se perderá casi todo el curso. La buena proyección que mostraron algunos la pasada temporada como albiazules, unida a lo que otros recién llegados ofrecieron en sus anteriores equipos, invita al optimismo. Eso y los buenos resultados que se han producido durante estas semanas de pretemporada.

Molo Casas, durante un partido del filial. Alavés

Algún otro deberá dar un paso adelante y es que con las salidas de jugadores como Mendes, Doumbia y De León, cedidos a escuadras de superior nivel, se da por acabado un ciclo y en concreto una forma particular de manejar el control de los partidos a través de esos centrocampistas. Los que llegan para suplirles conocen perfectamente la categoría dado que llegan de otros filiales, con lo que el peaje no será tan grande como cabría esperar en el caso de que la apuesta fuera mucho más decidida por chavales más jóvenes aún. La presencia de hecho de tres vitorianos entre los seis que suben del ‘C’ tiene que servir de paso para darle más valor si cabe a lo de casa.

Esquema preferido

Y luego está por ver si Casas sigue apostando por jugar con su esquema preferido de tres centrales y dos carrileros largos o es capaz de adaptarse en determinados momentos del campeonato a otras formas de juego, en función de las necesidades o del oponente que tenga enfrente. El pasado ejercicio eso le permitió voltear la situación tan compleja que se encontró a su llegada cuando reemplazó a Aira, logrando una buena racha de resultados. Cierto es también que en otra fase del ejercicio el equipo se bloqueó, lo que lastró antes de tiempo tal vez las escasas opciones que en algún momento tuvo de pelear por la quinta posición.

Sea como fuere, toca amoldarse cualquier oponente y escenario, y es que la segunda escuadra albiazul pisará campos pequeños, estrechos y sin casi bandas, al tiempo que podrá exhibir su calidad igualmente en otros de mayores dimensiones. No habrá excusas para por lo menos exigirle un cierto nivel de compromiso y competitividad, sobre todo a jugadores que algún día pretenderán llegar a lo más alto del fútbol profesional.