- El ascenso del Elche a medianoche del domingo sirvió para cerrar ya definitivamente la composición de la Primera División de cara a la temporada 2020-21 después de la campaña más larga y complicada del fútbol estatal. El club alicantino regresa a la élite cinco años después de que perdiese la máxima categoría en los despachos, un descenso administrativo provocado por sus deudas arrastradas con la Agencia Estatal de la Administración Tributaria. Los ilicitanos acompañan de esta manera al Huesca, que regresa a Primera un año después de haber bajado, y a un histórico como el Cádiz que ha conseguido retornar a la cúspide del fútbol estatal después de catorce temporadas de su última aparición. Estos tres equipos ocupan los huecos dejados por Espanyol, Mallorca y Leganés y llegan a la élite en un momento plagado de incertidumbres. Y es que si la resolución de la pasada campaña estuvo marcada por la crisis del coronavirus, la pandemia seguirá marcando el futuro inmediato de una competición que arrancará, el teoría, el próximo 12 de septiembre para la mayoría de los clubes -los que han concluido sus campañas más tarde también empezarán con retraso-, con muchas apreturas económicas por las recortes asociados a la pandemia -la misma también provocará que los protocolos de higiene y seguridad se mantengan en vigencia para tratar de evitar los contagios que pongan en riesgo la liga- y con la esperanza que en un futuro no muy lejano los aficionados puedan regresar a los estadios.

El Deportivo Alavés encara su quinta campaña consecutiva entre los mejores -decimosexta del club-, aquejado también de los mismos males que afectan a la mayoría de sus competidores en cuanto a las apreturas económicas provocadas por la crisis. En todo caso, en el curso que celebra su centenario, El Glorioso, que asegura unos ingresos monetarios muy importantes para seguir trabajando en proyectos de futuro. Con Pablo Machín a los mandos, el deseo es sufrir menos para conseguir dicha meta. Y, llegado el punto, volver a soñar, como ya se hizo de la mano de Mauricio Pellegrino o Abelardo Fernández. Un camino largo y tortuoso, con competidores de niveles muy diferentes y que siempre depara decepciones y sorpresas, que podrían ser aún mayores teniendo en cuenta las circunstancias del nuevo curso.

El vigente campeón de Liga vive un nuevo verano de contención económica. Florentino Pérez ha puesto todo el músculo económico en la remodelación del estadio Santiago Bernabéu y las obras se tragan buena parte de los recursos de un club en el que se habla más de traspasos para conseguir dinero -quitarse de encima a Bale y James es una prioridad- que de gastar muchos euros en fichajes de relumbrón. Con la garantía que aporta el gen ganador de Zinedine Zidane, entre su vieja guardia y los jóvenes que van irrumpiendo tendrá que volver a armar el técnico marsellés -los únicos refuerzos apuntan a ser cedidos recuperados, como Odegaard y Odriozola- un nuevo proyecto competitivo.

Quien se había convertido en sempiterno dominador de la última etapa liguera atraviesa en estos momentos una de las mayores crisis de su historia, aunque eso es cíclico en un Camp Nou donde la autodestrucción es común y ya se cuestiona hasta a Leo Messi. Ronald Koeman es el técnico elegido para emprender la limpieza en el vestuario y la renovación de una plantilla que ofrece ya claros síntomas de agotamiento, aunque la coyuntura económica y los multimillonarios salarios heredados hacen difícil esa tarea. Su primer objetivo claro es recuperar el cetro doméstico.

El interminable proyecto comandado por Diego Simeone no tiene fin en el Wanda Metropolitano. Aunque en los últimos cursos los rojiblancos han dejado de ser una alternativa clara a la hora de pelear por los títulos, en el club se valora muy altamente la capacidad del técnico argentino para alcanzar los mínimos que se le exigen, el principal la clasificación cada temporada para la Liga de Campeones. Su arranque del pasado curso dio señales de que el discurso ya estaba agotado, luego el equipo se elevó para eliminar al Liverpool en Europa y alcanzar tras el parón una tercera plaza que tenía en riesgo. Eso sí, la eliminación continental contra el Leipzig dejó un muy mal sabor de boca entre los colchoneros, que necesitan mejorar arriba.

Hablar de una nueva temporada cuando el sevillismo todavía está celebrando la sexta Liga Europa en la historia del club -eso por no hablar de la clasificación para la Liga de Campeones, vital en lo económico- suena a futuro lejano, pero Monchi tiene que reinventar de nuevo su particular proyecto exitoso. En el Sánchez Pizjuán, el director deportivo ha vuelto a hacer magia con muchos fichajes de relumbrón -Diego Carlos, Fernando, Ocampos...- por lo que ahora tratará de conseguir traspasos millonarios para reinvertir de nuevo en jugadores desconocidos para el resto de los mortales. A los mandos, un Julen Lopetegui que se ha quitado de un plumazo el mal sabor de boca de sus experiencias con la selección y el Real Madrid.

El Submarino Amarillo protagonizó un sensacional final de curso, lo que le condujo a la quinta posición y a la Liga Europa. Más dinero en las arcas, lo que le permitirá incrementar su presupuesto en una temporada en la que la mayoría de sus competidores se verán obligados a realizar reducciones. A pesar de que fue Calleja quien condujo hacia el éxito, en el banquillo se ha apostado por el relevo con la llegada de un técnico de renombre como Emery. Y, para mostrar músculo, los castellonenses son hasta ahora los grandes animadores del mercado con las incorporaciones de Kubo, Coquelin y Parejo.

Tras haber firmado una campaña sensacional hasta el parón -finalista de la Copa que aún se tiene que disputar y en puestos de Liga de Campeones-, los donostiarras se desinflaron peligrosamente a la vuelta, aunque al final consiguieron salvar su presencia en la Liga Europa. Un proyecto continuista con muchos jugadores de la casa acompañados de futbolistas de enorme talento, pues la pérdida de Odegaard será suplida con la contratación de Silva, que a estas alturas es el gran fichaje del verano.

La gran sorpresa de la pasada campaña, pues el cuadro nazarí era un recién ascendido que estuvo toda la temporada luchando por puestos de privilegio y acabó accediendo a una séptima posición que le conducirá a las eliminatorias previas de la Liga Europa. El equipo de Diego Martínez fue una máquina perfectamente engrasada, pero habrá que ver cómo responde a la acumulación de partidos que le viene por delante y que en muchos casos antes se ha convertido en una tortura en liga para este tipo de equipos modestos.

Tras haber estado sensacional hasta el parón llegando a soñar con la Liga de Campeones y brillando también en la Liga Europa, el regreso a la competición fue mortal para el equipo de un José Bordalás que seguirá en el Coliseum a pesar de haber flirteado con su salida. Sus problemas con el gol -los tratará de solucionar con Unal y Cucho y aún espera más llegadas arriba- le llevaron a perder posiciones en el torneo liguero y a caer en su regreso a la competición continental.

Un club en plena convulsión deportivo y, lo que es más grave, institucional -las protestas contra Lim son una constante- y que apunta a ser uno de los más seriamente afectados por la merma de ingresos. Su temporada fue un despropósito de principio a fin, con Marcelino destituido a las primeras de cambio por su nula sintonía con el propietario a pesar de sus éxitos deportivos. Un triste devenir que le dejó sin Europa y que ahora, con Javi Gracia al frente, obliga a apretarse el cinturón, vender a sus referentes a bajo precio y rebajar masa salarial para no endeudarse.

En su enésimo regreso a Primera, los rojillos no sufrieron absolutamente nada para conservar la plaza en la élite. Ni siquiera a raíz de la gravísima lesión de Ávila, referente absoluto ofensivo de los navarros. Su poderío en El Sadar, un innegociable carácter competitivo y la intensidad propugnada por Arrasate fueron factores decisivos que tratarán de aplicar de nuevo.

La clasificación para la final de la Copa que todavía tiene que disputarse fue la nota alegre para los rojiblancos, incapaces de encontrar la regularidad en una temporada en la que de nuevo se quedaron sin opciones de clasificarse para Europa. Agotado ya el factor Aduriz, fue otro veterano como Raúl García quien se encargó de abanderar con sus quince goles un ataque que sigue esperando alguna irrupción más que realce el valor de uno de los mejores entramados defensivos de Primera.

El cuadro granota se ha convertido en un fijo en el paisaje de Primera con un núcleo muy reconocible que viene siendo la base de Paco López. Sus habituales graves problemas defensivos fueron solventados por la sensacional campaña de Raúl Fernández y en ataque fueron Bardhi, Roger y Mayoral, quienes pusieron la magia. El club se ha movido con celeridad para pescar libres en Segunda a Song y Malsa y ha cerrado con el Real Madrid los traspasos de los jóvenes Dani Gómez y De Frutos.

A pesar de contar con un límite de gasto muy ajustado, el proyecto presidido por Ronaldo y dirigido por Sergio González dio un nuevo paso en su asentamiento con una permanencia bastante holgada. Los blanquivioletas han conseguido traspasar a Salisu por doce millones de euros, un ingreso importantísimo en un mercado en el que no se producirán grandes operaciones, y ha comenzado su reconstrucción con jugadores libres, entre los que destaca Orellana, y fichando a Javi Sánchez del Madrid.

Con un sensacional tramo final, los armeros consiguieron su particular milagro de la permanencia en una temporada en la que sufrieron mucho más que de costumbre. Se mantiene la garantía que asegura Mendilibar en el banquillo, pero de Ipurua han salido jugadores importantes -Orellana, Ramis, Escalante, Charles...- y las últimas contrataciones no han ofrecido en rendimiento esperado. Los guipuzcoanos precisan refuerzos importantes en un mercado especialmente complicado en ese sentido.

Con los números en la mano, el gran fracasado de la pasada campaña. Una plantilla para estar en Europa y que ni siquiera llegó a vislumbrar de lejos esa opción. Desequilibrio total entre inversión y resultados, con enormes problemas defensivos que lastraron su enorme calidad del centro del campo hacia adelante. Manuel Pellegrini encabezará desde el banquillo un nuevo proyecto que tiene la obligación de mejorar muchos puestos.

A pesar de haber invertido como para aspirar a Europa, los vigueses volvieron a protagonizar una temporada de enorme sufrimiento y se acabaron salvando, incapaces de ganar a un descendido Espanyol, porque el Leganés no se impuso al Real Madrid -polémica arbitral mediante- en la última jornada. Óscar García dio con la tecla de la reacción, sobre todo a través de la mejoría defensiva, pero cuando el equipo celeste lo tenía mejor se desmoronó hasta casi hundirse en seis jornadas finales en las que no ganó. La dependencia de Aspas fue de nuevo brutal, cuestión que tratará de subsanar en un mercado en el que ya han cerrado las llegadas de Baeza, Vadillo y Tapia.

El cuadro aragonés fue el mejor de Segunda tras el parón y esa serie de buenos resultados a las órdenes de Francisco le permitió ir subiendo puestos hasta proclamarse campeón y ascender un año después de su descenso. Ahora tiene por delante la difícil tarea de la reconstrucción para hacer una plantilla competitiva que le permita estirar su trayecto por Primera más allá de una temporada.

Tras dominar con firmeza la categoría durante muchos meses, en el tramo final su ascenso directo estuvo en serio riesgo, aunque lo acabó consiguiendo por los malos resultados de sus perseguidores. Álvaro Cervera lidera a los gaditanos desde el banquillo con una apuesta por un juego férreo basado en la seguridad defensiva, pero que requiere de calidad en el ataque y tiene problemas por las muchas inversiones que ya ha tenido que realizar por obligaciones contractuales, al sumar ya casi diez millones de euros en traspasos.

Los alicantinos han sido los últimos en llegar. Con todo el suspense del mundo, además. Primero hubieron de aguardar a la resolución de todo el conflicto con el Fuenlabrada para asegurar la sexta plaza -con remontada del Deportivo en el descuento- y su presencia en un play off en el que primero eliminó al Zaragoza y el domingo acabó con el Girona con un gol de Milla en el minuto 96. Tras haber descendido administrativamente en 2015, el reto es adaptarse con velocidad a la nueva categoría y armar una plantilla competitiva con poco margen salarial.