Al término del partido de ayer frente al Lugo, a quien el Deportivo Alavés, desgraciadamente, no pudo superar en Mendizorroza, Luis García Plaza calificó el escaso punto conseguido como un importante “paso atrás” en la carrera por el ascenso directo. Una declaración, cabe recordar, en la línea de lo que había comentado horas antes en la previa, cuando afirmó sin reparo que a los albiazules les quedaban “doce finales” por delante. 

Ahora, por tanto, al Glorioso le restan solo once y, si bien es cierto que el empate contra la escuadra lucense ha sido un importante varapalo, lo que realmente está generando inquietud entre los aficionados babazorros es la tendencia reciente, pues, aunque nunca es buen momento para iniciar una mala racha, el actual es, sin ninguna duda, el peor de todos. Sobre todo, teniendo en cuenta la competencia existente en la parte alta de la tabla. 

Pese a que el Alavés aún no ha dicho adiós a sus opciones de ascender de manera directa, es innegable que su posición en la contienda ha empeorado sobremanera en las últimas jornadas. Y es lógico, en realidad, porque un aspirante a las dos primeras plazas no debería acumular tres partidos sin ganar a estas alturas del curso y mucho menos habiendo disputado dos de ellos en su casa, donde debería afianzarse y evitar cualquier accidente.

Además, los tres pinchazos han llegado frente a rivales que, teniendo en cuenta el calendario restante, se presuponían bastante más asequibles. En este sentido, es imposible ignorar que, en los próximos meses, el conjunto gasteiztarra va a verse las caras con el Levante, el Granada, el Albacete y Las Palmas, cuatro de los cinco rivales más exigentes de la categoría. Y todos esos choques, menos el de los nazaríes, serán lejos de Mendizorroza. 

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Todas las fotos del empate entre el Alavés y el CD Lugo Jorge Muñoz

Para seguir con posibilidades, entonces, el Alavés necesita reencontrarse lo antes posible con su mejor versión, aunque esto último no parece tener tanta relación con el juego en sí. Ante el Lugo, sin ir más lejos, los albiazules tuvieron bastantes ocasiones para llevarse el partido e, incluso así, no dejaron buenas sensaciones. Se les vio apagados y atenazados, como con excesivo miedo a cometer errores, y eso les impidió controlar mejor el duelo. 

Una imagen muy distinta a la que pudo apreciarse, por ejemplo, hace varias semanas, cuando contra el Burgos, el Racing y el Ibiza en Mendizorroza o el Mirandés y el Zaragoza en Anduva y La Romareda, los pupilos de Luis García saltaron al césped con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a comerse al rival sabiendo que, por mucho que en algún momento les pusieran en apuros, ellos serían mucho más determinantes en los últimos metros. 

Sin embargo, desde que el Alavés, gracias a esa buena racha de enero y febrero, se metió en ascenso directo y tuvo la oportunidad de recuperar el liderato, el vértigo parece que se ha adueñado de su vestuario. Algo que llama la atención en un equipo que, además de contar con varios jugadores muy experimentados (Laguardia, Duarte, Salva Sevilla, etcétera), sabía a la perfección que debía estar preparado para afrontar la presión de estar ahí arriba.

OBJETIVO: LLEGAR AL FINAL EN BUENA DINÁMICA

Sea como fuere, lo ocurrido en las últimas tres jornadas ya no se puede borrar y lo más importante ahora, tal y como se ha comentado previamente, es recuperar la dinámica positiva, ya sea para acabar peleando por uno de los dos billetes a la élite, lo cual se decidirá en las próximas semanas, o con el objetivo de llegar en el mejor estado de forma posible al play off, donde lo más determinante no es la posición final, sino la tendencia.

Buena muestra de lo anterior es que, en las anteriores tres ediciones de Segunda, la última plaza de ascenso a Primera se la ha llevado al sexto clasificado, quien suele ser el que más motivado llega a las eliminatorias, sobre todo si se clasifican in extremis. Tanto el Elche (2019-20) como el Rayo Vallecano (2020-21) y el Girona (2021-22) regresaron a la máxima categoría partiendo como los menos favoritos –clasificatoriamente hablando–.