El Deportivo Alavés logró sacar partido del momento de crisis por el que pasa el Barcelona y arañar un más que meritorio empate en un escenario siempre difícil como el Camp Nou, en un partido sin brillo por parte de ambos equipos, pero en el que los gasteiztarras se dejaron la piel para conseguir sumar.
El choque comenzó como era esperable, con el Barcelona dominando en la posesión del balón y el Alavés replegado, a la espera de poder robar el esférico para salir rápido al contraataque aprovechando la velocidad de Edgar Méndez y Rioja. Aunque los de Calleja, que apostó por un doble pivote Moya-Loum y Pere Pons como mediapunta, intentaron presionar en los primeros minutos, pero según avanzó el encuentro se fueron hundiendo en campo propio. Las ocasiones del Barça, por pura inercia, empezaron a llegar y a punto estuvo Eric García de estrenar el marcador en el minuto 17 al rematar de cabeza un saque de esquina, pero Sivera respondió con una buena mano abajo.
Justo después llegó una de las peores noticias del día para los gasteiztarras, ya que Ximo Navarro, que llevaba diez minutos renqueante tras pisar mal en un despeje, tuvo que retirarse por dolores en su rodilla izquierda, siendo sustituido por Martin Aguirregabiria. A la media hora de juego llegó la mejor ocasión del Alavés en la primera parte, en un centro a balón parado que Edgar Méndez llegó a rematar en el segundo palo, pero su cabezazo se marchó desviado. Poco más sucedió en el resto de la primera parte, más allá de un disparo lejano de Memphis que blocó con alguna dificultad Sivera y el cambio obligado en las filas del Barça de Coutinho por Agüero, que tuvo que marcharse al vestuario por un problema en la garganta que le provocó mareos y dificultad a la hora de respirar.
GOLES TRAS EL DESCANSO
Todo lo que no había ocurrido en los primeros 45 minutos sucedió en el arranque de la segunda mitad. A los tres minutos de juego el Barcelona -o más bien dicho, Depay con una genialidad-, se encargó de abrir el marcador. El atacante holandés, que ya lo había probado en la primera parte, se colocó el balón en la frontal del área y encontró la escuadra de Sivera con un zapatazo con efecto con la pierna derecha, que se fue cerrando esquivando la estirada del guardameta albiazul.
El Alavés, sin embargo, lejos de venirse abajo ante una situación complicada como recibir un gol justo después del descanso, respondió tres minutos después con otro tanto como mínimo de tan bella factura como el de Memphis. Rioja recibió en la banda izquierda, se fue hacia dentro con una excelente conducción, conectó con Joselu y este, con un sublime toque de espuela, se la devolvió al andaluz, que, solo contra Ter Stegen, recortó hacia su lado izquierdo y empujó al fondo de las mallas, igualando la contienda y silenciando a un Camp Nou al que poco le duró la alegría.
A partir de ese momento al Alavés le tocó resistir las embestidas de un Barcelona volcado, que en varias ocasiones acarició el gol, pero sin éxito. Coutinho probó a Sivera con un disparo algo escorado dentro del área que el portero resolvió bien y poco después, en el minuto 58, Memphis se encontró con el palo después de que Gavi lo dejara solo contra el guardameta en una jugada maratoniana. La volvió a tener acto y seguido el holandés aprovechando que Edgar Méndez, con un problema muscular en la zona del cuádriceps, estaba tendido en el suelo pidiendo el cambio. En esta ocasión se encontró con un Sivera bien plantado, que aguantó de pie en el uno contra uno y logró repeler su disparo.
El Barça siguió acechando la portería de Sivera durante el resto del partido, aunque cada vez con menos convicción y peligro. De hecho, el Alavés tuvo un par de oportunidades de salir al contraataque, pero le faltó algo de precisión para poder aprovecharlas. Al final, un empate a uno en el Camp Nou que sabe a gloria y que permite al Glorioso darle continuidad a su buena racha y sumar un punto valiosísimo.