Luis García Plaza predijo en la previa que Mendizorroza iba a vivir este viernes otra de sus “grandes noches”, y su pálpito no falló. Después de varias semanas muy complicadas, un gol de Jon Guridi permitió al Deportivo Alavés vencer al Mallorca y romper así su mala racha de cinco derrotas consecutivas, además de alejar todos los fantasmas que merodeaban alrededor del equipo por ver el descenso cada vez más cerca.
Para esta relevante cita, en la que muchas de las miradas apuntaban hacia él, el técnico albiazul introdujo varias novedades reseñables en el once inicial. Dibujando el 4-2-3-1 habitual; Sivera, Tenaglia, Pica, Manu Sánchez y Carlos Vicente repitieron titularidad -respecto al duelo en Vallecas- y a ellos se sumaron Blanco, Protesoni, Guridi, Abde y Kike García. Solo el defensor salmantino, por cierto, había sido de la partida ante el Compostela.
El técnico babazorro, sin embargo, tuvo que adaptar sus planes muy pronto. Tras un primer cuarto de hora de juego en el que la igualdad fue protagonista, sin ocasiones por ambos lados, Protesoni sintió un pinchazo durante una carrera con Robert Navarro y tuvo que ser reemplazado por Guevara. Los gestos de rabia del uruguayo fueron buena muestra de lo importante que era para él esta oportunidad después de tanto tiempo sin ser titular.
La dinámica del partido, de todas formas, no cambió demasiado con la marcha del capitán albiazul. El Alavés mostró más disposición que el Mallorca para llevar la batuta, pero ninguno de sus futbolistas fue capaz de aportar la profundidad necesaria como para generar peligro. Se notó a los locales timoratos con el balón y también nerviosos sin él, protestando airadamente todas las decisiones de González Fuertes, el colegiado principal sobre el verde.
Muchas de las quejas de los gasteiztarras, eso sí, estuvieron justificadas. El trencilla asturiano empleó un criterio distinto para arbitrar a cada escuadra y, mientras que el Alavés se marchó al descanso con tres amarillas -cuatro contando la mostrada a Luis García-, los baleares, habiendo cometido faltas similares, lo hicieron completamente limpios. Dos de ellas, cabe destacar, fueron a Abqar y Pica, condicionando por completo el encuentro.
Y, en realidad, no dio mucho más de sí la primera mitad. Las ocasiones brillaron por su ausencia, salvo por una buena acción individual de Guridi, cuyo pase atrás se paseó por la línea de gol de Leo Román, y otra de Chiquinho, que remató a las manos de Sivera. Las disputas físicas, con Kike y Raíllo como principales contendientes, fueron lo único llamativo de 45 minutos muy trabados en Mendizorroza, donde se reunieron 17.212 aficionados.
Ya en el segundo tiempo, el Alavés sí que dio un paso adelante, aunque fue a rachas. La mejor, antes de los cambios, llegó sobre el minuto 60, con varias arrancadas de Carlos Vicente y Abde por la banda y alguna que otra acción a balón parado. Algo a lo que Jagoba Arrasate respondió dando entrada a dos de sus grandes talentos, Darder y Muriqi, pero que no le valió para evitar el 1-0, obra de Guridi tras un grave error de la retaguardia bermellona.
Por delante en el marcador, Luis García introdujo a Stoichkov, en lugar del propio Guridi, y llamó la atención a todos sus pupilos para que apretaran los dientes. Los once sobre el césped, incluso aquellos, como Abde, que nunca habían destacado por ello, se dejaron la piel por defender el resultado. Posteriormente, también tuvieron su oportunidad Toni Martínez (Kike) y Carlos Martín (Abde).
Este último, precisamente, tuvo en sus botas la oportunidad de garantizar una recta final plácida, en un mano a mano con Leo Román, pero la desaprovechó. Afortunadamente, el gran desempeño defensivo del Alavés dio sus frutos y la velada finalizó tal y como se necesitaba para recobrar confianza y alejar todos los fantasmas que habían merodeado cerca del equipo en las últimas semanas.