Lo suyo ayer fue llegar y besar el santo. Letal. Un killer del área. La primera que tuvo fue dentro. Máxima efectividad. Movimientos de ariete puro a los diez minutos. Media vuelta, disparo cruzado para batir a Asenjo por bajo y marcar el 1-0 definitivo para el Deportivo Alavés. Otro gol. Uno más. El tercero para Mamadou Sylla que mantiene su particular idilio con la portería contraria.

No es para menos. Y es que el delantero senegalés tiene un promedio de goles por minuto a la altura de los más grandes artilleros del campeonato. El punta babazorro ha demostrado en lo que va de temporada que no necesita estar mucho tiempo sobre el terreno de juego para ver puerta.

Sus números así lo confirman. Hasta ayer llevaba dos dianas en tan solo 194 minutos, lo que significa que marca un gol de media en poco más de un partido. Cada 97 minutos. Notable. Muy notable. En el estreno liguero consiguió marcar en Leganés el definitivo 1-2 que dio los tres puntos al Alavés pese a saltar al césped para disputar los últimos 21 minutos. No marcó en los 18 minutos que disputó ante el Mirandés y tampoco lo hizo en los 41 que jugó en Ibiza antes de caer lesionado.

Parón. Más de tres meses en el dique seco por culpa de su inoportuno encontronazo contra uno de los postes del banquillo. Adiós a una referencia ofensiva, que el equipo ha echado mucho de menos. Así lo ha señalado durante todo este tiempo Luis García. El técnico albiazul ha mostrado reiteradamente su añoranza del punta senegalés.

En su regreso tras su lesión también marcó. 18 minutos necesitó para ver portería en la derrota en Tenerife, mientras que se quedó sin marcar frente al Levante en los 32 minutos que estuvo en el terreno de juego y en los 64 del choque copero en Mérida. Pese a no hacer gol en estos dos encuentros, es un jugador muy del agrado de Luis García.

Viendo su partido de ayer es normal los lamentos del preparador babazorro durante este tiempo de ausencia. Sylla se convirtió en una referencia en la punta de ataque. Fijó a los centrales, abrió espacios para sus compañeros y fue capaz de rematar con cierto peligro las ocasiones que llegaron a sus botas.

El hombre más adelantado ante el Valladolid fue un auténtico incordio para la zaga pucelana. Pudo marcar en el minuto 51, pero su disparo salió mordido y lo sacó bajo palos un defensa rival. A falta de media hora también tuvo otra para poner la sentencia. Sin embargo, tras controlar con dificultad un pase de Abde, su disparo de puntera salió rozando el palo. La tuvo. Generando peligro. Siendo importante arriba que es de lo que se trata.

Como hizo en el tramo final conservando la posesión cuando más apretaba el Valladolid. Generoso en el esfuerzo. Extenuado acabó y con calambres en el gemelo tras el derroche físico que realizó. Un guerrero que ha vuelto para la causa y que no podrá jugar ante el Burgos, por su absurda expulsión ante el Levante, pero que ha dejado claro que es de lo más efectivo. Lleva un gol cada 94 minutos.