Madrid - El pasado lunes se supo que el partido del próximo sábado 1 de septiembre entre Rayo Vallecano y Athletic se aplazaría debido al mal estado del Campo de Fútbol de Vallecas. El estadio está en obras y los aficionados que acudieron al primer encuentro del Rayo como local esta temporada se encontraron con unas instalaciones llenas de escombros, ladrillos y polvo. De hecho, un niño de cuatro años se precipitó por el hueco de una valla, lo que le provocó varios rasguños y puso en evidencia la necesidad de cerrar el campo temporalmente.
La empresa encargada de las obras había pedido que el plazo de construcción, en un principio previsto para mediados de septiembre, se prolongara hasta octubre, lo que supondría la imposibilidad de disputar el partido contra el Alavés del 22 de septiembre y recibir al Espanyol el 28. Sin embargo, el presidente del Rayo Vallecano, Martín Presa, y el presidente de la Comunidad de Madrid, propietaria del recinto deportivo, Ángel Garrido, esperan que se cumplan los plazos previstos en un primer momento.
“Para minimizar el daño que se le está haciendo a la imagen del Rayo vamos a intentar intensificar el trabajo para acortar los plazos y tenerlo todo listo el día 22, siempre que no se pierda ni un ápice de calidad en la reforma”, anunció Presa en unas declaraciones a la Cadena Ser. Ángel Garrido, por su parte, dijo ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno que “hay margen para que las obras se completen antes del encuentro contra el Alavés”. En cualquier caso, el presidente de la Comunidad de Madrid ve positivamente las medidas que se han tomado: “Se ha hecho lo que se debía hacer. Cuando se ve un problema que puede conllevar inseguridad para las personas, se toman soluciones”, concluyó Garrido, optimista acerca de la resolución del asunto.