El Deportivo Alavés se reencontrará con su afición en Mendizorroza una semana después de sumar un nuevo empate sin goles en el campeonato doméstico. Los de Luis García, que pese a sumar cuatro puntos en los últimos tres enfrentamientos, continúan en los puestos de ascenso directo con una distancia de tres puntos respecto al líder, Las Palmas, y apenas dos de margen ante el Burgos, tienen ante sí una oportunidad para continuar en la zona noble a partir de las 18.30 horas.

La clasificación, como suele acostumbrar la categoría de plata, está comprimida y las diferencias de puntos entre los aspirantes son mínimas. Por eso mismo es tan complicado alejarse del pelotón y, así, tan solo cuatro puntos separan al Alavés del Sporting de Gijón, que ocupa el noveno puesto. Sin embargo, el rival que pondrá a prueba la sobriedad del Glorioso en su feudo no es otro que el Oviedo, un equipo que hace dos semanas movió ficha en su banquillo ante la negativa dinámica de resultados.

El conjunto carbayón llega a Mendizorroza después de vencer por la mínima al Málaga en el estreno de Cervera al frente del banquillo del Tartiere. Un técnico con una dilatada experiencia en la categoría de plata, donde ha dirigido más de 250 partidos, y que, además, plantea sus partidos mediante un estilo de juego muy determinado. Es así como al Deportivo Alavés se le presenta un rival experto en el repliegue en campo propio, que dificulta la circulación fluida del balón y que amenaza a través de los contragolpes. Un equipo contra el que el Glorioso deberá estar acertado en los metros finales y muy alerta a la hora de evitar las veloces transiciones.

En este sentido, es previsible que los de Luis García tengan que llevar la batuta durante la mayor parte del duelo. Una faceta en la que brilló, por ejemplo, en la visita a Lugo, donde el Alavés se volcó en ataque elaborando innumerables ocasiones, pero un aspecto que se le ha atragantado en los últimos precedentes ante el Sporting o el Albacete, donde el conjunto albiazul no encontró esa clarividencia en los metros finales.

El Oviedo, pese a que esté moralmente fortalecido tras la última victoria que se dio desde el punto de penalti, llegará a Mendizorroza con varias bajas sensibles en su expedición y la presión añadida de tener que sumar para alejarse de la zona de descenso. No en vano, el Glorioso también tendrá que acometer varios ajustes en su once tras la ausencia de Benavídez, que se perderá esta jornada por su acumulación de amonestaciones.

AJUSTE EN EL EJE

La baja del charrúa en el pivote obliga a Luis García a replantear los actores de su sala de máquinas. El técnico madrileño no tendrá a su disposición a Sedlar, que durante la lesión de Benavídez al comienzo del curso fue un parche cumplidor en el pivote, pero podrá contar con otros centrocampistas como Balboa o Toni Moya. En el caso del gasteiztarra, cabe destacar que ofreció una notable actuación cuando fue de la partida en la visita de Las Palmas pero Toni Moya, en las últimas semanas, ha ganado un mayor poso en el once albiazul gracias a su inequívoco rigor táctico.

Pese a las maniobras que el técnico madrileño realice de cara al trascendental choque ante el Oviedo, una tarea pendiente del Glorioso de cara a su próxima cita es la de reencontrarse con el gol. De hecho, el Alavés acumula dos empates sin goles en sus últimos partidos en Mendizorroza, donde teóricamente los de Luis García deben adquirir el mayor número de puntos para consolidarse en la zona noble. Sin embargo, tal y como señalan las estadísticas, el conjunto carbayón es un rival poco propicio para recuperar el olfato goleador ya que tan solo ha encajado dos goles en sus visitas lejos del Tartiere.

Un precedente que aporta cierto optimismo a la parroquia albiazul es que Mendizorroza ha sido en la historia reciente un estadio desafortunado para los intereses ovetenses. Y es que el Oviedo acumula 14 visitas al feudo babazorro sin conocer la victoria, en las que su resultado más positivo ha sido un empate. Un registro que el Alavés tratará de prolongar para mantenerse firme en la incansable lucha por ocupar los puestos de ascenso directo a la máxima categoría.