Al Deportivo Alavés le basta con obtener un punto de la visita a Mestalla (domingo 18.30 horas) para certificar su continuidad en la máxima categoría tras la derrota del Cádiz ante un Real Madrid que impuso la lógica en el Santiago Bernabéu con los goles de Brahim Díaz, Bellingham y Joselu Mato. Un resultado que allana todavía más el camino del Glorioso en este plácido final de temporada.
Tras sus dos recientes victorias en Mendizorroza, el conjunto vitoriano afronta la recta final del campeonato doméstico sin ningún tipo de estrés clasificatorio. Sin embargo, no debe perder su tensión competitiva frente a una de las revelaciones del campeonato como es el Valencia de Baraja.
La línea a seguir para que el Glorioso regrese del feudo ché siendo un equipo de Primera División no es otra que mantener la consistencia de las últimas dos jornadas. El Deportivo Alavés ha superado con un sobresaliente sus dos finales anticipadas y la actual situación es la firmada por cualquiera al inicio de temporada. Con 38 puntos en el zurrón a falta de cinco jornadas, celebrar la permanencia es solo cuestión de tiempo.
La entrada de savia fresca en los esquemas de Luis García ha resultado beneficiosa y el Alavés ha recuperado su versión más reconocible cuando más necesario era. Futbolistas hasta la fecha secundarios como Benavídez, Giuliano y Kike García han hecho del albiazul un equipo con mayor mordiente y despliegue físico. Así lo corroboran unos últimos resultados en casa que han supuesto el empujón definitivo a la hora de certificar el gran objetivo del curso.
Luis García vaticinó pocos cambios para su alineación frente al Valencia. No estará disponible Rubén Duarte, que además es duda para el próximo compromiso frente al Girona, pues jugó al límite de sus posibilidades en el reciente choque frente al Celta.
El técnico madrileño, que no cambiará la columna vertebral de las recientes semanas, sí matizó en la previa del partido que la idea de juego del equipo ché obligará a los suyos a ser eficaces en la presión y pacientes a la hora de encontrar los espacios ante un rival compacto.
La premisa es trasladar las buenas sensaciones de Mendizorroza lejos de Vitoria, pero no es baladí obtener como mínimo un punto de Mestalla. El Valencia, octavo clasificado con 47 puntos, persigue el billete para la Conference League y quiere hacer de su estadio un fortín en el tramo decisivo del curso. Los de Javier Baraja, eso sí, acumulan dos derrotas consecutivas tras caer ante el Betis (1-2) y el Barcelona (4-2).
Baja en la portería
El Valencia no podrá contar para la causa con Mamardashvili, que es precisamente uno de los nombres propios del conjunto ché. El guardameta georgiano recibió la tarjeta roja directa en el reciente duelo en Montjuic y Jaume Domenech será su sustituto bajo los palos. Tampoco estarán disponibles Diakhaby y Gayà por sus consabidas lesiones y Fran Pérez no llegará a tiempo a esta jornada.
Más allá de la sensible baja en la portería, lo cierto es que Javier Baraja ha hecho de su equipo uno de los rivales más sólidos de la categoría. El técnico vallisoletano salvó del abismo del descenso al Valencia al término del pasado ejercicio y en esta temporada la continuidad en Primera no se ha visto jamás en peligro.
Baraja, todo un icono del valencianismo, ha insuflado en las filas de su equipo cuestiones intangibles como el respeto hacia los colores, pero también una idea de juego muy definida de ser un equipo solidario en defensa y vertical en ataque. Todo ello fruto de su apuesta por jóvenes como Pepelu, Hugo Duro y Mosquera, quienes componen la guardia pretoriana del nuevo proyecto de los levantinos.
Pepelu se ha convertido en la extensión de Baraja sobre el verde. Lo ha jugado prácticamente todo y es el mariscal en la sala de máquinas. Hugo Duro es la mayor referencia ofensiva ya que suma 13 dianas en la que está siendo su mejor temporada como profesional. El central Mosquera, por su parte, ha derribado la puerta de la titularidad a sus 19 años y es considerado como uno de los diamantes en bruto del Valencia.
Por lo tanto, el Alavés afronta un bonito desafío en su visita a Mestalla. Además de tener entre sus manos la opción de sellar matemáticamente la permanencia en la máxima categoría a falta de cuatro jornadas, los albiazules tienen licencia para mirar hacia arriba en la clasificación y luchar por una plaza entre los diez mejores clasificados del campeonato.