Vitoria-Gasteiz - El arranque de la nueva temporada llega con la incongruencia persistente en el fútbol español de no dar por finalizado el mercado antes de que empiece la competición, una cuestión que provoca que muchos clubes tengan sus proyectos todavía pendientes de los últimos remates. Una situación de la que no se escapa un Deportivo Alavés que hasta el próximo 2 de septiembre -con las tres primeras jornadas disputadas, todo un despropósito- cuando concluya el zoco veraniego seguirá buscando esos refuerzos que le permitan potenciar la parcela del ataque en la que más urgencias tiene por su actual falta de efectivos, sobre todo en lo referido a los extremos, donde como jugadores específicos solo se encuentran Aleix Vidal por la derecha y Luis Rioja por la izquierda. Una preocupación más que evidente para un Asier Garitano que durante toda la pretemporada ha ido probando múltiples variantes para tratar de minimizar las carencias que la nueva plantilla arrastra en estos momentos y con las que se presentará mañana en la jornada inaugural del nuevo curso.
El preparador de Bergara tiene ya asentado todo el entramado defensivo y la zona ancha. Se trata de una estructura mayoritariamente heredada de la anterior etapa (Pacheco, Laguardia, Martin, Maripán, Duarte, Pina, Manu, Wakaso...) y que ofrece plenas garantías al guipuzcoano, más aún teniendo en cuenta que ese entramado se ha reforzado con alguna pieza importante como Pere Pons, amén de los jóvenes proyectos que el club quiere que se sigan formando en Vitoria. Una de las zonas más complicadas de reforzar, la punta del ataque, cuenta también con cuatro delanteros en estos momentos (Lucas Pérez, Joselu, Guidetti y Demirovic), a la espera de algún último movimiento de nivel superior que conllevaría la salida de alguno de este cuarteto. Hasta ahí, todo perfecto. El problema viene cuando Garitano tiene que completar sus extremos más allá de las figuras de Vidal y Rioja, que se antojan ahora titulares indiscutibles al no tener relevos naturales en la plantilla.
Con Burgui lesionado de larga duración y Patrick Twumasi rumbo a Turquía -jugará cedido esta temporada en el Gazisehir Gaziantep, club con el que pasó ayer el reconocimiento médico-, en estos momentos no hay piezas de sustitución para el catalán y el andaluz en la plantilla. El mercado tiene que dar soluciones en este sentido en los próximos días, pero, de momento, Garitano tendrá que tirar de improvisación para resolver esta carencia si necesita un relevo.
La opción de la cantera En este sentido, el técnico de Bergara ha utilizado la pretemporada para ensayar diversas variantes. Por ejemplo, dos mediocentros como Javi Muñoz y Wakaso han actuado escorados al costado dentro del 4-4-2 que el guipuzcoano ha dispuesto en más ocasiones en esta fase de preparación. Otras soluciones de emergencia pueden pasar por doblar los laterales -un futbolista como Adrián Marín ya sabe lo que es jugar por delante del lateral izquierdo- o recurrir a Lucas Pérez como extremo -la abundancia de delanteros permite este movimiento-, una variante que el coruñés ya conoce de su última etapa en el Deportivo. Incluso no sería descabellado que en algún momento puntual se optase desde el banquillo por una solución táctica diferente con un 4-3-3, aunque la única variante a lo largo de todo el verano ha sido el 4-2-3-1 en el que los jugadores de banda en ataque siguen siendo piezas indispensables.
Otra alternativa pasaría por recurrir al filial, una cuestión que se encuentra en la cabeza de Garitano al menos de cara a la primera jornada. Si en la primera fase de la preparación fue Paulino de la Fuente una pieza habitual en los planes del técnico en el costado derecho, en la última ha sido Borja Sainz quien ha irrumpido con fuerza en los esquemas del guipuzcoano, que se encuentra muy satisfecho con el joven vizcaíno. Tanto es así que la opción de que entre mañana dentro de la convocatoria de dieciocho elegidos para afrontar el duelo contra el Levante es una posibilidad con muchos tintes de convertirse en realidad por la falta de alternativas.