A lo largo de esta segunda vuelta del campeonato liguero, Luis García Plaza ha ido repartiendo minutos entre Asier Villalibre, Miguel de la Fuente y Mamadou Sylla en busca de la mayor amenaza, pues cada uno aporta cualidades diferentes, para los distintos rivales. Lo novedoso, en este sentido, es que recientemente se ha sumado un nuevo miembro a dicha competencia por ocupar la punta del ataque del Deportivo Alavés: Joaquín Panichelli.

El delantero argentino llegó en enero a Mendizorroza como una de las apuestas de futuro del club babazorro, quien lo fichó libre tras finalizar su contrato con River Plate, y en las dos últimas jornadas, ante el Granada y el Albacete, ha sido uno de los revulsivos elegidos por el técnico madrileño. Esto último, después de varios meses entrenando con el primer equipo y alguna breve participación, suficiente para estrenar su casillero, con el Miniglorias.

En su debut con la zamarra albiazul, durante el decisivo duelo contra los nazaríes en el Paseo de Cervantes, Panichelli no dispuso de oportunidades para mostrar sus aptitudes. Saltó al terreno de juego en el minuto 77, sustituyendo a Miguel, y se encontró en una narrativa bastante complicada. Tras el fallo de Salva Sevilla desde los once metros, el Alavés prefirió asegurar el punto y el balón no volvió a merodear el área visitante. 

Frente al Albacete, no obstante, el argentino sí fue uno de los protagonistas de la tarde. Pese a entrar más tarde al partido, esta vez en lugar de Rober, participó de manera activa en el juego, demostrando así el descaro que cualquier joven necesita para ganarse la confianza de su técnico, y apareció, además, en la jugada decisiva del choque. Si él no hubiera enviado el balón a la portería local, Higinio no se habría marcado en propia

De esta manera, aunque todavía le queda mucho camino por recorrer, Panichelli ha demostrado estar preparado para aprovechar su oportunidad en el caso de que Luis García le vuelva a necesitar. Y eso que, cabe recordar, se mantuvo alejado de los terrenos de juego durante todo el mes de marzo debido a un pequeño esguince del ligamento lateral interno de su rodilla derecha, el cual sufrió en el transcurso del encuentro disputado en Zubieta ante la Real C.

Ilusión por aportar al equipo tiene, de eso no hay duda. Al término de la contienda en el feudo del Albacete, el delantero argentino atendió a los medios de comunicación y, además de agradecer al técnico madrileño su confianza, habló de la relevancia que pueden tener los miembros que, como él, esperan su oportunidad en el banquillo: “Siempre se les da más importancia a los titulares, pero los suplentes también podemos aportar. Tenemos la capacidad de cambiar el rumbo de los partidos”.

LA OTRA APUESTA

Quien, por el contrario, todavía parece necesitar un largo periodo de adaptación para ser una alternativa real a los integrantes del primer equipo es Sebastián Pino. El central chileno aterrizó en Mendizorroza, al igual que Panichelli –y en unas circunstancias similares–, el pasado mes de enero y, aunque ha jugado más minutos con el filial que el propio futbolista argentino, no ha podido dejar sensaciones lo suficientemente positivas.

Su ritmo de juego es demasiado lento para el fútbol europeo y, con el balón en los pies, no es ni mucho menos tan eficaz como alguno de sus compañeros. La realidad es que, a día de hoy, tanto el gasteiztarra Imanol Baz como Stephane Keller están varios escalones por encima del chileno. No sería raro, incluso, ver a alguno de los dos quedarse en la primera plantilla la próxima temporada, en especial, si no se logra el ascenso a la máxima categoría.