Jon Guridi ha arrancado la temporada a un nivel espectacular. Así ha podido verse en las victorias contra la Real Sociedad y la UD Las Palmas, cuando todo el Deportivo Alavés ha carburado; pero también en los dos partidos, sobre todo el de ayer ante el Espanyol, en los que los babazorros han caído y se han mostrado bastante más espesos.

Esto último tiene mucho mérito, pues no es nada fácil brillar cuando al equipo no le están saliendo las cosas. Ahora bien, lo tiene aún más si se considera la polivalencia del de Azpeitia en los planes de Luis García Plaza. En apenas un mes de competición, el ‘18’ albiazul se ha visto obligado a adaptarse a tres posiciones distintas y en todas ellas ha dado la cara. 

Donde, eso sí, más protagonista está siendo Guridi es en el doble pivote. Ha jugado ahí tanto en la visita de Las Palmas como en el RCDE Stadium y, en el papel de ocho, ha sido el nexo de unión del Alavés, recibiendo cerca de la medular, ya sea de Antonio Blanco o de la zaga, para conducir varios metros y darle el balón a uno de los cuatro hombres del ataque. 

Una tarea que, además, le está permitiendo sorprender desde atrás, como ocurrió en la acción que terminó con el primero de los goles gasteiztarras ante el Espanyol. Al acaparar Stoichkov y Kike García muchas miradas, el guipuzcoano tiene mayor libertad para llegar al área y, siempre que acabe las jugadas, no hay peligro de que el rival castigue su atrevimiento.

Algo que Guridi siempre ha sabido hacer, pero que hasta este ejercicio apenas había tenido ocasión de demostrarlo, dado que casi siempre había actuado, por necesidad, en la mediapunta. Ahora, con los fichajes del mencionado Stoichkov y Carlos Martín, Luis García está pudiendo por fin poner a uno de sus “ojitos derechos” donde siempre había querido. 

CONTRAPARTIDA

No es menos cierto, cabe mencionar, que ver al de Azpeitia brillar más con el balón tiene su precio. Al jugar más retrasado, su incidencia en la presión sobre rival es menor y el Alavés lo nota, obligado a defender más cerca de su área. Asimismo, el equipo también sufre más pérdidas en zona de tres cuartos, viendo frustradas algunas de sus jugadas de ataque

Teniendo en cuenta los pros y contras de colocar a Guridi en una u otra posición, Luis García debe valorar qué le compensa más: si contar con su versión más participativa en la creación de juego babazorra o, por el contrario, optar por la que, sin tanta necesidad de pelota, acaba siendo igual de influyente gracias a su inteligente lectura de los rivales.

Stoichkov disputa un balón durante el Espanyol-Alavés del sábado. Alavés

Gran parte de la decisión, de todas formas, seguramente acabará dependiendo más de cómo estén el resto de integrantes de la medular y de las necesidades de cada encuentro que del propio azpeitiarra. Lo que sí está muy claro, al menos a día de hoy, es que el ‘18’ es titular indiscutible, ya sea en el doble pivote, como mediapunta o si hace falta de portero. 

COMPETENCIA EXTREMA

Ahora bien, haber activado la polivalencia de Guridi ha encarecido los minutos en la sala de máquinas. Buena muestra de ello es que un titularísimo la temporada pasada, como lo fue Ander Guevara, ha sido suplente en las dos últimas jornadas, lo cual era impensable en agosto. También ha influido que el gasteiztarra no ha estado fino en sus participaciones. 

Además, por si el de Azpeitia no era ya suficiente competencia para ocupar el doble pivote, también se ha sumado a la batalla Joan Jordán. El catalán debutó como alavesista en el RCDE Stadium y, durante el poco tiempo que estuvo sobre el césped, mostró unos galones que, si se pone a tono, van a ser difíciles de ignorar. Sin olvidar su capacidad a balón parado. 

Luego, pese a que ayer no estuvo especialmente bien, el inicio de temporada de Blanco también está siendo de notable alto, aunque sus labores no sean tan llamativas como las de otros compañeros. Y Carlos Protesoni (Benavídez) tampoco debe ser olvidado, si bien parece llamado a disfrutar de menos minutos que los otros cuatro. 

Contar con cinco hombres, y más de este nivel, para dos posiciones es un lujo para el Alavés, pero también una responsabilidad. Acertar al elegir va a ser clave para un Luis García que, esta campaña más que nunca, va a ver cómo se pone a prueba su aptitud en la gestión de vestuarios. Algo que, hasta ahora, ha sido uno de sus principales puntos fuertes.