No ha sido una temporada sencilla, pero, sin partir como uno de los grandes favoritos, el Deportivo Alavés ha logrado su objetivo con épica y agonía. Tras el impresionante triunfo de anoche frente al Levante, el club babazorro ha salido vencedor del play off y, gracias a ello, volverá a competir el próximo curso en la élite del fútbol español. Un lugar al que, por primera vez en su historia, regresa solo un año después de haber consumado el descenso.

La tarea de Luis García Plaza, eso sí, no parecía sencilla cuando se anunció su fichaje nada más acabar la horrenda campaña 2021-22. En las semanas posteriores, el Glorioso reconstruyó casi por completo su plantilla y esta, en comparación con la de otros candidatos al ascenso –Levante y Granada, principalmente–, pareció quedar un paso por detrás. Algo que tomó sentido en el momento en que se conocieron los límites salariales de cada club.

Asimismo, por si el mero hecho de conformar un grupo partiendo de cero no suponía un reto lo suficientemente grande, el técnico madrileño se encontró también con la necesidad de volver a ilusionar al alavesismo, muy decepcionado no solo debido al descenso, sino por la manera en la que se había producido. La sensación de Mendi en ese momento fue la de que, desde la entidad, pudo haberse hecho más para mantener al equipo en la élite.

Benavídez, eufórico tras el ascenso Alavés

Entre los ocho refuerzos realizados en verano, sin contar a aquellos jugadores que regresaron de cesión o ascendieron del filial, destacó la mezcla entre veteranía y juventud que completaron de forma conjunta Luis García y el director deportivo Sergio Fernández. Ficharon por el Alavés viejos conocidos del técnico como Salva Sevilla o Sedlar y, al mismo tiempo, se apostó por hombres de futuro del estilo de Guridi, Alkain o Benavídez.

También fue importante, en esa misma línea, recuperar la mejor versión de aquellos futbolistas que, a diferencia de Pacheco, Martín, Pina, Edgar, Joselu, etc., decidieron quedarse en el Paseo de Cervantes después de formar parte del descenso. Este fue el caso de Antonio Sivera, Nahuel Tenaglia, Rubén Duarte, Javi López, Toni Moya, Jason, Luis Rioja, Miguel de la Fuente y Mamadou Sylla, de vuelta tras no brillar en el Rayo Vallecano.

Ilusiones renovadas

Pese a que la pretemporada no fue demasiado prometedora, lógico teniendo en cuenta que la plantilla tardó más de lo esperado en cerrarse, lo cierto es que las primeras jornadas disiparon todas las dudas sobre si el Alavés podría competir por el ascenso directo. Todo arrancó con la victoria en Butarque, donde los goles de Miguel y Sylla valieron para superar al Leganés, y los albiazules fueron líderes por primera vez en la sexta jornada.

Buena muestra de lo bien que comenzó, y también continuó, el Glorioso el curso fue que, en las primeras 17 jornadas, solo perdió un partido. Dicha derrota, en concreto, ocurrió en la casa del Burgos, a quien, por aquel entonces, señalaban como la gran revelación de la categoría. Lo positivo, aun y con el resultado negativo, fue que la afición se desplazó en masa a El Plantío para vivir el primer desplazamiento numeroso en bastante tiempo.

Entremedias, allá por el mes de octubre, llegó otra buena noticia al Paseo de Cervantes. Tras mucho tiempo en compás de espera, y una despedida precipitada, el club gasteiztarra anunció el regreso de Víctor Laguardia. Una incorporación que, si bien iba a necesitar un tiempo para adaptarse al ritmo del resto de la plantilla, fue recibida de buen grado. El alavesismo quería que el káiser formara parte, y ayudara, a lograr el ascenso.

Villalibre y Guridi, eufóricos en Orriols Alavés

El camino de rosas, no obstante, llegó a su fin en diciembre. De la noche a la mañana, ese Alavés que tan buenas sensaciones había transmitido desde el inicio de la temporada se vino abajo y, sin previo aviso, terminó el año con cuatro batacazos consecutivos en Liga (Granada, Tenerife, Levante y Málaga). El más preocupante, cabe recordar, fue el que provocaron los granotas, demasiado superiores en su visita a Mendizorroza.

Resurgir del batacazo

Afortunadamente, la llegada del nuevo año devolvió la sonrisa otra vez al Alavés, quien, además de reencontrarse con el triunfo contra el Burgos, realizó grandes actuaciones en la Copa del Rey. Cayó frente al Sevilla en octavos -de manera bastante injusta, por cierto-, pero, en el camino, eliminó al Real Valladolid, también de Primera División. Para llegar a ese punto, tuvieron que caer previamente el Lleida Esportiu y el Mérida, ambos a domicilio.

Ese gran inicio de 2023, salvo por la derrota en el Carlos Tartiere, evolucionó en la segunda mejor racha del ejercicio. Cinco triunfos consecutivos, y un empate en el sexto partido, lograron los pupilos de Luis García, cuyas actuaciones más destacadas, al contrario que en el resto de la campaña, fueron a domicilio. Es imposible hacer un balance sin recordar los asaltos a Anduva y La Romareda, dos plazas nada fáciles de conquistar.

Sivera, uno de los héroes del ascenso con sus intervenciones Alavés

Por aquel entonces, los dos refuerzos del mercado invernal, Antonio Blanco y Asier Villalibre, ya se habían acoplado a la perfección con sus compañeros, pero ni siquiera su aportación iba a ser suficiente para evitar lo que ocurrió después. Sin que nadie lo esperara, los candidatos al ascenso directo, entre los que estaba el Alavés, entraron en una vorágine de malos resultados, o no lo suficientemente buenos, que derivó en una igualdad abrumadora.

Lo positivo, eso sí, fue que los hombres de Luis García, aun pinchando ante rivales que no debían haber generado tantos problemas, afrontó la recta final del curso con muchas opciones en la batalla por las dos primeras plazas. Tanto fue así que, pese a batacazos importantes como el de Orriols, el Glorioso llegó a la última jornada dependiendo de sí mismo, lo cual había sido su objetivo desde que arrancó la temporada varios meses atrás.

Ahora bien, aterrizar en Las Palmas de Gran Canaria en una situación así no habría sido posible sin el inestimable apoyo de la hinchada babazorra, capaz de llenar Mendizorroza en las trascendentales disputas contra el Granada y el Málaga. Hacía bastante tiempo, en gran parte como consecuencia del covid-19, que no se vivía un ambiente tan espectacular en las gradas del Paseo de Cervantes, de nuevo ilusionadas por ver a su Deportivo Alavés.

Por desgracia, la expedición al bastión canario no acabó bien, ya que los gasteiztarras no pudieron derribar la muralla amarilla (0-0), y eso les obligó a confiar sus opciones en el play off. Un camino siempre exigente, pero que arrancó de la mejor manera eliminando al Eibar en semifinales. El duelo de ida concluyó en tablas (1-1) y el de vuelta derivó en otra gran noche de alavesismo. Abde y Villalibre (2-0) dieron el pase a la gran batalla.

Laguardia, agasajado por la afición en Foronda Alex Larretxi

Allí esperaba el Levante de Javi Calleja, a quien, incluso partiendo con ligera desventaja, el Alavés pudo superar. Para ello, sumó un empate en casa, donde faltó acierto de cara a portería, y luego ganó en el Ciutat de València. Respecto a los detalles de lo ocurrido en el feudo granota, lo mejor es que cada aficionado lo recuerde a su manera, pues solo así perdurarán todas esas historias que otros podrán escuchar. Toca vestirse de gala, con la camiseta albiazul, y recibir en la Plaza de la Virgen Blanca a esa plantilla que ha logrado devolver al Glorioso a Primera División.

Continuará...

Esta temporada 2022-23 se recordará, indudablemente, por el ascenso y el gran grupo que, desde el principio, ha caminado en la misma dirección. Algo en lo que se debe incluir también a la propia entidad, la cual, tras varios años de irregularidad, ha confiado plenamente en Luis García. Ningún entrenador, desde Abelardo (2018-19), había completado un curso de inicio a fin al frente del banquillo albiazul.

Luis García no cabía en sí de gozo en Foronda Alex Larretxi

Además, tampoco se olvidarán los nombres de varios jugadores que, sin estar llamados a ello, han terminado convirtiéndose en figuras importantes del equipo. Este es el caso, por ejemplo, de Antonio Sivera, quien pudo librarse al fin de la sombra de Pacheco; Abdel Abqar, cuya irrupción va a dar muchas alegrías en el futuro; Nahuel Tenaglia, por el que se espera un esfuerzo este verano; o Asier Villalibre, ídolo de la afición.