- Cuando ya ha transcurrido una semana larga desde que la temporada tocase a su fin y después de haber realizado muchos sondeos y llamadas a lo largo de los últimos días, al Deportivo Alavés le ha llegado ya el momento de las decisiones en un cargo tan importante como el de entrenador. Decidido de antemano que el periplo de Juan Ramón López Muñiz no se iba a extender más allá de los últimos cuatro partidos de la temporada, todo hacía indicar que el relevo en el banquillo se iba a resolver de manera rápida una vez concluido el curso, pero la entidad del Paseo de Cervantes se ha tomado su tiempo dejando claro que no había nada encauzado de antemano y poniendo sobre la mesa opciones de todo tipo y condición. Y es que, desde los despachos de Mendizorroza se han sucedido las conversaciones, los contactos telefónicos y la solicitud de informes de técnicos de perfiles muy diferentes y variados. Y, de momento, ni los deseos prioritarios han respondido afirmativamente a las propuestas que se les han trasladado -se sigue pendiente todavía de alguna situación que se considera muy relevante tras haber fracasado alguna del mismo nivel- ni otros integrantes del largo listado manejado por el club resultan del todo convincentes por el momento. En todo caso, a apenas dos semanas vista del arranque de una nueva pretemporada, al Glorioso en la elección del nuevo inquilino del banquillo albiazul.
La cantidad de nombres de entrenadores que han visto su nombre asociado al Alavés en los últimos días ha sido ingente y lo cierto es que desde Mendizorroza el ritmo ha sido frenético en los últimos días. Así, son muchas las opciones que se han sondeado e innumerables las llamadas que se han realizado. Contactos que han dado de sí para un largo listado de candidatos, aunque con pesos para el club bastante diferentes en cada uno de los casos. Y es que, se ha tocado desde pesos pesados que hubiesen supuesto sorpresas muy gratas en el caso de haberse concretado -el caso de Eusebio Di Francesco es uno de los que ha salido a la luz, pero no el único- hasta perfiles que dejarían helado a cualquiera por sus trayectorias poco llamativas, pasando por aquellos que se encuentran en los primeros pasos de sus carreras en los banquillos -Andoni Iraola gusta mucho, pero aún no ha decidido su destino- o alguno que ni siquiera la ha comenzado como técnico principal. Lo dicho, detallar pormenorizadamente toda la relación de entrenadores cuyo nombre ha saltado a la palestra en clave albiazul llevaría unas cuantas líneas, que se incrementarían aún más si el propio club desvelase el listado al completo, pues no son pocos los que permanecen ocultos aún.
De entre alguno de los nombres ya publicados o finalmente otro completamente distinto que suponga una sorpresa -absoluta o relativa, eso habría que verlo- saldrá finalmente el elegido por un Alavés que, en todo caso, ve cómo el abanico de las opciones se le va reduciendo. La situación es completamente diferente a la que se vivió hace poco más de un año, cuando de manera inmediata a tener conocimiento de la marcha de Abelardo el club se movió con enorme celeridad para cerrar la llegada de Asier Garitano. Una operación rápida y sin matices; prácticamente como ir a tiro hecho. Justo lo contrario a lo que está sucediendo ahora, donde se están tocando todos los palos posibles en busca del perfil que mejor se adapte y que acepte las condiciones que se le presentan, que tampoco resulta del todo sencillo.
Y es que El Glorioso representa en estos momentos un destino que resulta tan apetecible como indeseableEl Glorioso. Cualquier entrenador sin equipo estaría encantado de dirigir a un equipo ya relativamente asentado en Primera y por eso las llamadas desde Mendizorroza son muy tenidas en cuenta, pero la trituradora de técnicos en la que se ha convertido el club vitoriano y la sensación de que se trata de un proyecto volátil que cambia de la noche a la mañana hacen que salgan a relucir muchas reticencias.
Por si este segundo punto no fuera importante, encima quien decida aceptar la oferta albiazul no se va a encontrar por delante con un escenario sencillo de manejar. Con una treintena de futbolistas en plantilla y la necesidad de realizar varias contrataciones importantes, la situación en este sentido es muy compleja. Más aún si se tienen en cuenta las limitaciones económicas de una entidad que se ha caracterizado por invertir con mucha cautela y de medir al máximo el peso de cada euro.
En todo caso, las fechas apremian ya a un Alavés que no puede permitirse estar más tiempo sin entrenador, pues tiene que cerrar ya la planificación de la nueva temporada.