Mendizorroza volvió a ser una caldera durante los 90 minutos en el choque de gran voltaje frente al Barcelona. Tal y como se viene repitiendo durante este curso, el feudo del Paseo de Cervantes se convirtió en un escenario de altísima tensión en el que el Glorioso trató de mostrar su afilado colmillo arropado por el incansable aliento de su afición. La afición ambientó las calles de la ciudad y de los alrededores del estado desde primera hora de la tarde y minutos antes del pitido inicial, el estadio babazorro presentaba su particular colorido con unas tribunas abarrotadas de fieles.

Mendizorroza registró anoche 19.480 espectadores, lleno por cuarta vez este curso, e incrementó sus decibelios a niveles insospechados en cada acción de peligro por parte del anfitrión. No lo fue menos en los lances teñidos de polémica, donde la parroquia albiazul mostró su evidente descontento con el criterio de un Martínez Munuera.

Los más de 19.000 espectadores congregados anoche en Mendizorroza no dejaron de alentar a su equipo pese a todo tipo de contratiempos. Así, tras el mazazo del 0-1 firmado por Lewandowski, la marea albiazul se erigió como el indiscutible jugador número 12 para intentar llevar en volandas al Glorioso hacia una remontada. 

73

Las mejores imágenes del ambiente en Mendizorroza para el Alavés-Barça Josu Chavarri Erralde / Paulino Oribe

Tras el descanso y al son del Sweet Caroline, la escuadra albiazul regresó del túnel de vestuarios con el cuchillo entre los dientes y el objetivo de igualar la corta ventaja adquirida por el Barcelona.

Sin embargo, a los cinco minutos llegó el segundo mazazo de la noche. Pero ni por esas se hundió el equipo vitoriano, que recortó distancias a los pocos segundos con un remate de Omorodion tras un centro extraordinario de Sola. A partir de ahí, Mendizorroza no dejó de alentar en busca de un empate, pero el Barcelona impuso su eficacia en las dos áreas para impedir a la postre la que pudo haber sido una fiesta inolvidable.