"Una visita al dentista". Así fue como catalogó Mendilibar el duelo ante el Real Madrid horas antes de poner rumbo a la capital. El técnico de Zaldibar no se equivocó. A pesar del inconmensurable esfuerzo defensivo de sus pupilos, el cuadro babazorro cerró la noche en el Bernabéu con un cruel 3-0.

Una amplia renta teniendo en cuenta que en la primera mitad el Alavés cuajó una actuación solvente. Más aún sabiendo que, con el empate a cero, el Alavés dispuso dos ocasiones claras para ver portería. Durante el primer tramo el duelo el Glorioso frenó al arsenal merengue. No obstante, tras la vuelta de vestuarios todo cambió. El conjunto de Ancelotti puso una marcha más en su acelerador e impuso un ritmo arrollador. A la hora de juego un zapatazo de Asensio quitó las telarañas de la portería. Una genialidad individual a la que poco se le puede hacer.

Y es que, para más inri, el gol del futbolista balear llegó tras la oportunidad más clara del Glorioso. Una jugada en la que Pere Pons, atento en la recuperación del esférico, se adueñó de un error del propio Asensio. Tras hacerse con el balón, Pons regateó en el área pequeña a Courtois pero erró en el disparo a puerta vacía. Y poco después fue cuando el Madrid dio su típico zarpazo. En un solo minuto, el Alavés pasó de poder adelantarse en el marcador en el Bernabéu a recibir un gol que resultó ser letal para el conjunto gasteiztarra, incapaz de reaccionar una vez por detrás en el electrónico. Asensio, que pudo ser el villano de la película para el Madrid con su defectuoso pase atrás a Courtois, terminó siendo el héroe del encuentro.

CASTIGO EXCESIVO

Tras ese minuto clave, no hubo más partido. El Alavés abandonó el Bernabéu con una derrota dura. Al menos en lo que al resultado se refiere. Las sensaciones plasmadas por el Glorioso fueron mucho mejores que en los anteriores duelos lejos de Mendizorroza. Mendilibar elaboró una propuesta competitiva y de constantes ayudas en defensa. De hecho, en la primera mitad cualquier internada del conjunto local fue detenida por los futbolistas albiazules. Y es que hasta el minuto 60 el resultado que plasmaba el marcador era un esperanzador empate a cero para los intereses gasteiztarras.

Al Alavés simplemente le sobraron 30 minutos. En el aspecto colectivo el equipo se mantuvo firme en defensa pero le faltó cierta tranquilidad en las fases con balón. Eso sí, tras el primer golpe el cuadro babazorro cayó K.O. Y eso es algo a mejorar. El cuadro babazorro sintió durante algunos momentos que podía ser capaz de rescatar un buen botín del Bernabéu, pero el primer gol hundió anímicamente al equipo. A diez minutos del final Vinicius sentenció tras una jugada de Benzema y ya cuando el partido estaba visto para sentencia, el ariete galo puso el tercero desde el punto de penalti. Una media hora final que emborrona todo el trabajo.

Es cierto que lo más previsible en las visitas al Bernabéu es caer derrotado. Pero el Alavés durante una hora elaboró un planteamiento mucho más serio que en los anteriores choques lejos de Vitoria. Y eso es a lo que se ha de ceñir el cuadro de Mendilibar.

Ahora, tras la cruel derrota ante el líder de la categoría, el Alavés afronta la exigente tarea de resarcirse ante un rival como el Getafe. No cabe la menor duda de que la verdadera pelea del Glorioso se encuentra, precisamente, en los duelos ante los equipos directos y de la zona baja. La próxima cita en el Coliseum es, a todas luces, otra final anticipada para el Deportivo Alavés.