- Mientras que muchos de los clubes que integran la Primera División van anunciando los acuerdos que han alcanzado con sus plantillas para la reducción, mediante diversas soluciones, de los salarios de los jugadores a causa del parón que ha sufrido la competición por culpa del coronavirus y que está revirtiendo seriamente en la economía de todas las entidades, en el caso del Deportivo Alavés la negociación que lleva ya varias semanas abierta está siendo bastante espinosa. Aunque a lo largo de la última semana se han ido limando algunos aspectos que disgustaban a los jugadores y el club ha abierto un poco la mano con respecto a su planteamiento inicial, los contactos se mantendrán durante los días venideros en busca de un pacto que, al menos, no deje excesivamente descontenta a ninguna de las dos partes implicadas.

El silencio sepulcral en torno a estas negociaciones se rompió con unas declaraciones en México de Edgar Méndez que evidenciaron que los futbolistas no estaban dispuestos a pasar por el aro que el club les imponía en ese momento.

"Los capitanes son los que están hablando con la directiva y nos transmiten lo que se puede llegar a obtener. Ahora mismo se está hablando de cantidades que no se pueden aceptar por ninguna razón porque creo que se va a volver a jugar. Sabemos que el club vive de las televisiones y si se juega no va a perder tanto en ese sentido. Nos quieren quitar el 28% anual y se nos hace una cantidad demasiado alta; además, no existe capacidad para volver a negociar si se vuelve a jugar. Si se juega otra vez, la mayoría de los clubes están perdonando eso, pero a nosotros no nos dan la opción de negociar. Es el 28% se juegue o no se juegue y eso no lo podemos aceptar. El club se pone en la peor situación, la de no jugar, pero nosotros creemos que se va a volver. La idea es llegar a un acuerdo y no tener que ir a temas judiciales", desveló hace un par de semanas el tinerfeño en una videoconferencia con TUDN.

Las declaraciones de Edgaro, desvelaron un desacuerdo entre las partes que ya venía de tiempo atrás. Y es que, los contactos entre club y plantilla para tratar la reducción de los salarios se pusieron en marcha casi de inmediato a que se produjese el parón de la competición a causa del decreto del estado de alarma. Como en esos primeras conversaciones ya se comprobó que el acuerdo estaba lejano, desde los despachos se optó por la alternativa del expediente de regulación temporal de empleo para reducir drásticamente -en un 70% en este caso- los ingresos de los futbolistas a lo largo de toda la extensión del estado de alarma, que seguramente se acabará alargando durante casi dos meses.

La plantilla se vio privada de una parte muy importante de la noche a la mañana durante un período de tiempo que acabará siendo de prácticamente dos meses y, además, en ese momento se planteaba también la exigencia de la reducción del sueldo global en el porcentaje desvelado por Edgar. Una cantidad que se estima desmesurada viendo los acuerdos alcanzados en otros clubes -el máximo de la quita alcanza el 20%- y que se convirtió en inadmisible cuando se comprobó que desde los despachos de Mendizorroza solo se contemplaba la reducción definitiva de los sueldos, independientemente del desenlace del curso con partidos o sin ellos.

Aunque desde la plantilla se entiende que es momento de apretarse el cinturón porque la capacidad de recaudación de su empleador va a decrecer de manera considerable, lo que desde un primer momento dejaron claro es que la afección a sus salarios no puede ser la misma si la temporada se completa o si se acaba cancelando definitivamente.

Gran parte de los ingresos del Alavés vienen marcados por los derechos televisivos y se toman como ejemplo los acuerdos de otros clubes en este sentido. Es decir, una bajada de salarios importante si no se vuelve a jugar -en ese sentido, de la propuesta inicial ya se ha conseguido una rebaja-, pero bastante inferior si el balón rueda de nuevo. No en vano, en el segundo escenario la recaudación por la televisión sería la misma presupuestada y la caída en los ingresos vendría asociada a aspectos con un peso bastante menor a nivel de cuentas, como los relacionados con la celebración de los partidos a puerta abierta, la publicidad o la venta de productos.

Las negociaciones entre las partes se mantienen abiertas y los contactos entre club y capitanes son una constante cada semana. Todo ello en busca de una solución que deje mínimamente satisfechas a dos frentes a los que les está costando entenderse para alcanzar un pacto que discurre por una senda espinosa.

20%

Entre los clubes de Primera División que han alcanzado acuerdos con sus plantillas para la reducción de sus salarios (doce en total, clara mayoría), la rebaja máxima en el caso de que no se vuelva a jugar esta temporada alcanza el 20% de los sueldos.

La plantilla busca un pacto que al menos contemple dos escenarios económicos diferentes si se vuelve a jugar o se cancela el curso