La del Deportivo Alavés es una historia vinculada irremediablemente a la agonía y al sufrimiento. Los momentos difíciles han sido tremendamente duros, pero los felices se han caracterizado por alcanzar cotas de epicidad y éxtasis sin parangón. El duelo contra el Levante podría haberse resuelto antes de la prórroga, incluso por goleada, si el conjunto babazorro hubiera tenido mayor acierto de cara a portería en las claras ocasiones que tuvo. Sin embargo, tener un final de partido tranquilo no habría encajado con el estilo del Alavés.
Lo que sucedió en el minuto 129 de la prórroga con el gol de Villalibre habría causado infartos en corazones no acostumbrados a vivir tantas emociones como los de la afición albiazul. Y es que no es la primera vez que el Alavés salva toda una temporada con un gol en el último instante de la campaña. Aún está reciente en la memoria del alavesismo aquel gol que anotó Guzmán Casaseca un 7 de junio de 2014 en Jaén. Tanto el cuadro andaluz como el gasteiztarra necesitaban una victoria para no descender a Segunda División B. Se adelantó el Jaén, remontó el Alavés con goles en los minutos 82 y 86, igualó Machado en el 88 y, cuando parecía que los albiazules estaban condenados al infierno de la División de Bronce, apareció Guzmán en el minuto 93 para rematar de cabeza sobre la línea de gol y salvar la categoría in extremis.
Ese gol y el de Villalibre quedarán para siempre grabados en la memoria albiazul, pero no son los únicos. Que se lo pregunten, si no, a quienes el 8 de junio de 2008 presenciaron en Mendizorroza una remontada histórica contra la Real Sociedad (3-2) con dos goles en el descuento, el primero de Jairo y el segundo de Toni Moral para llevar el éxtasis a la grada y evitar el descenso a Segunda División B. Los donostiarras contemplaron incrédulos la invasión de campo tras el gol de Toni Moral que dejó a la Real sin opciones de ascender a Primera.
Tumbando gigantes
Curiosamente, la sensación generalizada es que se recuerdan con más cariño estos tantos salvadores al borde del abismo que los de los grandes éxitos, tal vez por el salto emocional que supone pasar de la desolación a la alegría absoluta. Sin embargo, también hay tantos históricos en tiempos de bonanza. El más reciente fue el de Manu García al Real Madrid el 6 de octubre de 2018, que supuso la victoria albiazul por 1-0 en el minuto 95. El centrocampista gasteiztarra entró con todo a rematar de cabeza un rechace de Courtois en un córner y se impuso por las alturas a Sergio Ramos para llevar el delirio a la grada de Mendizorroza.
Algo similar sucedió un año antes, también con el equipo en Primera División, cuando Edgar Méndez logró el pase para la primera final de Copa del Rey de la historia del club con un fantástico gol contra el Celta en el minuto 81 del duelo de vuelta en Mendizorroza, que decantó la eliminatoria del lado albiazul.
Esa misma temporada, en el primer encuentro en Primera División tras un largo periplo por el infierno de Segunda y Segunda B, también queda para el recuerdo el tanto de Manu García en el primer partido de la temporada en el Vicente Calderón. Con un zapatazo desde fuera del área en el minuto 94, el vitoriano superó a Oblak y logró que el Glorioso empezara por la puerta grande su nueva etapa en Primera con un punto ante el Atlético de Madrid.
Otro que puede presumir de tener más de un gol en la historia dorada del club babazorro es Manolo Serrano, autor del 1-0 en el encuentro de ida de octavos de final de Copa del Rey contra el Real Madrid el 13 de enero de 1998 que a la postre significaría la clasificación para cuartos de final de los alaveses. Meses después, el propio Serrano se encargaría de marcar ante el Rayo Vallecano dos goles que supusieron el ascenso a Primera División y el comienzo de una exitosa época para la entidad. Con el tanto de penalti del pasado sábado en el Ciutat de Valencia, Villalibre se une a esta gloriosa lista de héroes albiazules.
