Todo en la vida tiene un inicio y un final, y aunque provoque tristeza tener que despedirse, se debe hacer con una sonrisa, en especial, cuando el recorrido ha sido tan fructífero como bonito a la vez. Es más, tal y como dice la propia protagonista, el fútbol es así y a todos los profesionales les llega el momento de decir adiós. A pesar de demostrar mucha entereza al expresarlo, es inevitable notar como Mery Ortiz de Pinedo tiene nostalgia por despedirse del club de su vida. “Al final siempre es una decisión que cuesta tomar, pero también hay que ser realista y analizar las situaciones que se viven, y después de toda una temporada creo que es lo mejor para mí. Lógicamente ha sido una decisión muy complicada y difícil, y tampoco están siendo días fáciles, pero la vida tiene estas cosas y hay que seguir hacia adelante”, recalca.

La delantera es una de esas jugadoras que están en periodo de extinción en el fútbol moderno, ya que hoy en día quedan muy pocas que por sus venas corra el color de su equipo. Mery ha demostrado en varias ocasiones que su corazón es albiazul al 100%. Igual que sucedió con Manu García cuando se despidió del club, hoy todos los aficionados del Alavés han perdido un trocito de su corazón y es inevitable no sentir tristeza con el adiós del que ha sido uno de los pulmones de este gran proyecto.

En el recibimiento institucional después de que las Gloriosas consiguieran el ascenso a la élite femenina.

Respecto a esa similitud con Manu García, dice que “para mí es un orgullo que se me haya nombrado como un referente de un club como el Alavés y después de tanto tiempo en el mundo del fútbol es lo más bonito que te queda, saber que he podido ayudar y ser espejo para muchas niñas”. Por todo esto, ahora es natural tener una mezcla de diferentes sentimientos. “Estoy tranquila y satisfecha de todo el recorrido y lo que ha supuesto esta etapa en mi vida, pero por otra parte estoy con esa melancolía de saber que esta decisión va a cambiar mi rutina diaria y todo lo que hacía hasta hoy. Eso sí, la sensación en general es de satisfacción, de tranquilidad y orgullo por todo lo vivido”, precisa Mery.

El día del ascenso a Primera División fue uno de los días más felices de su carrera.

El día del ascenso a Primera División fue uno de los días más felices de su carrera. Redacción DNA

Lógicamente, desde que se produce de forma oficial su adiós del Alavés, la capitana ha recibido mucho cariño y “está siendo muy difícil de expresar y agradecer a todo el mundo, porque realmente estoy abrumada por todo el cariño y apoyo que he recibido”, remarca la delantera.

Hay que recordar que Mery, junto a Dafne, es una de las madres de este proyecto, el cual nació en el 2017. Desde entonces, las Gloriosas no han hecho más que crecer, hasta el punto de lograr el año pasado el ascenso a la máxima categoría del fútbol femenino. Por el camino ha habido grandes temporadas, pero también momentos de dureza, como cuando el ascenso se les escapó de las manos en el momento en el que prácticamente parecía un hecho.

María Ortiz de Pinedo ha sufrido dos graves lesiones en los últimos tiempos. En la imagen, durante un proceso de recuperación ALAVÉS

LAS MALDITAS LESIONES

En esos momentos, las grandes personas son las que dan la cara y hacen que una mala experiencia se convierta en un aprendizaje para que luego se acabe logrando el éxito. Mery es de esas jugadoras que nunca se esconden y que a cada golpe que recibe, ella responde aún más fuerte. Prueba de ello, es que a nivel personal, no hay mejor palabra que defina a la capitana que superación, ya que hay que recordar las dos lesiones de gravedad que ha sufrido.

Es más, la vitoriana tiene claro que la segunda vez que se lesionó “fue el momento más triste de mi carrera. Para ser exactos, la recuperación fue lo más duro que he vivido, ya que en el momento de sufrir la lesión lo asumes y eres consciente, pero luego llega la rehabilitación, la cual es lenta y larga, y ahí es cuando más sufres al ver todas las consecuencias. También creo que ese momento ha influido mucho en mi carrera”.

De hecho, la capitana, sí que tiene una espina clavada y no es otra que cuando debutó el equipo en la máxima categoría y ella tuvo aún cuatro meses de recuperación. “Siempre pienso en la rabia de ese momento y que ojalá hubiera podido empezar en otras condiciones, ya que creo que luego eso me ha acompañado todo el año. Algo que luego ha derivado a tener quizá una falta de oportunidades y demostrar todo el trabajo que tenía a mis espaldas y de que yo ya había vuelto a mi nivel original, para así poder demostrarlo en la máxima categoría”.

“Estoy abrumada por el cariño y las muestras de apoyo que he recibido en los últimos días”

“La segunda vez que me lesioné fue el tramo más duro de mi carrera, fue cuando más sufrí”

GRANDES RECUERDOS

Eso sí, Mery no se quiere quedar con esos momentos y prefiere pensar en positivo. No en vano, tiene claro que, además del ascenso a la Liga Iberdrola, su mejor recuerdo tuvo lugar “cuando se formó el Alavés. Aquel año comencé a representar el escudo de mi ciudad y ese momento fue especial y único. Además, en el mundo del deporte parece que solo logras grandes cosas cuando ganas títulos o consigues éxitos, pero no es así. Para mí, ese momento de saber que había alguien, una institución como el Alavés que nos iba a respaldar fue importante”.

De cara al futuro, Mery aún medita sobre lo que hará, pero sí que tiene claro que ella seguirá ligada al fútbol, aunque no en los banquillos. “La sensación de entrenadora no me ha llamado nunca. Aunque la haya ejercido en algún momento, no es algo a lo que me quiera dedicar, ya que no es mi pasión. En cierta manera sí que voy a estar siempre ligada al fútbol y al Alavés, pero he pasado mucho tiempo en este deporte y ahora mismo tengo unos objetivos claros que por supuesto no me van a alejar de las cosas ni de los lugares que quiero”.

Mery, la segunda por la derecha, junto a Alba Aznar, Maia y Míriam, durante la recepción con las autoridades tras el ascenso a Primera | FOTOS: ALEX LARRETXI Y ÁREA 11 ALEX LARRETXI

En cuanto al futuro del equipo y del proyecto, Mery es consciente de que quizá este verano se esté produciendo un punto y seguido, ya que junto a ella también se han marchado otras referentes como Vera, Gaste o Cris. “Podría ser que se esté produciendo un cambio de ciclo, pero yo estoy tranquila y la gente debería estarlo, ya que siempre he tenido claro que este proyecto se hacía con las ideas muy claras. Es más, este proyecto tiene mucho futuro y tendrá continuidad. Tengo claro que el Alavés fortalecerá su posición en la Liga Iberdrola y acabará siendo un referente”, confiesa la delantera.

“El momento de saber que había alguien, un club como el Alavés que nos iba a respaldar, fue importante”

Además, si algo ha identificado a las Gloriosas es que a cada paso que dan, lo hacen con mucha cabeza. Eso Mery también lo valora así, ya que por un lado el club ha alcanzado el máximo al que puede llegar de momento, y por otro lado, la gente quizá se esperaba una revolución en la plantilla en el verano del ascenso y no se produjo y aún así la temporada ha sido un éxito. “Cuando asciendes no se puede dar un salto de calidad gigante con mucho cambio. Es más, yo soy más de confiar en la base que te ha llevado hasta ahí y como se ha visto, el resultado está claro”, recuerda.

Luego también hay que ser conscientes que en el mundo del deporte los años pasan muy rápido y, a su juicio, “hay que saber hacer esa transición de la mejor forma posible, y aunque ahora se hayan marchado algunas jugadoras clave, tampoco ha sido una gran desbandada y eso consolida las bases de este proyecto”, reafirma.

Mery, con la camiseta del Alavés, disputa un balón en Mendizorroza. Josu Chavarri Erralde

Los inicios

En estos momentos de nostalgia es imposible no acordarse de los comienzos y Mery no es una excepción cuando piensa en esas primeras patadas que dio al balón en el colegio. Aunque eso sí, en el corazón de la vitoriana también está la escuela femenina de fútbol Gasteiz-Cup, ya que fue con ellos donde empezó de forma oficial en el fútbol. “Para ser exactos con 7 u 8 años, es decir, hace prácticamente 20 que empecé en el Gasteiz Cup y desde entonces no me moví de ahí y estuve 15 años con esa familia, hasta que se formó la estructura del Alavés”, destaca.

“Cuando era niña, jamás pensé que podría jugar en Mendizorroza y en Primera División”

Por eso, cuando ahora llega el momento de decir adiós al club babazorro y repasar su carrera, le vienen muchos recuerdos a la mente, pero no puede evitar pensar en “todos los objetivos que he cumplido y que ni alcanzaba a imaginar cuando empecé. Es más, cuando era niña jamás me imaginé que podría jugar en Mendizorroza, o tampoco pensé que podía jugar en Primera División, o hacerlo incluso después de dos lesiones como las que he sufrido. Por todo eso, siempre digo que no he cumplido sueños, sino que he cumplido objetivos, porque son cosas que han ido surgiendo por el camino y que he aprendido a valorarlas con el paso del tiempo”. Muchas jugadoras continuarán marchándose y llegarán otras nuevas a Vitoria, pero lo que está claro es que Mery siempre estará en los corazones albiazules y que su legado es imborrable.