Vuelta a la realidad. Aunque no bajó los brazos en ningún momento, el Deportivo Alavés no estuvo bien en el RCDE Stadium y acabó sufriendo en manos del Espanyol, un recién ascendido y rival directo por la permanencia, su segunda derrota de la temporada (3-2). Puado, con un hat-trick, fue el gran protagonista de la tarde y los goles de Conechny y Tenaglia mantuvieron la esperanza hasta el final. 

Si funciona, no lo toques. Eso es lo que pensó Luis García Plaza al elegir su once inicial en el feudo perico, donde, pese a haber avisado de posibles cambios tácticos, acabaron arrancando los mismos que lo habían hecho frente a Las Palmas. Es decir, Sivera en portería; Tenaglia, Abqar, Sedlar y Manu Sánchez atrás; Blanco y Guridi, con Stoichkov por delante, en la medular; Carlos Vicente y Conechny como extremos; y Kike García en la punta. 

Tanto el Espanyol como el Alavés saltaron al césped dispuestos a llevar el dominio de la contienda. Algo que fueron repartiéndose durante los primeros compases, pero que se fue desequilibrando en favor de los locales, capaces de ganar metros a medida que transcurría el partido. Tal inercia perjudicó mucho a los babazorros, quienes vieron venir un varapalo que, finalmente, llegó en el minuto 21, cuando Puado marcó a placer, asistido por Tejero, el 1-0

Por delante en el electrónico, y con el cuadro gasteiztarra espeso en las transiciones ofensivas y endeble en las segundas jugadas, el Espanyol se sintió muy cómodo en el ida y vuelta en el que se convirtió el encuentro. Arribaba con muchos hombres al área del Glorioso y el único capaz de detener sus distintas acometidas fue Sivera, cuyas intervenciones evitaron un lastre bastante mayor en busca de la remontada.

Por fortuna, cuando más apagado parecía el Alavés, aparecieron las individualidades para cambiar el rumbo de la tarde. Guridi, de los más activos, arrancó desde la medular con el balón controlado, combinó cerca de la frontal con un muy inspirado Carlos Vicente, que se la devolvió por medio de una picada, y ya dentro del área el de Azpeitia le hizo un autopase a Cabrera para terminar asistiendo a Conechny. El argentino, de cabeza, no perdonó (1-1).

Gracias a esta última acción, de mucho talento, el partido se equilibró por completo en el RCDE Stadium. No hubo más ocasiones claras en los diez minutos restantes del primer tiempo, pero sí que se vio a los gasteiztarras mucho más convencidos en todos los sentidos del juego. Una pena que ese ímpetu por el tanto del empate no tuviera continuidad tras el paso por los vestuarios, cuando la concatenación de errores desequilibró de nuevo la balanza. 

REANUDACIÓN FATÍDICA

Ya en la segunda parte, como se ha avanzado, el Espanyol dio dos golpes muy contundentes, y en ambos tuvo a Puado el protagonista. El capitán perico volvió a poner por delante a los suyos cerca de la hora de juego, esta vez mediante un excepcional cabezazo (2-1), y amplió la ventaja pocos minutos después, aprovechando un penalti cometido por Sivera sobre Cheddira. Poco pudo hacer, eso sí, el portero de Jávea en  una y otra acción, pues se vio solo ante el peligro.

Para tratar de reaccionar, a Luis García no le quedó otra que mirar al banquillo, y no le salieron mal los cambios. Toni Martínez, nada más saltar al césped, dispuso de un mano a mano para recortar distancias, en el que salió vencedor Joan García; pero fue Tenaglia, de cabeza, quien devolvió la esperanza al Alavés en un córner lanzado por otro de los revulsivos: Joan Jordán (3-2). Mouriño, Guevara y Villalibre fueron los otros tres relevos babazorros. 

Más o menos merecedor en el cómputo global, lo cierto es que el Alavés tuvo opciones de llevarse un punto del bastión perico, si bien no lo consiguió. A lo largo de la recta final del choque, los visitantes merodearon de manera constante el área del Espanyol, agazapado atrás, y solo les faltó mayor acierto en el último pase. Aun así, Guevara dispuso de una gran oportunidad para el 3-3, pero su remate no fue nada acertado. Morir de pie.