30/julio/1986
Quédense con la definición de iceberg!: "Bloque grande de hielo desprendido de un glaciar o de una costa helada y que flota a la deriva en el mar. Solamente una novena parte de su volumen total, emerge y está a la vista sobre las aguas". ¡Esto era el Deportivo Alavés en el verano de 1986! O, mejor dicho: ¡la punta del iceberg de una grave crisis económica y financiera que iba a saltar por los aires el 30 de julio de 1986!
El club albiazul hace treinta y cinco años era descendido administrativamente a Tercera, al no poder hacer frente al pago de cerca de veinticinco millones de pesetas a su plantilla. Ese miércoles 30 de julio la comisión integrada por LFP y AFE, emitía un comunicado: "La Comisión Mixta acuerda declarar descendidos de categoría por impago a sus jugadores a los clubes: Alavés, Algeciras, Calvo Sotelo, Jaén, Lorca y Palencia". El club alavesista tenía estos números rojos: Doce denuncias ante la AFE por valor de 22.282.000 pesetas y dos requerimientos en la Federación Guipuzcoana de Fútbol, al no estar afiliados a la AFE los futbolistas Valentín Cidón y Carlos Merayo, de 1.968.000 pesetas. Cifras a las que había que añadir algo más de 600.000 pesetas de débito de temporadas anteriores. A estas cantidades cercanas a los veinticinco millones de pesetas, se tenían que sumar las deudas contraídas con el cuerpo técnico, empleados, diversos proveedores y por los avales no amortizados en su día. ¡Los impagos ascendían a 200 millones de pesetas! ¡Un caos! Pese a lo doloroso del descenso administrativo, el mismo se iba "rumiando" año tras año. Como en tantas otras ocasiones, la sociedad albiazul había mirado para otro lado. ¡Abro un paréntesis! En septiembre de 1996 el club pudo ser potestad de sus entonces socios, pero no cubrimos el capital social impuesto por el CSD. Desde aquellas fechas se ha criticado la 'llegada' de Antón; la 'compra' de Piterman; la 'salvación' de la familia Zárate; la 'permanencia' de los Gauna y el 'advenimiento' de Querejeta y su grupo. ¡País!
Siete años antes de este descenso lejos de los terrenos de juego, ya se vieron y dieron las primeras señales de la grave crisis económica que sufría el club albiazul. Se acumulaba en el verano de 1979 un déficit cercano a los 50 millones de las antiguas pesetas. Un crédito mancomunado de la directiva -llegaron a avalar Zárraga, Aranguren, Menoyo o Compañón- y los traspasos de Eloy, Valdano y Badiola permitió parchear la situación.
Una temporada más tarde el descuadre financiero pasaba de los 140 millones. En 1981, pese a los traspasos de Morgado, Señor y Urrecho, se debían en torno a los 106 millones. La llegada de 'La Directiva salida del pueblo' -presidida por Javier Martínez Balza- no consiguió enderezar el maltrecho rumbo económico. Incluso los jugadores tuvieron que repartirse, en diciembre de 1983, parte del traspaso de Antonio Cañizares al Barcelona, 7,7 millones de pesetas. Se buscaba un 'mecenas' y se encontró en la figura de Julián Ortiz Gil, vicepresidente en las Directivas de Lalastra y Luis Ortiz de Zárate. Con el de Miranda de Ebro tampoco mejoró la situación -hubo encierros de futbolistas y empleados, salida de jugadores en busca de otros aires, juicios por impagos, presupuestos imposibles de cubrir, ceses de directivos y nombramiento de otros al margen de las leyes federativas- dejando sus obligaciones con el club, de manera irrevocable, el 30 de junio de 1986.
Un mes más tarde, pese a múltiples intentos de diversos 'actores', ¡El Deportivo Alavés descendía a Tercera División y estaba muy cerca de perder la vida! ¡Lo contaremos!
Paco Cayón, nombrado vicepresidente por Ortiz Gil, presentó su plan de salvación el 16 de julio de 1986: Creación de una cuenta cero; adelanto de seis mensualidades de sus cuotas por parte de los socios y captación de nuevos abonados.
Dos de los equipos descendidos, Deportivo Alavés y Palencia, pertenecían al Grupo I de Segunda 'B'. Al finalizar la Liga alcanzaron los puestos 5º y 7º. Sus plazas, tras la pérdida de categoría, fueron ocupadas por el 'Sanse' y Pontevedra.
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