El Deportivo Alavés llegó al Carlos Belmonte conocedor de que, con la derrota del Eibar en casa del Racing de Santander, volvía a depender de sí mismo, pero no fue capaz de aprovechar su oportunidad. Aun así, los albiazules, inofensivos durante muchos minutos, lograron un empate que, en realidad, supo a gloria teniendo en cuenta cómo se desarrolló el partido. Higinio, en propia puerta, salvó un punto (1-1) que mantiene a los de Luis García en la pelea

La principal ausencia en el once gasteiztarra pudo observarse en la meta. Sivera se cayó de la convocatoria horas antes del encuentro y, en su lugar, Owono tuvo que colocarse bajo los palos. Ahora bien, la titularidad del portero ecuatoguineano no fue la única novedad. Con Duarte, sancionado, Guridi y Miguel también fuera de la lista, Javi López formó en el lateral izquierdo, Moya en la medular, Jason en la banda derecha y Sylla como único punta.

Motivado por el ambiente en las gradas, el Albacete saltó al césped del Carlos Belmonte dispuesto a llevar la batuta del encuentro, sin embargo, enfrente se encontró a un Alavés muy bien plantado. Gracias a ello, y al contrario que en la reciente visita al Levante, los babazorros mantuvieron controlada la narrativa. Solo les faltó, aunque no parecía fácil, salir con más confianza al contraataque. Podría decirse que brilló demasiado el respeto. 

Este último fue desvaneciéndose con el paso de los minutos, pero no lo suficiente. Pese a que cada uno de los aciertos en defensa, donde se limitó sobremanera la verticalidad de los manchegos, fue motivando a los hombres de Luis García, lo cierto es que su labor ofensiva fue demasiado escasa. Las combinaciones, en términos generales, no brillaron por su eficacia y las tomas de decisiones en los metros finales tampoco fueron buenas.

Fue, concretamente, tras una de esas pérdidas en ataque cuando llegó el primer gol de la tarde. A los 38 minutos de juego, el Albacete encontró por fin su oportunidad de salir al contragolpe y, en apenas tres pases, se plantó ante Owono, quien no pudo detener el remate a placer de Maikel Mesa (1-0). Escriche fue el asistente y a este le ayudaron mucho Sedlar y Javi López, muy lentos al defender el envío en profundidad que habilitó todo lo demás. 

Dicha acción, junto a un envío posterior del propio Escriche que desvió el portero babazorro, fue lo más reseñable de la primera mitad. El Alavés no concedió más, pero, si los manchegos no se hubieran adelantado, tampoco habría hecho méritos para nada más que marcharse a los vestuarios con un empate a cero. Y es lógico, en realidad, pues sus atacantes con más capacidad para marcar diferencias ni siquiera hicieron acto de presencia. 

Toni Moya, Rober, Rioja, Jason o Sylla se mostraron erráticos o, directamente, desaparecidos y los únicos que intentaron algo en la parcela ofensiva fueron los laterales. El citado Javi López, en concreto, generó el acercamiento más interesante de los babazorros antes del descanso, aunque no lo suficiente para poner en apuros al guardameta rival. Poco acostumbrado a definir, el futbolista tinerfeño envió la pelota a las nubes.

Ya en la segunda mitad, los primeros compases dejaron de todo menos buen sabor de boca. El Alavés no saltó bien al césped, dejando demasiado espacio atrás, y Luis García optó por mover el banquillo lo antes posible, al contrario que en otras ocasiones. Primero entraron Salva Sevilla y Abde, quienes sustituyeron a Moya y Jason, y minutos más tarde le llegó el turno a Benavídez y Villalibre en detrimento de Blanco y Sylla.

Los cambios tardaron en dar fruto, pero, afortunadamente, ofrecieron el empuje suficiente para evitar la derrota del conjunto gasteiztarra en el Carlos Belmonte. Según se acercaba el final del choque, la inercia provocó que los visitantes empujaran ligeramente al Albacete a su campo y, ya en el descuento, llegó el tanto del empate. Higinio, en propia puerta, puso el 1-1 en una acción a balón parado en la que Panichelli, último cambio, fue quien buscó portería después del tumulto en el área pequeña.