Vitoria - Transcurrido el ecuador del mercado invernal, el Alavés continúa aprovechando esta ventana para apuntalar su estructura de cara al comienzo de la segunda ronda del campeonato, que tendrá lugar este viernes en Getafe ante la escuadra de un ex de la casa como José Bordalás. Cicatrizada ya la herida que supuso hace días la salida de Ibai Gómez al Athletic, los movimientos de la dirección deportiva del club están encaminados en estos momentos hacia la llegada de algún refuerzo de garantías que permita mantener a Abelardo el nivel competitivo que desea para su día a día.

En este sentido, uno de los nombres que más están sonando en las últimas horas es el de Jony Rodríguez, un interior zurdo de regate virtuoso y velocidad endiablada cuyos derechos pertenecen al Málaga, que el pasado verano, ya en Segunda División, no tuvo más remedio que dejarlo salir cedido al Alavés. Una cláusula existente en su contrato permitía la libre salida del jugador del club costaleño si se producía un descenso y llegaban entonces ofertas de un equipo de Primera División, como finalmente sucedió.

Jony recaló en Vitoria de la mano de su paisano Abelardo, que ya lo había tenido en el Sporting, y lo demás, al menos en la primera vuelta, es ya una feliz historia para el Alavés, que ha vuelto a recuperar la esencia de un extremo, en este caso zurdo, que no solo cumple a la perfección con su cometido en calidad de asistente (ya lleva cinco) sino que además es capaz de marcar goles. Dos hasta el momento.

Como era de esperar, su rendimiento no ha pasado desapercibido ni para el propio Alavés ni para el resto de clubes con los que comparte campeonato. La ausencia de interiores puros en el mercado actual, su condición de producto nacional y el, a priori, asequible coste de su ficha (en torno a los 800.000 euros) han puesto al jugador en el escaparate, a pesar de que se vaya a pasar las próximas cuatro o cinco semanas de baja a causa de un esquince en su tobillo izquierdo. Como quiera que el primer interesado es el Alavés, la propuesta para hacerse con los derechos del jugador podría estar más cerca de lo que parece. La entidad albiazul podría destinar parte del traspaso recibido por Ibai Gómez para cerrar una operación que rondaría los 2-3 millones de euros y que contaría con la bendición de un Málaga que es consciente de sus limitaciones para retener a un puñal como Jony en Segunda División. En cualquier caso, y con la idea por parte del Alavés de abaratar el coste de la operación, un segundo jugador como Dani Torres, inédito para Abelardo, podría entrar en escena.

Si así fuera, Sergio Fernández podría deshacerse por fin de un activo muy poco rentable, fichado a golpe de talonario y poseedor además de una de las fichas más altas de la primera plantilla. Un marrón en toda regla del que ya trató de desprenderse el director deportivo el pasado verano, también con el Málaga de por medio, y que en este caso, quizá, podría liberarle de su ficha al menos en un 50% si es que ambas entidades decidieran asumir un reparto de la misma.

Una operación redonda en la teoría que al igual que sucediera la semana pasada con el Athletic dejaría satisfechas a todas las partes. El Glorioso apuntalaría un poco más su futuro con un jugador de garantías. Al tiempo, se desprendería de otro activo con el que no cuenta y que además le es muy poco rentable (Dani Torres), y el Málaga sacaría un beneficio económico de una operación con la que no contaba. Un golazo, sin duda, por toda la escuadra al que únicamente le quedaría asumir rango de oficialidad. Si así fuese, chapeau por Fernández.