El 3 de agosto de 1925, vamos camino de los 100 años, el Deportivo Alavés inauguraba oficial y solemnemente el velódromo que había edificado en el Stadium de Mendizorroza. La instalación –obra diseñada por el arquitecto bilbaíno Ignacio María Smith e inspirada en las pistas parisinas del Parque de los Príncipes, Buffalo e Invierno, esta última conocida popularmente como “Vel’ d’Hiv’”– estaba situada de manera diferenciada y paralela al terreno de juego del campo de fútbol vitoriano, en la zona más cercana al denominado Monte de El Pico. 

Ambos recintos ocupaban una superficie de 25.000 metros cuadrados, propiedad del Deportivo Alavés, y la construcción del velódromo gasteiztarra era un viejo sueño del presidente albiazul José Gabriel Guinea –en 1925 Diputado General de Álava y futuro alcalde de la ciudad entre 1930 y 1931– y, especialmente, del núcleo duro de la directiva integrado por Federico del Campo, Félix Alfaro Fournier y Javier Elorza. Los dos primeros, posteriormente, también ocuparán el sillón presidencial alavesista. Del Campo sustituirá a Guinea en 1928 y Alfaro Fournier llegará al cargo en 1929. 

El Velódromo de Mendizorroza estaba construido en hormigón armado y la pista –con una cuerda cuya longitud era de 333,33 metros, una anchura de 8 metros en los peraltes, 6 en las rectas y una pendiente máxima en las zonas inclinadas del 40%– tenía unos componentes que la hacían especialmente resistente al desgaste y a las condiciones climatológicas más adversas.

3 de agosto de 1925. Inauguración del Velódromo de Mendizorroza. Junto al párroco de San Miguel Faustino Mendieta el presidente del Deportivo Alavés, con sombrero en la mano, José Gabriel Guinea AMV/Archivo Emilio Quílez

Estatal de Medio Fondo 1925

Vitoria, en su flamante y moderna instalación ciclista, había acogido el domingo 20 de septiembre de 1925 su primer Campeonato de España de Ciclismo que se celebraba en su pista. Era el de Medio Fondo tras moto 100 kilómetros –300 vueltas– y fue el mallorquín Miquel Bover Salom, conducido por Antonio Parés, el que se imponía en la final al catalán Roque Araguz. Miquel Bover Salom se convertirá en 1928 en el padre de Miquel Bover Pons, también ciclista profesional más tarde, que en el Tour de Francia de 1956 será el primer corredor español en ganar una etapa contrarreloj en la gran prueba francesa.

En el año 1926 se disputó por primera vez el Campeonato Vasco de Velocidad 1.000 metros y tuvo su sede en nuestra ciudad. El 18 de abril el Velódromo de Mendizorroza vio cómo el vizcaíno José María Yermo se imponía a los alaveses Alejandro Ortiz de Urbina y Ramón Ochoa en la jornada final, en una competición en la que había que dar tres vueltas a la pista. 

Yermo, siempre como amateur, fue un excelente “sportman” en tres especialidades deportivas tan diferentes como atletismo, ciclismo y fútbol. En este último deporte fue Internacional absoluto con la selección española en cinco ocasiones y representó a España en ciclismo y fútbol en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928.

Tres meses y medio más tarde de la cita vasca el velódromo vitoriano fue sede de otro Campeonato de España ciclista, también de Velocidad 1.000 metros. El 1 de agosto de 1926 el aragonés-catalán Julián Español (FC Barcelona) superaba al propio José María Yermo (Arenas Club de Guecho) y al alicantino Antonio Torres (Club Natación de Alicante). Español, residente en la localidad barcelonesa de L’Hopitalet de Llobregat, es considerado como uno de los mejores ciclistas españoles de pista de todos los tiempos.

Juan Bautista Llorens, el seis veces campeón de España el gran derrotado en Mendizorroza AMV/Archivo Emilio Quílez

Vuelta al País Vasco en 1926

Mendizorroza, tres días después de la prueba estatal, era meta para la llegada de la primera etapa de la tercera edición de la Vuelta al País Vasco. El 4 de agosto el luxemburgués Nicolas Frantz –ganará los Tours de 1927 y 1928 y 20 etapas en la “Grande Boucle” en sus siete participaciones– se imponía en la llegada a los belgas Gérard Debaets y Omer Huyse, al as italiano Ottavio Bottecchia –otro doble vencedor del Tour en 1924 y 1925– y a Jens Debusschere y Julien Delbecque, también naturales de Bélgica.

En la siguiente edición de la Itzulia, la cuarta, el velódromo del Deportivo Alavés volvía a ser final de la etapa inaugural el 10 de agosto de 1927. En esta ocasión también volvió a triunfar un grande en la pista de Mendizorroza. El francés André Leducq –doble campeón del Mundo amateur, los Tours de Francia de 1930 y 1932, 25 etapas en la ronda gala, la París-Roubaix de 1928 y la París-Tours de 1931 entre otros triunfos– llegaba en solitario a la meta gasteiztarra por delante de Ricardo Montero al que adelantaba en 6’ 07”. Este último, ciclista del Real Unión Club de Irún, superaba en la meta por 3’ 17” a Nicolas Frantz, Adelin Benoît, Lucien Buysse –maillot amarillo final en el Tour de 1926–, Georges Ronsse –dos veces campeón del Mundo de Fondo en Carretera en 1928 y 1929– y Mariano Cañardo.

El domingo 28 de agosto de 1927 el Velódromo de Mendizorroza es anfitrión de otro Campeonato de España, el de Velocidad 1.000 metros, en la que iba a ser la última gran prueba ciclista que se celebrase en sus instalaciones. Además, esta competición venía precedida de gran polémica ya que se había celebrado por primera vez el 22 de mayo y había sido anulada por los rectores de la Unión Velocipédica Española (Federación Española de Ciclismo). ¡Nos situamos!

Miquel Bover Salom se proclama campeón de España de Medio Fondo en el velódromo vitoriano AMV/Archivo Emilio Quílez

Velódromo de Vallejo en Valencia

El jueves 19 de mayo de 1927 se celebran las series clasificatorias para este Campeonato de España de Velocidad en el Velódromo de Vallejo, situado en la ciudad de Valencia, propiedad de la sociedad futbolística levantina Real Gimnástico FC. Este recinto ciclista estaba ubicado en el campo de fútbol del mismo nombre, habiendo sido inaugurada la pista el 13 de mayo de 1926.

La prensa valenciana de aquellos días da cuenta de sus características: “Un desarrollo de cuatrocientos metros, con dos rectas de ciento diez metros y seis de anchura, y peraltes de cuatro metros de altura por ocho de extensión” (sic). Los “pistards” nacionales consideran este velódromo como uno de los mejores de España.

Quince son los inscritos para disputar este Campeonato nacional y tras celebrarse veintiocho series clasificatorias, más una de desempate, los tres finalistas son Julián Español (FC Barcelona), José Cebrián Farré (UE Sants) y Juan Bautista Llorens (Club Ciclista Villarreal). Español es el actual campeón nacional de Velocidad, posee los títulos de 1925 y 1926, el joven catalán Cebrián Farré ha sido la agradable sorpresa de las series clasificatorias, mientras que el villarrealense Llorens es seis veces campeón de España –Velocidad 1.000 metros en 1921, 1922, 1923 y 1924, de Medio Fondo tras moto en 1922 y Fondo en Carretera en 1924– y aspira a su séptimo entorchado nacional.

6.000 espectadores en Vallejo

La expectación por presenciar la sesión definitiva se traduce en más de 6.000 personas asistiendo al evento, algo impensable para la época si no es en un partido de fútbol, con aficionados catalanes apoyando a los corredores del FC Barcelona y UE Sants por un lado y por el otro de seguidores llegados de muchos pueblos de la provincia de Castellón, especialmente de Villarreal su patria chica, para animar a Llorens. Los de este último van vestidos, para la ocasión, con maillots de la Peña Ciclista de su localidad natal que lleva su nombre.

Tras el sorteo reglamentario Español sale por la cuerda, Llorens a su lado y Farré por fuera. Los primeros 600 metros, de los 1.000 que consta la prueba, se corren en fila india con Español en cabeza, pero siempre vigilante de los otros dos. En la penúltima vuelta el ritmo de los tres se acelera y a falta de 40 metros el del Barça abandona la cuerda ocupándola Llorens, que en formidable sprint va a alcanzar el triunfo por casi una rueda de distancia sobre Español y de un largo con Cebrián Farré.

En ese momento Español intenta volver a la cuerda y arrolla al de Villarreal, al que hace caer de la bicicleta y dar tres vueltas sobre sí mismo. ¡Español cruza la meta en primer lugar, seguido de Cebrián Farré, mientras que Llorens se queda tendido en el suelo! El escándalo es tremendo entre los “hinchas” de ambos bandos. ¡Unos aplauden alborozados y otros silban y gritan! ¡Barceloneses contra castellonenses!

Lesiones de Llorens

Mientras en las gradas el vocerío sigue “in crescendo”, las asistencias atienden a Juan Bautista que presenta un cuadro de magulladuras por todo el cuerpo en general y diversas irritaciones en manos y piernas, pero ninguna lesión de gravedad. El jurado de la prueba se reúne de inmediato, tras entrevistarse con los jueces a pie de pista en las diferentes zonas del recorrido, y decide descalificar a Español y proclamar campeón nacional a Llorens que no ha cruzado la línea de meta. ¡La bronca arrecia a su máxima magnitud y los decibelios se escapan de su escala de valores!

En los días siguientes la prensa catalana, pro Español y Cebriá Farré, y valenciana, pro Llorens, “calientan” el ambiente esgrimiendo sus razones. Pero hay dos muy claras: Llorens no ha cruzado la línea de meta y si lo ha hecho el ciclista de la UE Sants, Cebrián Farré. Unos indican que, ¡bien!, se sanciona a Español pero el título es para Farré. Los otros que está correctamente sancionado y el título es de Llorens al que se ha impedido ganar. ¡A consignar que el acta del Campeonato es “protestada” por los tres protagonistas!

Por fin, el lunes 20 de junio, tras días de textos cruzados y acusaciones mutuas entre levantinos y catalanes, la Unión Velocipédica Española dicta sentencia: “Acordamos la repetición de la prueba final del Campeonato, con los participantes corredores Julián Español, Juan Bautista Llorens y José Cebrián Farré. Dicha repetición deberá celebrarse en otro velódromo que oportunamente se acordará, así como la fecha en la que deberá tener lugar” (sic). ¡Ni tirios ni troyanos están de acuerdo en la decisión de volver a disputar la Final!

El velódromo de ‘Mendi’, elegido

Varias son las ciudades, con velódromo, que pretenden acoger la polémica final y desde Vizcaya se postula y se hace fuerza para que el Velódromo de Ibaiondo, sito en el campo de fútbol del Arenas Club y ubicado en el municipio de Guecho a algo más de 12 kilómetros de Bilbao, sea el lugar dónde se celebre. Finalmente, la UVE decide que sea Vitoria y su Velódromo de Mendizorroza –propiedad del Deportivo Alavés– la población anfitriona del acontecimiento el domingo 28 de agosto de 1927.

La capital alavesa viste sus mejores galas para acoger el Campeonato de España de Velocidad 1.000 metros. ¡Los tres mejores “pistards” nacionales vuelven a verse las caras! La “cátedra” no tiene ahora un claro favorito. 

Español, hasta ese momento doble campeón de España, y Cebrián Farré llegan a esta final en un estado de forma óptimo. Los dos la han preparado concienzudamente en los Velódromos de Mendizorroza y Reus (Tarragona) respectivamente. Por su parte el de Villarreal, campeón desde 1921 hasta 1924 –cuatro títulos consecutivos–, no está de acuerdo con esta repetición: “No he hecho caso a la máquina, no he seguido entrenamientos especiales. Voy allí advertido severamente por la UVE” (sic). ¡Todo el ciclismo catalán y el levantino están pendientes de Vitoria y Mendizorroza!

Español, campeón de velocidad

La tarde del 28 de agosto de 1927, ante numeroso público, da comienzo la nueva Final. Las posiciones de salida son las mismas que las ocupadas en el Velódromo de Vallejo (Valencia) tras el sorteo realizado el 22 de mayo. Desde el principio, con Español a la cabeza, los tres ciclistas se vigilan y se muestran expectantes a las acciones de cada uno. 

¡Nadie intenta tomar la iniciativa! ¡El ritmo de la primera vuelta es muy lento! Cebrián Farré y Español van emparejados los dos primeros giros, de los tres que consta el concurso, y Llorens siempre cerrando el grupo. ¡Los catalanes no dejan pasar a la cabeza de la prueba al de Villarreal! A falta de 200 metros, se van a recorrer en 13” 4/5, se desatan las hostilidades y Julián Español, con autoridad y con un tiempo de 1’ 43”, cruza la línea de meta por delante de su coterráneo siendo tercero Juan Bautista Llorens. ¡De esta manera se pone punto y final a este controvertido Campeonato de España que ha durado noventa y ocho días!