Un escenario de sobra conocido
Existen dos precedentes en los que el Alavés llegó a las diez últimas jornadas con 27 puntos: en una se salvó y en otra no
Aunque ha habido excepciones, el Deportivo Alavés es un equipo acostumbrado a que, cuando llega a Primera División, su objetivo sea pelear por la permanencia. Así es esta temporada, igual lo fue en la pasada y, de la misma forma, ha sido en la gran mayoría de las 19 que ha estado en la élite. Es por ello que, mientras otras aficiones se agobian y reman a contracorriente, la babazorra coge fuerzas y lleva a sus futbolistas en volandas.
Un aprobado momentáneo para el 'Chacho' Coudet
Hoy, el Gloriosoestá fuera de los puestos de descenso. Ese es el privilegio que se ha ganado al conseguir la mejor racha en las últimas cinco jornadas entre quienes pelean por sobrevivir. Solo el Valencia iguala los seis puntos, de 15 posibles, cosechados por los del Chacho. Y mucho mejor podría haber sido ese dato si no se hubieran escapado créditos a priori factibles, como los perdidos ante el Leganés, Espanyol y Las Palmas.
Los 27 puntos con los que cuenta el Alavés tienen varios precedentes en la propia historia babazorra. Dos, en concreto. Tanto en la campaña 2005-06 como en la 1998-99 –se han obviado los años en blanco y negro–, los gasteiztarras terminaron la fecha 28 con esa cifra. En ambas, además, en la misma posición (17º). La diferencia es que, en la más antigua, se tenía un colchón de dos créditos sobre el antepenúltimo. En la otra, igualdad.
Conechny ya se entrena con el grupo
Otro detalle a mencionar es que, en la de Mané (98–99), el 17º jugaba la promoción de descenso, por lo que la situación no era idéntica. Tampoco lo fue el desenlace de una y otra. Mientras que el técnico de Balmaseda logró salvar al club albiazul –encima sin play out de por medio–, ni Chuchi Cos, ni Juan Carlos Oliva ni Mario Luna (05-06), por no decir Dmitry Piterman, pudieron evitar el descenso en su ejercicio. No fue ninguna sorpresa.
En ambos casos, eso sí, se vivió una última jornada intensa. Para evitar la fase extra, el Alavés de Mané necesitaba ganar a la Real Sociedad en Mendizorroza, lo cual hizo con goles de Julio Salinas y Magno (2-1), y que el Extremadura no venciera en casa al Villarreal. 2-2 terminó ese encuentro, que puso la piel de gallina a la afición babazorra por la casi remontada de los de Almendralejo. El marcador lucía 0-2 en el minuto 85.
El Rayo pierde a Lejeune para su visita a Mendizorroza
En la más reciente de las dos, el Gloriosollegó al epílogo no dependiendo de sí mismo. Hizo los deberes, venciendo al Deportivo de La Coruña en el Paseo de Cervantes (1-0), pero el Espanyol hizo lo propio contra la Real en Montjuic (1-0). Ferran Corominas marcó en el descuento el gol que salvó a los pericos, campeones de Copa. Con 39 puntos acabaron los albiazules aquella fatídica campaña y con 40 en la mencionada de Mané.
CON MENOS PUNTOS
También ha habido, por otro lado, una temporada en la que el Alavés llegó a las últimas diez jornadas con menos puntos de los que cuenta hoy y, aun así, consiguió la permanencia. Es el caso de la 2020-21. Después de pasar por las manos de Pablo Machín y todavía estando en las de Abelardo Fernández, los babazorros disponían de 23 créditos al término de la 28ª jornada. En la siguiente, el asturiano sería destituido de su cargo.
Ahí salió a escena la figura de Javi Calleja. A falta de nueve partidos para el final, el entrenador madrileño cambió por completo la cara del equipo y logró números difíciles de igualar. Cuatro triunfos, tres empates y dos derrotas para acabar con 38 puntos, cuatro por encima de los puestos de descenso. Ningún técnico revulsivo, ni siquiera el Pitu en su primera etapa en el banquillo albiazul, ha conseguido esos resultados en la élite.
UNA SALVACIÓN HOLGADA
Lo ocurrido la temporada pasada, de principio a fin con Luis García, entra dentro de las excepciones comentadas al principio. Pese a que el Alavés, como recién ascendido, comenzó el curso con el objetivo de salvar la categoría, su gran desempeño en la segunda vuelta le permitió uno de los finales más tranquilos de su historia en Primera División. Se acabó en décima posición, con 46 puntos y 13 por encima de la temida zona roja.
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A estas alturas, el Gloriosocontaba con 32 puntos, cinco más que actualmente. Ese impulso en la tabla se lo dio al equipo un enero idílico, con un empate y tres victorias consecutivas que le dieron mucho oxígeno tras marcharse al parón invernal muy cerca del descenso. Sin olvidar el regusto amargo de la derrota en Mendizorroza contra el Real Madrid. Cómo olvidar la imagen de Luis García zarandeando a uno de sus asistentes.
Esta vez, el Alavés ha dejado los deberes por hacer y el calendario que le espera no parece sencillo: Rayo Vallecano (C), Girona (F), Madrid (C), Sevilla (F), Real Sociedad (C), Atlético (C), Athletic (F), Valencia (C), Valladolid (F) y Osasuna (C) aguardan al Chachoa la vuelta del impás internacional.
Un regusto amargo demasiado habitual
De lo que suceda en el Paseo de Cervantes, seguramente, dependerá la salvación del Glorioso. En especial, de ese duelo directo frente al Valencia a mediados de mayo y de la visita de Osasuna, que podría llegar no jugándose nada. Lo mismo debería ocurrir con la expedición al José Zorrilla. Salvo remontada histórica, el Pucela estará descendido para esa penúltima jornada. Algo que, eso sí, no siempre es sinónimo de partido sencillo.