Desde que acabó el pasado curso, mucho es el ruido que se ha generado alrededor de dos nombres en el Deportivo Alavés: los de Antonio Blanco y Joaquín Panichelli. El del cordobés debido a su petición al club babazorro de que no se cierre en banda ante una posible oferta por su traspaso. Y el del argentino como consecuencia de su gran campaña con el Mirandés, que le ha permitido ganarse el deseo de varias entidades europeas.
El runrún por esos dos jugadores ha provocado que el interés por otros albiazules pase a un segundo plano, pero eso no significa que no puedan salir también este verano. Y tampoco quiere decir que su venta sería menos dolorosa que la de Blanco o Panichelli. Por ejemplo, Carlos Vicente es una pieza muy codiciada en el mercado y ya han sido dos los clubes que han intentado hacerse con él: el Olympiacos y el Birmingham City.
Pese a que a Eduardo Coudet, en etapas anteriores, no le ha gustado demasiado jugar con extremos puros, como lo es Vicente, desprenderse de su verticalidad supondría un duro golpe. Incluso con sus altibajos, motivados en parte por el nivel del equipo, el vikingo fue de los pocos futbolistas desequilibrantes del Alavés el curso pasado. Un perfil siempre necesario, pero más cuando escasea. Algo que lamentó el propio Chacho.
Además, da la sensación de que el maño todavía no ha tocado techo. Solo hay que revisar sus actuaciones entre agosto y octubre para comprobarlo. Si recupera ese nivel y consigue mantenerlo, lo cual no es tarea sencilla, hay pocos atacantes en LALIGA capaces de igualar sus condiciones. Y eso que solo lleva un año y medio en la élite. No hay que olvidar que llegó de Ferrol en enero del 2024, casi sin experiencia en el fútbol profesional.
Ahora bien, cualquiera de los escenarios será beneficioso. Si Vicente coge las maletas, el Alavés recibiría una plusvalía importante, pues fue un fichaje barato (300.000 euros pagó al Racing). En acertar al reinvertir estaría parte del éxito también. Y, si continúa, los babazorros volverán a contar con un atacante que se ha dejado todo en el campo desde que llegó a Mendizorroza y al que talento no le falta.
MOURIÑO SE ENFRÍA
Otro de los nombres propios en el apartado de salidas no deseadas es el de Santi Mouriño. El verano comenzó con el entorno del Atlético de Madrid casi asegurando que el defensor uruguayo volvería al Metropolitano, pero la situación se ha enfriado. Aunque los colchoneros tienen una opción de recompra asequible, de momento se ha impuesto la opinión de que al zaguero le vendría muy bien pasar un año más en Vitoria-Gasteiz.
Esto último, por supuesto, puede cambiar de la noche a la mañana. Y sobre ello habló Sergio Fernández en su última comparecencia, durante la presentación de Pablo Ibáñez como nuevo futbolista babazorro: “Con determinados jugadores, mientras esté abierto el mercado, estamos en alerta máxima. Han rendido a gran nivel y han llamado la atención en otros lugares, pero trabajamos con la confianza de que sigan con nosotros”.
Si todo se desarrolla de manera lógica, lo normal es que, en el futuro, Mouriño no defienda los colores del Alavés, pues demuestra potencial para acabar siendo titular en un equipo de Champions League. Sin embargo, todavía es joven, necesita progresar y lo que le ofrece el club gasteiztarra ahora mismo, que son muchos minutos en la élite, puede no encontrarlo en un escalón superior. Y eso pesa mucho en la decisión.
DIARRA Y CONECHNY
La figura de Moussa Diarra también ha salido a la palestra en las últimas semanas. El Alavés ha recibido una oferta del Anderlecht belga por sus servicios, pero no parece estar dispuesto a dejar marchar al francés. O no, al menos, a ese precio –cercano a los tres millones de euros–. Si bien su primer curso en Mendizorroza no ha sido bueno, se confía en que dé un paso al frente. Habrá que ver cómo evolucionan las negociaciones.
Difícil, eso sí, lo puede tener Diarra la próxima campaña si termina quedándose en el Paseo de Cervantes. No por su necesidad de rendir mejor, que también, sino por la competencia en las dos posiciones que cubre. Jonny Otto, Youssef Enríquez e, incluso, Víctor Parada le cerrarán el paso en el lateral izquierdo y Mouriño y Facundo Garcés van a arrancar con la vitola de titulares. Además, se esperan más refuerzos en la retaguardia.
En una situación muy similar a la del francés está Tomás Conechny. El argentino tampoco estuvo a la altura de las expectativas en su primer año en Vitoria-Gasteiz y ha recibido una oferta seria, en este caso del Racing de Avellaneda. La gran diferencia es que, ahora mismo, su única competencia es Abde Rebbach. Carles Aleñá y Carlos Martín acabaron sus cesiones y no se ha fichado a nadie en el extremo izquierdo.
Ahí, de nuevo, ambas partes deben decidir entre tirar la toalla y negociar la salida o quedarse como hasta ahora y apretar para convencer al Chacho Coudet. Conechny llegó a Mendizorroza como una fuerte apuesta del club, pero no ha mostrado ninguna de las cualidades de las que presumían en Godoy Cruz. Como babazorro, se le ha visto apagado, fuera de sitio e irrelevante en defensa, lo cual no puede permitirse en el Alavés.
PROTESONI Y GURIDI
Un caso diferente al de los dos anteriores son los de Carlos Protesoni y Jon Guridi. Ambos son “superqueridos” en el Glorioso, en palabras de Sergio Fernández, pero no hay nada decidido respecto a su futuro. Uno y otro acaban contrato en junio del 2026 y los tres desenlaces son factibles a día de hoy: que renueven, que agoten su estancia y se marchen libres o que sean traspasados. A ninguno le faltan ofertas para esto último.
Y las dudas, probablemente, tengan que ver con sus respectivos roles en el Alavés. Protesoni pasó completamente desapercibido la temporada pasada, en parte debido a las lesiones, y el perfil de Guridi no se adapta demasiado bien a la idea de Coudet, al menos en la posición de mediapunta. Si ambos continúan, habrá que ver cómo consigue el argentino sacar provecho de sus cualidades, que no son pocas, o en este nuevo curso.
Sea como fuere, la única certeza a día de hoy es que todos los futbolistas citados, a excepción de Joaquín Panichelli, se han puesto ya a entrenar bajo las órdenes del Chacho. Y así seguirán salvo giro de los acontecimientos.