El Deportivo Alavés anunció ayer que no acudirá a la Asamblea Extraordinaria convocada con carácter de urgencia para este viernes por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), tras los graves hechos acontecidos durante la ceremonia de premiación del Mundial femenino.
“El Deportivo Alavés desea comunicar que no asistirá a la Asamblea Extraordinaria convocada por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para este próximo viernes, 25 de agosto, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas”, rezó el comunicado oficial realizado por la entidad ubicada en el Paseo de Cervantes.
De esta forma, queda escenificado el desacuerdo del Alavés con las últimas actuaciones del todavía presidente de la Federación Española de Fútbol, en el ojo del huracán tras su deleznable comportamiento tras el título mundial conseguido por la selección femenina española.
Eso sí, su renuncia al cargo va tomando cuerpo poco a poco y ya se especula desde la capital que Rubiales medita dar un paso atrás y dejar la presidencia de la Federación Española de Fútbol.
Si días atrás tanto él como sus asesores y núcleo duro del organismo federativo se veían con fuerzas para dar la vuelta a una situación crítica tras el beso a Jenni Hermoso y otras actitudes reprobables tanto en el palco como en la celebración del título, la contundencia de los golpes recibidos según han ido avanzando las horas con el expediente incoado por la FIFA parece abocarle a la dimisión inminente.
Previamente, la Federación Alavesa de Fútbol, presidida por Kepa Arrieta, también había publicado un comunicado de renuncia en el que reprodujo el posicionamiento mostrado horas antes por la Federación Vasca “ante la gravedad de lo sucedido en torno a la final del campeonato del Mundo femenino y de la posterior gestión de los acontecimientos”.
En su escrito se adelantó que “a la vista de lo que acontezca en las próximas jornadas, se tomará una decisión sobre la continuidad de nuestro presidente en la Junta Directiva de la RFEF”.
La Federación Vasca, crítica
La primera en anunciar su postura fue la Federación Vasca de fútbol. En un comunicado, el organismo apuntó que “ante la gravedad de lo sucedido en la entrega de trofeos de la final del Campeonato del Mundo, y la posterior gestión de los acontecimientos, se ha tomado la decisión de no participar en la asamblea de la RFEF”.
Además, la FVF-EFF añadió que “a la vista de lo que acontezca en las próximas jornadas se tomará una decisión sobre la continuidad” de su presidente, Javier Landeta, “en la Junta Directiva de la RFEF”.
La Federación Vizcaína, por su parte, no respaldó públicamente el comunicado de la Vasca porque “ni los clubes vizcaínos ni nadie me lo han pedido”, según explicó a la agencia EFE su presidente, Iñaki Gómez Mardones, que es también vocal de la RFEF y que no estará en la asamblea de Madrid en su caso “por motivos familiares”.
“Como institución no se nos ha pedido que apoyemos el comunicado porque se tendría que elevar una propuesta a la Junta de la Vizcaína y ser aprobada y mis clubes no me han pedido nada. Rechazamos su comportamiento (de Rubiales). Ha sido horroroso, improcedente e inadmisible. Un presidente no puede dar esa imagen ni nunca debe manifestarse de esa forma, pero también hay que valorarle su gestión y esta ha sido maravillosa”, destacó.